◇Mi Reina◇

32.

Estaba de camino, hacia el juego de la Q de diamantes. Ya me encontraba cerca del lugar, solo esperaba que pudiera salir rápido para encontrarme con Chishiya, e ir a rey de espadas.

Cuando estuve delante de el gran estadio, me adentre al lugar, subiendo mi capucha, era mejor pasar de inadvertido.

Al entrar al lugar vi a algunas dieciseis personas, no sabía con certeza, sin prestarles mayor atención me puse en una de las esquinas del lugar, observando, el lugar, era un estadio de deporte de esos que tenían de todo, era gigante.

EL REGISTRO SE A CERRADO.
SON UN TOTAL DE: DIECIOCHO JUGADORES.
DIFICULTAD: Q DE DIAMANTES
JUEGO:CONGELADO.
REGLAS:ESCAPAR DEL PARTICIPANTE ESCOGIDO PARA CONGELAR, SI NO HUYEN, Y ESTE LOS TOCA, EXPLOTAN.
CONDICIONES PARA GANAR: NO SE PUEDE UTILIZAR LA VIOLENCIA PARA ATACAR AL PARTICIPANTE QUE CONGELA, SI ESTO LLEGA A SUCEDER, ES EL FIN DEL JUEGO, EN CAMBIO, PARA EL JUGADOR QUE CONGELA, SI LOS DEMAS JUGADORES LOGRAN GANAR EL JUEGO SERA EL FIN PARA EL, ADEMÁS, TAMBIÉN TIENEN QUE ENCONTRAR A LA Q DE DIAMANTES QUE SE ENCUENTRA ENTRE USTEDES.

Luego de el anuncio de las reglas, sonaron unos pasos por todo el lugar, era solo una persona, se escuchaban en el centro del lugar, así que todos nos dirigimos allí. Al llegar vimos un hombre se veía nervioso.

—La Q te a elegido a ti.—señaló a un hombre que se veía bastante atlético.—Para ser el personaje que congela.—el hombre lo miró con indiferencia, desde lejos se notaba que era un psicópata.—Acércate, te tengo que entregar algo.—el hombre sin pensarlo dos veces camino hacia el, yo solo lo miraba todo escondida entre todas las demás personas. Cuando este llegó junto con el hombre que había enviado la Q le entregó algo, para luego susurrarle supongo que lo que tenia que hacer con eso, y también sospechaba que le estaba diciendo a quien no tenia que matar.

Después de haberle dado las instrucciones al hombre, este giró hacia nosotros, caminando con calma, pero amenazante, a los segundos de haberse dado la vuelta el hombre a su espalda, lo atravesó un láser, supongo que por eso estaba nervioso.

Sin pensarlo mucho, con pasos sigilosos me subí a los asientos de la planta alta, allí tendría una buena visión de todo lo que pasaba.

A los minutos, vi como uno de los jugadores fue tocado, por la mano derecha del hombre que congelaba, eso me había llamado la atención, vi como la chica exploto sin ni siquiera ser consciente de el momento en que la tocaron en la espalda, simplemente no había tenido tiempo ni de sentir dolor, no se si eso era bueno, o malo, y me preguntaba como demonios habían logrado hacer eso, sin ningún tipo de objeto.

Hasta el momento ya habían matado a diez jugadores, quedábamos seis, sin contar a la Q y al chico que congelaba. Me había dado cuenta del patrón que se generaba, en el juego, y era que el hombre siempre tocaba con la mano derecha a los que "Congelaba" y siempre pasaba de largo a una chica, que al principio del juego se veía muy asustada, los demás jugadores no se daban cuenta por el simple echo de estar corriendo por sus vidas.

Ya tenia un plan, y lo iba a poner en marcha, así que baje a la cancha de juegos y corrí como los demás mezclándome entre ellos, pero yo iba hacia la chica a la cual había evitado todo este tiempo el hombre, al entrar en su campo de visión y pasar muy cerca de el, empezó a perseguirme, yo corrí más rápido hasta estar a unos dos metros de la chica que estaba de espaldas a mi, así que sin pensarlo dos veces, baje la velocidad para ver al hombre que ya estaba muy cerca de mi, como él no hania parado de correr ni bajado la velocidad, simplemente tuve que salir de su camino para que así chocará con la otra chica, él tenía la mano extendida así que al llegar a la chica la toco con la palma de su mano, y al segundo exploto, y a él lo atravesó un láser.

Perfecto.

Cuando escuché la voz felicitar a los ganadoras, salí rápidamente del lugar, para ir al punto de encuentro con Chishiya.

[...]

Cuando llegue al lugar, vi a Chishiya, sentado en las escaleras de la entrada, tenia la cara entre sus manos, y golpeaba con su pie el piso una y otra vez inquieto.

—Hola, guapo.—el levanto su cabeza rápidamente.

—Kima...—susurro con una sonrisa en su rostro, se levanto del suelo para caminar de forma rápida en mi dirección.—Dios, me había preocupado tanto, pensé que te había pasado algo.

Lo tome de las mejillas.—Estoy bien, no te preocupes, ya no nos vamos a separar más, te lo prometo.—acerque mis labios a los suyos, para luego besarle, el tomo mi cintura en sus manos.

Cuando nos separamos hablo.—Te amo. Y más te vale que no nos separemos más, por que si eso sucede me voy a morir.

—Ay, eres un dramático.—hable entre carcajadas.

—Claro ríete.—me miro serio.

—Oh vamos, mira vamos a ir acabar con el rey de espadas, ¿si?—le di un pequeño beso.

—Lo que mandes son ordenes para mi.

—Wow, si te ven así se va a derrumbar tu faceta de chico malo.

—Pero tú no le vas a decir nada a nadie.—me tocó la mejilla haciéndome cerrar los ojos.—¿verdad, hermosa?

—Sí, lo que digas.—seguía embobada, por su toque.

Me soltó de la nada.—Okey, vamos.

Empezó a caminara.—Oye.—me ignoro y continuo caminado.—Chishiya.

Corrí detrás de él, cuando se dio cuenta acelero el paso, riéndose.

Hubiera deseado que ese momento hubiese sido eterno.