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Al día siguiente, Emilio estaba en su habitación mientras se encargaba de satisfacer a la omega. Por suerte habían alcanzado a irse de la casa azul antes de que todo empeorara.

Después de un par de embestidas más ésta había caído sobre el alfa, quién salió inmediatamente de su interior. Ella gimió insatisfecha porque a pesar de que las feromonas de omega en celo estaban ahí, no hubo nudo.

— ¿Te has corrido? — Preguntó la omega que estaba acurrucada en su pecho.

Emilio no estaba encantado con la cercanía, pero se dijo a sí mismo que debía acostumbrarse. — Sí. — Mintió. Apenas había logrado ponerse duro.

Estaba cuestionándose seriamente el hecho de que no estaba lo suficientemente excitado, es decir, sólo la parte sensible a los estímulos había despertado, pero faltaba el deseo.

Se sentía jodidamente incorrecto.

Su lobo parecía arañar su pecho, ni siquiera estaba encendido por el aroma de una omega en celo.

— ¿Puedes intentar anudarme la próxima vez? Estoy en celo y necesito sentir eso. — Preguntó la chica.

— Uh, no es algo que pueda dirigir. El nudo simplemente sucede porque nuestros lobos se eligieron cómo compañeros, ó al menos les agrada la idea de procrear. — Dijo en un tono agresivo-pasivo.

La chica se enderezó, luciendo repentinamente indignada. — ¿Estás diciendo que no le gusto a tu lobo?

— No pongas palabras en mi boca.

— ¡No, Emilio! Sólo estás justificando tu incompetencia en la cama. Nunca ha sido un problema para ningún alfa anudarme estando en celo. — Exclamó.

— Bájale dos rayas, María.

— ¡¿Qué le baje?! Si yo-

Una llamada entrante interrumpió a la chica, haciéndola bufar.

Emilio inmediatamente agarró su celular cuándo miró que era Joaquín.

— ¿Hola?

E-emilioooo...

Mierda, eso definitivamente había sonado cómo un gemido.

— Es importante, ahora vuelvo. — Informó antes de salir de su habitación para correr con destino al baño de la planta inferior.



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Una vez ahí se encerró, escuchando la pesada respiración al otro lado de la línea.

— ¿Joaquín?

A-ah, ¿p-puedes mhm, venir?

¿Estaba pasando lo que imaginaba?

Del otro lado de la línea estaba Joaquín, tocando su miembro cuándo el calor del celo lo había alcanzado mientras despertaba.

Alfa Dominio // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora