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Los rayos de la luz del sol traspasaban las cortinas de mi habitación.
Me revolví entre las sábanas durante un rato hasta que vi la hora en el reloj de mi mesita de noche, las diez y media de la mañana.
Mierda, es tardísimo.
Caminé hacia el cuarto de baño, agarré las toallas junto a los productos para el cabello y el cuerpo.
Abrí la llave del agua y me metí bajo esta.
(...)
Salí con la toalla enrollada alrededor de mi cuerpo y me acerqué hacia el armario, de ahí saqué unos vaqueros azules, junto a una camiseta gris y una sudadera.
Até mis botas y agarré la chaqueta de cuero, hoy hacia un clima verdaderamente frío.
Tenía que ir cómoda, no sabía que iba a pasar en el Santuario, si, iba a ir al Santuario, a ver a Negan para convencerle de sacar a Daryl de ahí, era difícil que eso pasara pero necesitaba intentarlo.
Habían pasado al rededor de cuatro días desde que vinieron los Salvadores, no había rastro de ellos y aquello me parecía muy extraño, así que entre los pros y los contras que esto suponía decidí ir.
Bajé a la cocina, preparé un sándwich y llené una cantimplora de agua fría, pasaría toda la mañana fuera.
Salí de casa y me encontré a Rosita sentada en las escaleras del porche.
-Hey.-Saludé sentándome a su lado.
-Hola Dal, ¿vas a algún sitio?
-A buscar provisiones, nada más.
-¿Quieres que te acompañe?
-No no, voy sola.-Sonreí leve.
-Te acompañó a la puerta entonces.-Ambas caminamos hacia esta en silencio, allí se encontraba Grimes.
-Hola Rick.
-Hola chicas,¿qué pasa?
-Me voy de expedición, a buscar comida. Los salvadores no tardarán mucho más en venir.
