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El pasar del tiempo no mitigo su dolor por la pérdida de sus amigos, pero la ayudó a mejorar como persona y alentar a Kakashi.
En los últimos días el peliplata había terminado yendo a su casa a desayunar antes de las misiones, por esta razón se despertaba temprano, comenzó a mejorar su puntualidad, pero parecía que absorbía la de Kakashi, pues él comenzó a llegar tarde a todos lados.
Logró ahorrar y construir su propia casa con las especificaciones que siempre quizo a pesar de tener sólo catorce, gracias a sus habilidades, nunca volvió a faltarle dinero.
Y ahora era más cercana a Uzumaki Kushina, especialmente por que ella la quería cerca por su alegre carácter.
Se hizo más responsable de lo que alguna vez fue y se dedico a estudiar métodos para cuidar de embarazadas y niños recién nacidos.
Esperaba con ansias conocer al niño que se llamaría "Naruto", nombre que tomaron del libro de Jiraiya, no faltaba más de un mes, así que había muchas cosas que hacer.
Pero primero lo más importante.
—¡Mire, Kushina-san! ¡Este es muy lindo! —mostró un pequeño mameluco de conejo.
—¡Awww! Metelo a la cesta, definitivamente tenemos que comprarlo —respondió la pelirroja contenta.
—¿Cree que Naruto sea muy llorón?
—Tal vez, Minato también era llorón cuando era pequeño.
—Me alegra ser la tía y no la madre, así puedo devolverlo.
Uzumaki carcajeo.
—Espero que algún día tengas hijos que lloren mucho, Jia-chan.
—Oiga, desear el mal no es bueno.
La esposa del actual hokage siempre fue una persona animada pero con carácter fuerte, esta fue la primera razón por la que Minato la amaba.
—¿Y si me termino casando con un hombre estéril? —cuestionó Jiraide.
—Eso sería malo, ya no tendría mi venganza indirecta.
Esta vez fue turno de Senju para carcajear.
—¿Recuerdas cuando te querías casar conmigo? —comentó Kushina.
La cara de la rubia se tornó roja.
—Claro que no.
—Claro que si, fue hace pocos años.
—¡No pensé que Minato-sensei fuera un soplón!
—No es un soplón, solo me compartió su análisis de su entorno.
—Uhuh —Jiraide desvío la mirada avergonzada.
—No te preocupes, me halaga saberlo —revolvió el cabello de Jiraide mientras reía.
—Jia, Kushina —saludó Minato apareciendo.
—Soplón —bufó Jiraide provocando otra carcajada de parte de la Uzumaki.
—¿Que hice?
—Contarme sus secretos —respondió la pelirroja.
—¿¡Entonces no era sólo uno!? —chilló Jiraide.
—¿Vendrás a casa? —cuestionó Namikaze a Uzumaki luego de una breve y divertida discusión.
—No, iré a cenar a casa de Jia con Kakashi.
—Veo que estos últimos meses se han vuelto particularmente cercanos ¿No, Jiraide? —apuntó Minato ligeramente burlon.
—Pffft ¿Por qué parece que cree que nos gustamos? Ese tonto sólo se aprovecha de mis grandes dotes culinarios.
Kushina intento tragarse su risa al igual que Minato.
Jiraide, como compañera de personas que le llevaban varios años de edad, entendió como se había escuchado.
—¡Habilidades de cocina! ¡En las mañanas va a desayunar! —chilló avergonzada —¡Que inmaduro es el hokage y su esposa!
Se avergonzo más al recordar que Kakashi estaría por ahí, seguramente, como los últimos meses, estaba encargado de vigilar y cuidar a Kushina.
—Ya, ya, vamos a tu casa, Jia, traeré a Minato conmigo.
—Mhm —camino a paso de elefante en dirección a la caja donde pagaría.
La compañía de aquellos dos alivianaba por igual su carga.
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N/A:
Adivinen ¿Quien creen que tuvo un momento de inspiración durante la madrugada y ya tiene hasta el capítulo 27 de esta historia?
