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—¡Mami! —exclamó Naruto entusiasmado corriendo torpemente a abrazarla.
—¡Naruto! ¿Como estas?
—¡Bien! ¡Kakashi nii-chan me llevó a ver a Sasuke!
—¿Fueron a verlos? —cuestionó Jiraide al peliplata.
—Tenía que tratar un tema con Itachi —respondió él.
Naruto y Sasuke se habían conocido un tiempo atrás en casa de Akane, pues esa mujer, era una amistad en común de Mikoto, Jiraide y Kushina, así que constantemente era visitada por los Uchiha a excepción de Fugaku.
—Esta bien —besó la mejilla de Naruto —¿Quieres ir a Ichiraku?
—¡Si!
—No le des tanto ramen o terminara como tú, comiéndose diez platos.
—Exagerado —bufó Senju —Solo son dos.
—Diez.
—Seis.
—Diez.
—¿A quien le importa? —tomó en brazos a Naruto —El resto de la semana comerá vegetales.
—¡No, no, no! —chilló Naruto como si lo hubiesen golpeado —¡No me gustan!
—Pffft, vamos, Naruto, si solo comes ramen no podrás crecer.
—¿Eh? —se quedó pasmado.
—Los vegetales hacen que crezcas, por eso debes comerlos.
—¿Así rebasare a Kakashi nii-chan?
—A mi también.
Pareció que los ojos de Naruto se llenaron de estrellas.
—¡Quiero vegetales!
—Pero mañana, hoy me hace falta ramen.
—¡Mañana!
Kakashi se trago la carcajada que quiso brotar de su garganta.
Aquellos dos definitivamente formaban la mayor parte de la gran felicidad que era capaz de sentir día a día.
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