El invierno parecía ser eterno en aquel país al polo norte, pero la presencia de sol hacía evidente la época del año en que estaba a nada de comenzar.
Las fiestas de fin de año habían pasado rápidamente, y las cosas parecían marchar mejor entre la pareja de alfas, tanto en su relación cómo de manera personal.
Joaquín ahora tenía una enorme — realmente enorme — barriga de 30 semanas.
Y por supuesto había sido una total sorpresa para ambos el enterarse justo hace 10 semanas atrás en su chequeo para saber el sexo del bebé, que en realidad venían 2. Tan sólo eso los hizo cambiar su visión a futuro por mucho.
Habían estado sorprendidos con la idea de que tendrían 2 bebés, incluso el mismísimo doctor no lo había comprendido, pero al final de cuentas un bebé más era bien recibido.
Sus amigos al enterarse hicieron bromas sobre la buena puntería de Emilio.
Una niña, y un niño. Ambos alfas puros.
Joaquín estaba desde ya enamorado de sus bebés, y Emilio no podía estar de otra forma.
El castaño había tratado de controlar el tema de su peso, pero al ser 2 cachorros se explicaba porqué lo estaban acabando tanto, aún así perdió un par de kilos más, pero el doctor se dió por vencido y se conformaron con que tomara sus suplementos correspondientes.
Emilio había sido de gran ayuda en el proceso de aceptar los cambios físicos que estaba teniendo, y ahora ya lo dejaba volver a besar su abdomen al desnudo, aunque aún tenía problemas con estar sin ninguna prenda frente a él.
El sexo había sido pausado temporalmente, pues con la enorme barriga era imposible que eso se sintiera cómodo.
Joaquín terminaba de acomodar la ropa que recién habían comprado en la tienda para bebés, mientras esperaba a que Emilio llegara de la universidad. Se encontraba en la linda habitación que en un futuro sería de ambos bebés, mirando hacía la ventana, apreciando al cálido sol hundirse detrás de la casa de enfrente.
La primavera estaba llegando y eso era evidente.
El castaño había tenido que dejar de trabajar por las dificultades que le presentaba su embarazo, pero regresaría apenas estuviera en condiciones, probablemente en un par de meses que sus bebés estuvieran grandes.
Trató de ponerse de pié cuándo escuchó la puerta ser abierta, queriendo recibir a Emilio, pues irían a otra ecografía más tarde.
El alfa rizado lo recibió con los brazos abiertos, el castaño tuvo que dejarse abrazar por la espalda para no aplastar su barriga.
— Mi amor...— Emilio murmuró mientras exhalaba su aroma profundamente.
— Hola, cariño.— Respondió en un ronroneo, mientras se dejaba llevar por la sensación de su alfa restregando su nariz en su cuello.
— ¿Comiste bien?
Joaquín rodó los ojos. Emilio le hacía esa pregunta cada día sin falta.
— Sí, ya sabes que las náuseas no han vuelto.
— ¿Cómo están Joamilio y Kia?— Cuestionó, cambiando de posición ahora estando de rodillas frente a su estómago.
Joaquín dejó que su suéter tejido fuera levantado, revelando su barriga. Emilio depositó un beso en la piel, dejando un cálido rastro en el lugar.
— Hoy volvieron a moverse mucho, juro que pensé que se me rompería la piel.— Mencionó.
Emilio carcajeó.— ¿Tu espalda cómo está? — Preguntó volviendo a estar de pié.
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Alfa Dominio // Adaptación Emiliaco Omegaverse
FanfictionEmilio es el hijo del presidente del país, un alfa con una extraordinaria habilidad de tentarse a lo prohibido. Joaquín es el hijo alfa de la mano derecha del presidente. En una vida llena de hipocresía nunca se sabe lo que se debe esperar. Adapta...