Emilio es el hijo del presidente del país, un alfa con una extraordinaria habilidad de tentarse a lo prohibido.
Joaquín es el hijo alfa de la mano derecha del presidente.
En una vida llena de hipocresía nunca se sabe lo que se debe esperar.
Adapta...
Joaquín se encontraba llegando a la casa de Eduardo, después de haber realizado una llamada a Nikolás preguntándole si podía hacerle una visita, éste le había dicho que se encontraba horneando en casa del alfa, añadiendo que él y su compañía — Leidy — eran bien recibidos.
— ¿Es aquí? — Cuestionó la omega.
Joaquín asintió. Su mirada aún estaba perdida en un punto que ni él podía encontrar.
Ambos bajaron y el alfa castaño no demoró en tocar el timbre. Después apareció Nikolás tan sonriente, cómo una dosis de alegría que de cierta manera era tan necesaria.
— ¡Hola, hola! Pasen, por favor. — El omega saludó a Joaquín con un beso en la mejilla, y cuándo vio a Leidy lo hizo de la misma manera, cómo si la conociera de toda la vida.
Nikolás sonrió ante ésto, siempre era agradable ver a una persona tan amable y alegre.
Al entrar, pudieron percibir el delicioso aroma a chocolate.
— Siéntense, justo acabo de sacar brownies del horno. — Comentó.
— ¿Especiales? — Leidy quiso bromear.
Nikolás rió. — Shh, claro que tengo de esos. — Le respondió de la misma manera.
Eduardo apareció, saludando a Joaquín con un beso en la mejilla y a la mejor amiga de éste con un apretón de manos.
— Te noto decaído. — Dijo el alfa olor a viñedo.
— Uh, lo estoy. — Expresó Joaquín.
Leidy acarició su mano.
— ¿Tiene que ver con el alfa que me contaste? — Cuestionó ésta vez Nikolás.
Joaquín asintió. — Embarazó a su novia. Ya no hay nada que pueda hacer.
Tanto Eduardo cómo el omega lo miraron con la misma expresión lastimera.
— ¿No habías dicho que había algo entre sus lobos?
— Ya no lo sé, Niko. Creí que todo iba bien entre nosotros, pero debí suponer cuáles son sus prioridades y estoy seguro que no se vé conmigo de la mano en un futuro. A él le importan tanto las apariencias...
— Disculpa mi atrevimiento, pero, ¿ese alfa es Emilio?
— ¡Eduardo! — Regañó Nikolás.
Joaquín estaba confundido, incluso apretó la mano de su mejor amiga.
— El día que fué lo de tu celo, te llamamos más tarde para saber si todo iba bien, contestó un chico diciéndonos que era tu novio y que no te estuviéramos molestando. Nos sorprendimos, pero yo estoy seguro que esa era la voz del hijo del presidente.— Explicó el alfa pelinegro.
Joaquín frunció el ceño.— Es un maldito. Y sí, es él.
— Él está con María y déjame decirte que la chica no es una santa.
— Dijiste que me contarías lo que pasó entre tú y ella.— Recordó el castaño.
Nikolás se cohibió. — Está bien, pero necesito mente abierta y que no me juzguen. Eduardo ya lo sabe.
Leidy incluso se acomodó mejor, le estaba interesando escuchar el chisme.
— Hace menos de 1 año yo solía frecuentar mucho discotecas exclusivamente para omegas. Ahí la conocí y una noche ella me habló, total terminamos teniendo sexo en mi casa. Yo pensé que todo quedaría ahí.— Enfatizó.— Pero la siguiente vez que fuí ella seguía pegándose a mí y me besó, y-yo también le seguí el beso y terminamos enrollándonos otro par de veces.
>> Entonces después de 1 ó 2 meses ella me confesó que yo le gustaba y que quería algo serio conmigo, pero que no podíamos hacerlo público por su familia. ¡Me saqué tanto de onda! Yo pensaba que estábamos en la misma sintonía y que era sólo sexo.
>> La rechacé de la manera más amable. Ella estuvo sin hablarme y yo respeté eso, en ese tiempo conocí a Eduardo y congeniamos. Pero... María volvió a buscarme diciéndome que lo tenía superado y que estaba confundida. Me volvió a pedir que tuviéramos sexo sin compromiso y accedí.
>> Fué hace poco más de 1 mes que ella volvió a decirme que tenía sentimientos por mí, yo la rechacé amablemente y cuándo me volvió a buscar ya tuve que poner distancia. Le expliqué que ella tiene novio y no le hacía bien seguir viéndome porque yo no quería nada serio con ella. Entonces...
Nikolás alargó la última letra, casi cómo si no quisiera hablar.
— ¿Entonces...? — Animó Leidy.
— El día de su celo me habló, me sorprendió porque su novio no estaba con ella. Intenté negarme, pero... un omega en celo sufre mucho estando sólo... así que fuí a ayudarla.
— Ahí fué cuándo atamos cabos de que Emilio contestó tu celular, además de que no estaba con ella. — Finalizó Eduardo.
— Espera.— Habló Joaquín.— ¿Quieres decir que pasaste todo su celo con ella?
Nikolás asintió avergonzado. — Por lo menos la parte en la que Emilio no estaba.
— Mierda... si no estuvo con otro alfa eso quiere decir...
— ¿Qué el bebé si es de Emilio? — Cuestionó Leidy.
— Voy a hablar con ella. — Dijo Nikolás, decidido. — Prometo sacarle la verdad acerca de esa criatura.
— Gracias, Niko. Dios, no lo puedo creer.
Sin duda las esperanzas de Joaquín cada vez más se reducían.
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