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N/A: Esto es una especie de extra, es opcional leerlo, así que si no deseas hacerlo, puedes saltar al siguiente capítulo que sera publicado entre el dia de hoy, mañana o pasado mañana, no afectará mucho.

Como recordatorio, repetiré que no tengo mucha experiencia escribiendo esta clase de escenas por lo que puede haber algunos errores ortográficos u otro tipo de ellos, espero sea de su agrado.








Obito la miro por entre sus dedos sintiendo su cara caliente.

—Yo... — un suspiro tembloroso se escapó de sus labios cuando ella hizo un leve movimiento —Yo no puedo aguantar más.

Jiraide sonrió ampliamente, deslizo su mano por el abdomen de Uchiha.

—¿Eso significa que-?

No pudo terminar, Obito la tomo por las muñecas para jalarla hacia sí mismo y besarla con ansias. Jiraide no se negó, pero se sorprendió un poco cuando sintió que una de las manos soltaba su muñeca derecha para ponerla sobre su trasero.

¿No era bastante interesante este nuevo comportamiento?

El rostro de la chica comenzó a enrojecer lentamente cuando se dio cuenta de que realmente iban en serio, que Obito estaba cediendo y que no iba a detenerse hasta el final. Incluso sus orejas y cuello se ruborizaron.

Con una vuelta rápida, ella termino debajo del hombre, este deseaba recorrer cada centímetro del cuerpo ajeno y estaba comenzando a hacerlo, puesto que sus manos iniciaron un recorrido sin rumbo, pasando por la cintura, el abdomen, por debajo de la delgada blusa llegando a meterse bajo el sostén ajeno, probo a desabrochar dicha prenda, pero le fue imposible, se enderezo para buscar una mejor posición.

Obito sintió un claro aumento de valor y deseo al ver la escena, Jiraide tenía los ojos ligeramente llorosos, se veía tan indefensa, estaba más ruborizada de lo que jamás había visto.

Le gustó la idea de ser él quien provocaba todo eso, quien podría tocarla, el único que la besaría. Solo en esa clase de momentos sentía que llevaba el control, lo cual, de alguna manera le daba satisfacción.

Con rapidez, el azabache le sacó el pantalón holgado y sentándola sobre la cama le saco la blusa y el sostén, pese a la vergüenza, Jiraide no se cubrió y permitió que Uchiha le viera, detectando que estaba usando su sharingan, o tal vez solo se activó de manera inconsciente.

—Abre la boca —ordenó Uchiha.

Ella obedeció, la lengua de Obito entró en su boca mientras le acariciaba las piernas, Senju llevo ambas manos a los hombros ajenos, deslizo sus dedos por su abdomen para llegar hasta el inicio de la camiseta, tiro de ella para sacársela, Obito cedió, se alejó y termino de quitársela. La rubia relamió sus labios ante la buena vista, si, de un lado se veía más pálido que el resto de su piel, pero le dio igual.

Él no podía aguantar mucho más, dejándose llevar por su sentir, la tomó por las caderas con ambas manos y la jaló con la intención de poder frotarse contra ella. Jiraide soltó un gemido ahogado sintiendo la dureza frotarse contra su zona más sensible. Uchiha comenzó a tocar con más descaro los pechos de la ojiazul.

Bajó sus besos a los senos de la ojiazul, disfrutó lamer y dejar marcas sobre el primero, con su lengua, acarició el pezón, masajeando con su mano el que estaba libre. Jiraide gemía suave y pausadamente, lo suficientemente audible para Obito indicándole que hacer.

Probablemente se debía al placer, pero Jiraide no se percató de que él se atrevió a dejarle marcas en el inicio de los pechos, la clavícula y cuello.

Jiraide estaba segura de que no podría aguantar mucho.

El calor que emanaba del cuerpo de Uchiha, la dureza frotándose contra su zona más sensible...

Obito se adelantó.

—Raide... ¿Podemos hacerlo ya?

—¿Sabes cómo se hace? —preguntó Jiraide.

—Leí un libro por curiosidad, hoy me va a servir.

Senju soltó una leve risa, volvió a besar a Obito y este le siguió el beso. Las últimas prendas desaparecieron, llegó el momento esperado.

—¿Estas lista? —murmuró el azabache posicionándose.

—Nací lista.

Obito sonrió recargando su frente de la ajena.

Con lentitud, comenzó a entrar.

A diferencia de lo que alguna vez escuchó, no dolía excesivamente, tal vez porque su trabajo como ninja le orilló a aumentar su resistencia al dolor, pero lo único que sintió fue una leve punzada a medida que él se introducía.

—¿Estas bien? —inquirió Obito con la voz temblorosa.

—Estoy bien, puedes moverte —musito llevando ambas manos a las mejillas ajenas.

Uchiha obedeció, comenzó un vaivén lento.

—¿Qué haces?

—Lo hago lento hasta que te acostumbres.

Jiraide hizo una mueca.

—Deja tu piedad para los débiles —gruñó jalándolo de nueva cuenta para juntar sus labios.

Senju se arrepintió de sus palabras en menos de tres horas, ese hombre... Ese hombre no era Obito, era un desgraciado con una resistencia inhumana.

—¡Y-Ya! ¡Me doy! —jadeo Jiraide golpeando suavemente la espalda del Uchiha —Me rindo, no puedo más.

Obito sonrió con burla.

—Perdóname, no pensé que resultaría demasiado para ti.

—Eres un desgraciado —mascullo ella ante la provocación, ya no parecía estar avergonzado como poco tiempo atrás —Te voy a mostrar tus límites.






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Eterno - 永遠 || Uchiha ObitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora