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Joaquín estaba divagando en algún punto entre su conciencia y la perdida de ésta.

Recordó cómo esos dolores fueron más fuertes cuándo Ethan había llegado en su rescate. Podía sentir el movimiento en su barriga, pero ésta vez era doloroso.

Iba gimoteando, incluso gritando, maldiciendo, y aún así el dolor no se iba. Ahora mismo le tenía mucho respeto a aquellos que habían dado a luz de manera natural.

El único problema es que él era un alfa y era demasiado complicado que su parto fuera natural, pues sería algo doloroso e incluso podía morir en el intento.

La angustia no lo dejaba, pues él sabía que aún faltaba poco más de 1 mes para que el tiempo de gestación estuviera completo. Decir que tenía miedo era poco, pues sabía que tanto él cómo los bebés no estaban en las mejores condiciones.

"Joaquín Emilio vendrá directo a la clínica, tranquilo"

Y aunque Ethan lo hacía con la intención de darle un poco de paz, nada funcionaba ahora mismo. Sus oídos sólo percibían murmuros sobre un sonido sordo que lo aturdía.

Incluso pensó que estaba muriéndose, y sólo pidió a la vida que sus cachorros estuvieran bien, sin pedir por si mismo.

Pudo sentir cuándo fué cargado hacia el interior del hospital, y la desesperación lo invadió aún más cuándo las punzadas se convirtieron en horribles calambres.

Se sintió ver en primera persona una escena de película, justo cuándo llevaban a alguien sobre una camilla y las luces borrosas sumado a los murmuros distorsionados era todo lo que sus sentidos eran capaces de percibir.

¿Dónde estaba Emilio? Lo necesitaba ahora, quería verlo antes de rendirse ante el dolor.

Su cuerpo se sentía adormecido, no era consciente de sus extremidades, sólo sentía el dolor en aumento.

Escuchó la voz del doctor Ryan y eso lo tranquilizó un poco, pasando su angustia de cien a noventa y nueve.

"Las sábanas, doctor"

Alguien había dicho.

"¡Está sangrando!

"Tranquilos, no lo pongan más mal de lo que está y sédenlo ahora"

¿Acaso estaba sangrando?

Joaquín quiso decir algo, quiso pedirle que por favor trajera a sus hijos sanos a éste mundo. Quería a Emilio; deseaba tantas cosas, pero no tenía la fuerza para nada.

Y su último pensamiento antes de rendirse a la oscuridad fueron sus bebés junto al alfa del que estaba innegablemente enamorado, perdiéndose en la fantasía y deseando que al despertar ya no hubiera dolor, sólo 2 cachorritos en sus brazos junto a el aroma de café que emanaba su novio.


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Alfa Dominio // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora