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Joaquín no era un perfecto calculador, por lo que empleó más fuerza de la necesaria y sus labios chocaron salvajemente con los de Emilio, quién de inmediato soltó el cuello de Joaquín y se alejó, limpiando sus labios con el agua de la piscina.

— ¡¿Qué demonios te pasa?!

— ¡Me estabas asfixiando, imbécil!

Emilio no dijo nada, se quedó viendo hacía Joaquín con una mirada indescifrable a una distancia considerable.

Ambos se miraron a los ojos por interminables minutos, cómo si estuvieran calculando su siguiente acto.

— Eres un asco.— Escupió con desagrado el rizado, tallando sus labios.

Joaquín se carcajeó, encontraba divertidas las palabras del alfa.

— Disculpa, no me acordaba que tener los labios de un chico alfa en los tuyos debería ser horrible para tí. Después de todo, así te crió tu padre. — Sus palabras no eran realmente sinceras, se estaba burlando.

Emilio quiso empezar a maldecirlo con un sin fin de palabras hirientes y desagradables, pero hubo algo que no lo dejó seguir.

Así te crió tu padre.

Sus creencias y pensamientos, ¿eran realmente suyos? ¿Ó era su padre metiéndose en su cabeza?

Estaba demasiado enojado con Joaquín por arrastrarlo con él, pero quizás se lo merecía.

El castaño también había mojado su caro traje de diseñador, sin embargo, no estaba haciendo una escena sobre eso.

Quizás haberlo asfixiado había ido más allá de su reacción.

Debía haberse sentido horriblemente mal para que el castaño haya tenido que tomar esa medida tan desesperada.

Quizás decirle que era un asco había sido demasiado. Él no estaba en contra de las parejas de hombres omegas con hombres alfas, tampoco debía ser mucha la diferencia si ambos eran alfas, ¿no?

Pero el problema, según Emilio, estaba en que él no encontraba agradable tener ese tipo de acercamiento con un hombre, menos con un alfa.

Si bien, sabía que a Joaquín si le gustaban tanto los hombres y mujeres, omegas al parecer, debía haber sido por eso que no pensó que besarlo para alejarlo era rotundamente una mala idea.

Finalmente, se apoyó en el suelo para salir de la piscina, mirando cómo Joaquín hacía lo mismo a su lado.

Ambos tenían una expresión indescifrable, de repente el aire alrededor comenzaba a sentirse más denso, una tensión que bien podía pasar cómo incomodidad también era percibida.

— Si quieres ropa limpia sígueme.— Ordenó.

Y aunque a Joaquín no le gustaba que le hablaran de esa manera, lo siguió.

Ambos iban dejando rastros de agua que chorreaba conforme iban caminando. Con sumo cuidado de no resbalar.



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Subieron por las escaleras del living hacía una de las habitaciones que Emilio tenía ahí, que generalmente usaba en ocasiones especiales.

Entonces, antes de girar el mango de la puerta para finalizar abrirla, Emilio se detuvo en seco.

— No puedes entrar.

Joaquín lo miró confundido. Su ceño también estaba fruncido.

— María está aquí. Probablemente en un estado que no es correcto que alguien más que yo la vea.

Joaquín entendió. María estaba desnuda probablemente debido a que habían tenido sexo ó estaban por tener.

Y no supo porqué la idea le había causado una sensación de disgusto.

— Necesito ropa seca.— Recordó, manteniéndose firme.

El rizado pareció tratar de solucionar el lío en su cabeza.

— Espera aquí.— Dijo antes de meterse.

Joaquín pudo oler en el preciso momento en que la puerta fué abierta, las feromonas que expulsaba un alfa y un omega después de tener sexo.

Su nariz se frunció, no le había gustado oler el dulce aroma empalagoso a fresas que tenía esa chica.

Minutos después ésta salió vestida, pero con un aspecto de que había tenido una muy buena noche.

De repente ya no quiso entrar ahí.

Emilio se asomó por la puerta. — Pasa, te daré ropa.

— Apreciaría si la sacas. No quisiera tener que entrar.

El alfa rizado comprendió. — Espera.

Fué cuestión de minutos para que volviera a salir con un par de ropa que constaba de una camiseta de botones blanca y unos pantalones de vestir azul marino. Algo bastante básico.

Se dirigió a uno de los baños que estaba en esa planta, con el objetivo de cambiarse, pero fué detenido por la mano de Emilip en su muñeca.

— ¿Puedes cambiarte en mi habitación? —Joaquín lo miró confundido.— Necesito que tus feromonas cubran el aroma de María. Mi madre vendrá antes de que me vaya y no quiero que huela lo que pasó.

El castaño estaba a punto de negarse, pero le pareció algo atractiva la curiosa petición.

— Será desagradable para mí entrar ahí.

— Por favor, me lo debes por tirarme a la piscina. Además te puedo llevar a tu casa, así no necesitas de Leidy y vas avanzando en la superación.

Joaquín rodó los ojos, pero finalmente aceptó, quería alejar ese aroma a fresas que tanto había molestado a su lobo por una razón desconocida.




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Buenas aquí les dejo capítulos nuevos...




Espero les gusten......





Nos vemos AlbertXioW.

Alfa Dominio // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora