6.

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En este momento nos encontrábamos en la sala de reuniones del sombrerero, nos había mandado a convocar con la misma chica de ayer.

—Necesito que vayan a jugar esta noche.—exclamó con una gran sonrisa en la cara nada más vernos. Yo lo mire con seriedad, igual que Kima, se notaba que no le agradaba el tipo. Bueno yo lo notaba.—Aguni va a supervisar su juego de esta noche, es una prueba.—Al ver nuestras caras se apresuró a hablar.—No le tomen a mal, es solo que siempre hacemos eso.

—Esta bien, si esas son las reglas tenemos que cumplirlas.—la chica a mi lado le dio una sonrisa, el no notaba que era falsa pero yo la conozco muy bien. Y como había dicho antes, ella es muy parecida a mí, solo que era más simpática.

—Claro ya veo que se adaptaron muy bien.—sabía a lo que se refería. Ella estaba en traje de baño, para mi buena suerte tenía un suéter mio que le cubría todo el cuerpo.—Aunque no entiendo por qué el suéter.

—La verdad me siento más cómoda así.

—Pero linda...—estaba harto.

—Dijo que se siente bien así.—hablo bajo pero la sala quedo en silencio luego de mis palabras, lo había dicho de una forma muy cortante.

—Okey.—el sombrerero me miró con una gigante sonrisa, como alegre por causar alguna reacción de mi parte.

—¿Ya eso es todo?

—Si, pueden retirarse.

Me levante de la silla para rápidamente irme, no sin antes tomar la mano de la chica que me vuelve loco.

Camine muy rápido hasta estar en la parte trasera de la playa junto con ella. La tome de los hombros para apoyarla suavemente en una de las paredes, apoye mi frente en su hombro, respirando agitadamente, no por la caminata, si no por la ira, estaba muy enojado.

Sentí una pequeña mano en mi cabello, que descendió hasta mi cuello para volver a subir y así repetir el patrón.

—Tranquilo, cielo.—me hablo tan suave que me relaje, y lentamente saqué mi cabeza de su hombro, la vi a los ojos y la paz que me transmitieron me calmó.

—Detesto a ese tipo, de verdad, su simple presencia me altera. No lo quiero cerca de ti.

—Deberíamos crear un plan para escapar de aquí.—ella lo dijo con ironía, pero me pareció el mejor plan del mundo.

—Tienes razón, deberíamos hacerlo.

Muchas ideas cruzaron por mi mente en ese momento, como prender este maldito lugar, pero no podía hacer esto, si me iba lo iba hacer con esas cartas, necesitaba sacar a Kima de ese maldito lugar.

—La verdad pensándolo bien no es mala idea.

—Tenemos que llevarnos las cartas también.

Ella asintió dándome la razón, para luego colocar su mano en mi mejilla y sobarla, como el ser más sumiso de la tierra incliné mi cabeza hacia su mano cerrando los ojos. Ella empezó a repartir me besos por toda la cara esquivando mis labios cosa que era exasperante. Abrí mis ojos, poniendo mis manos a cada lado de su rostro acorraladola, cosa que no pareció desagradarle.

—Teníamos algo pendiente, hermosa.—ella sonrió colocando su otra mano en mi mejilla y acercando nuestros rostros sin quitar su mirada de la mía en ningún momento.

Termino acortando la distancia juntando nuestros labios en un beso lento y lleno de amor, yo coloque mi mano en su cintura y la otra la puse en su nuca acercandola más a mi.

Luego de unos segundos el beso se volvió más necesitado y rápido, ella abrió un poco la boca, yo aproveche ese momento para adentrar mi lengua, a lo que la de ella me recibió gustosamente, incliné un poco la cabeza para profundizar el beso, fui bajando mi mano hacia su trasero, siempre había querido hacer eso.

Unos segundos después, necesitábamos aire así que nos separamos lentamente viéndonos a los ojos, ella tenía una pequeña sonrisa que me contagió, ese brillo en sus ojos me encanto.

—¿Esto en que se supone que nos pone?—pregunte algo temeroso a su respuesta.

—En dos chicos que quieren estar juntos, y eso significa que debemos estarlo.

Abrí los ojos alegre con su respuesta,la tomé de la cintura para luego darle varias vueltas en el aire, sus carcajadas inundaban el lugar junto con las mías, la coloque en el suelo para llenarle todo el rostro de besos, terminando en sus labios.

—Jamás imagine decir esto, pero espero que nunca me faltes.

—Y yo espero que nuestro para siempre en verdad lo sea. Te adoro Chishiya.

—Y yo te amo Kima.

[...]

Estábamos preparados para ir al juego de esa noche, estaba muy feliz por que oficialmente Kima y yo eramos pareja.

No quería que ningún hombre se le acercara, o la mirará, ella en definitiva me hacía ser alguien muy posesivo.

—En que piensas.—tomo mi mano mientras subíamos al auto donde se encontraba el tal Aguni, y un tipo más, los miré serio, para luego contestarle a Kima.

—En que no quiero que te pase nada esta noche.—era la verdad, no quería que le pasara nada malo, yo no lo iba a permitir.

Ella me dio una sonrisa, y se acerco para dame un pequeño beso que me dejo con ganas de más, pero no me podía poner en evidencia con esos tipos allí, luego saludo a Aguni y al otro chico, después de eso emprendimos el camino.

Luego de un tiempo habíamos llegado a un edificio. Entramos para registrarnos, cada quien tomó su teléfono, yo me fui con Kima a una esquina, y me agache para poner a cargar el aparato que habia creado con una radio, esperaba que funcionara, me levante luego de eso, me puse uno de mis audífonos y le pase el otro a ella, que me dio una corta sonrisa para dar las gracias, y ponerse a jugar con mis manos.

Empecé a analizar a todo mundo había unas chicas y como tres hombres, esto no iba a ser difícil, todos se veían débiles. Baje mi cabeza para mirar como Kima jugaba con mis manos.

—¿Crees que haya un doctor?

—No lo se, Arisu.

Al escuchar ese apellido levante la cabeza. Se encontraban dos chicos uno que parecía no haberse bañado en años que se me hizo conocido y otro rubio a su lado, era el hermano de Kima con uno de sus amigos, el otro seguramente estaba lesionado, por que sino para que estarían buscando un doctor ellos no se veían mal.

El hermano de Kima, Arisu volteo en mi dirección, primero miro al aparato en el suelo cargando y luego a mi, para después voltear a ver a mi acompañante.

—Hermosa, aquí hay alguien que conoces.

—¿Que? ¿De que hablas?—levantó la mirada confundida a lo que yo le indique con la mirada que viera en la otra dirección.

Al hacerlo vio a su hermano.

—Arisu.

—Kima.

◇Mi Reina◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora