4.

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KIMA

Ya habíamos llegado a la playa, pero de mi mente no salía el momento en el que Chishiya me iba a decir eso, cualquier persona con dos dedos de frente se daría cuenta de lo que me iba a decir, y todavía no me lo creo, es que ese chico me a gustado desde hace tiempo y el que el también gustará de mi me emocionaba mucho en verdad.

—Vamos por aquí.—el chico de cabello rojo el cual no nos había dicho su nombre, ya se encontraba fuera del auto esperando que nosotros hiciéramos lo mismo.

Resulta que la playa no era una playa enrealidad, era un hotel solamente que con grafiti en la parte de su nombre pusieron en rojo "playa".

Si, muy ingeniosos.

—Y se supone que te tenemos que seguir, o solo nos vamos a quedar aquí.—el chico a mi lado estaba algo molesto, y creo saber el por que, el pelirrojo delante de nosotros no me apartaba la mirada de la cara, como embobado, yo solo le sonreí, y eso pareció sacarlo de su pequeña nube.

—Eh, perdón, ¿que fue lo que dijiste?—el chico miró a Chishiya algo confundido.

—Que si nos vamos a pasar toda la puta noche aquí parados, o nos vas a llevar con tu jefe. —okey, estaba enojado, y se notaba que no era poco, le apreté la mano para que se calmara un poco.

—O si claro, sigan me.—el chico ignorando el tono borde de Chishiya se empezó alejar de nosotros, y no nos tocó de otra que seguirlo,bueno yo obligue a Chishiya a seguirlo.

—Debes calmarte, no te puedes presentar enojado delante del jefe de esta locura.—el solo me miró de reojo para luego contestarme de una manera muy seca.

—Y tu deja de ser amable con todos.

—Sabes que siempre e sido así, y nunca te había molestado, ahora por favor respeta mi manera de ser como yo lo hago contigo.—le hable del mismo modo que el lo había echo.

—Oye hermosa lo siento, es que sabes que no me gusta que ningún hombre te mire así.—me miró y en sus ojos vi el arrepentimiento por haberme hablado así.

—Esta bien, te perdono, pero se más disimulado cuando estés celoso.—le di una sonrisa, y el algo avergonzado por lo que yo había dicho miró a otro lado huyendo de mi mirada.

Le iba a decir algo cuando el chico delante nuestra freno de la nada, no me había dado cuenta que estábamos dentro del hotel y nos encontramos frente una gran puerta.

—Bueno aquí esta el sombrerero, el les explicara las reglas de este lugar. Te recomiendo que no sueltes a la chica, el es muy, como decirlo, le gustan mucho las mujeres, y más las que son tan bellas como la que está a tu lado.—Chishiya agarro con mucha más fuerza mi mano, para luego darle una mala mirada al chico.

El solo ignoro la mirada de mi amigo y abrió la gran puerta adentrándose en ella, y nosotros unos pasos detrás de él.

—Señor aquí están los Reyes de diamantes.—de verdad que a esta gente le hacia falta creatividad.

—¡Al fin! Ya estaba por creer que eran solo una leyenda. —un hombre con cabello largo, traje de baño y unas gafas de sol, hablo de forma escandalosa abriendo los brazos con una gran sonrisa en la cara.—Ustedes son los reyes de diamantes, pensé que eran dos hombres, veo que mis hombres me informaron mal.—me dio una mirada que me dejó algo incomoda, por lo cual Chishiya me coloco detrás de él de una forma para nada disimulada.

—Díganos para que nos quiere. —hablo con el tono de voz que utilizaba siempre que se dirigía a otras personas que no fueran yo.

—Tienes razón, voy a ir al punto. Ustedes tienen algo que yo quiero, y son las cartas de diamantes y una que otra de trebol, las tienen en su mayoría todas, y la verdad quisiéramos que no las dieran. —el hombre que se auto proclamaba jefe de este lugar hablo con un toque de diversión el cual no paso desapercibido por parte de nosotros.

—Y que se supone que ganamos nosotros. —hable por primera vez desde que entramos aquel lugar. La mirada del hombre que no se había apartado del agarre de nuestras manos se dirigio a mis ojos sonriéndo exageradamente.

—Pues un lugar donde quedarse, con diversión infinita, pueden hacer lo que les plazca, tener lo que les plazca, drogarse hasta morir y tener sexo cuantas veces quieran, nuestra meta en la playa es tener todas las cartas bajo nuestro poder para lograr irnos de esta país, aunque no nos vamos a poder ir todos inmediatamente vamos a irnos uno por uno, y para eso se necesita su ayuda, son muy buenos en los juegos, la verdad me sorprenden.

Nosotros solo lo vimos serios,hasta que se me ocurrió algo y por la mirada que me lanzó Chishiya creo que el también lo pensó.

—Esta bien, nos quedaremos.

El hombre solo sonrió para luego decirnos las reglas de lugar, solo eran tres, así que no vimos el problema, salimos de la habitación luego de que le entregaramos las cartas al sombrero y el nos diera unas manillas con números el mio era el número cinco y el de Chishiya el número seis, eso nos hacía parte de los ejecutivos.

En este momento nos encontrábamos en la azotea del edificio.

Estábamos mirando el cielo cuando se me pasó algo por la mente. —Sabes, leí en una parte que era mejor enamorarse del villano que enamorarse del héroe.

—¿Por que?—el me miraba esperando mi respuesta.

—Por qué el héroe es capaz de sacrificar a la mujer que ama para salvar al mundo, en cambio el villano sacrificaría el mundo para salvarla a ella.

—Pues déjame decirte que yo seria ese villano. —lo mire algo sorprendida, el continuo hablando.—Por qué yo sacrificaría al mundo con tal de que tu estés bien.

◇Mi Reina◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora