◇Mi Reina◇

25.

Nos encontrábamos con los chicos, Chishiya me consiguió un top deportivo, y un leggi, también un buso como el de el, toda mi ropa era  de color negro y no se como le hizo pero encontró, un buso blanco como el que siempre tenia, y una sudadera deportiva blanca aunque no estaba utilizando su buso ahora, sino mas bien uno estilo playero, además aunque parezca imposible de lavó el cabello.

Sí, increíble.

—¿Asi que, Chishiya y tú lo hicieron?

La salchicha que había metido a mi boca, para comer, casi sale expulsada de mi boca, haciendo que una tos que casi me mata. Chishiya golpeó mi espalda con suavidad, y tenía una casi imperceptible sonrisa en su rostro.

Todos nos miraban confundidos.

—¿Que?—pregunte cuando me recupere deseando haber escuchado mal.

—¿Que si Chishiya y tú hicieron las pases?

—Ah, eso...—solté una risa nerviosa.—Sí.

—Si, hicimos eso también.—mire hacia mi novio, mi mirada solo transmitía una cosa, te voy a matar.

—¿Como?—Arisu lo miraba, serio.

Yo solté la risa más falsa del mundo.—Yo creo que ya es hora de dormir.—quite la mano de Chishiya bruscamente de mi espalda, para luego levantarme de donde me encontraba sentada.—Pido dormir con Kuina y Usagi.—tome a las mencionadas de los brazos levantando las, y llevándolas a una de las camas que estaban en venta en el centro comercial.

En el fondo escuché como los chicos empezaban una pequeña discusión.

—¿Asi que, tu y Chishiya?—Kuina me miró levantando sus cejas, una detrás de otra de manera nerviosa.

—¿Que? No.—levante mis manos.—¿Quién es ese? ¿Lo conozco?

—Okey, ya entendimos— Usagi soltó una risa divertida, para luego tomarme de los hombros y sentarme en la cama.

—Pero tú que vas hablar, e visto como miras a mi hermano.—cambie de tema rápidamente, aunque no era mentira.

Ella aparto la mirada sonrojandose.—No cambies el tema.

—Chishiya y yo somos pareja, es normal.—señalé.—Pero Ryohei y tú de quieren pero no lo aceptan.

—Eso es cierto.—Kuina me apoyo.

—Tú cállate, e visto también como miras a Ann, pero no le dices nada.

Ella se puso nerviosa.—Es solo una amiga.—se rasco la mejilla, nerviosa.

Todas estábamos en la cama sentadas estilo indio, como en un pequeño círculo.

—Yo soy la única que esta con la persona que le gusta.—las mire.—Deberían ser valientes y dar el paso.

Quedaron pensativas, para luego asentir.—Tienes razón.—dijeron al unísono.

Yo solo las mire llena de orgullo a las dos. El resto de la noche no las pasamos hablando de las cosas que hacíamos en el mundo real, por así decirlo, Usagi nos contó su historia y como su papá se había ido y según ella la abandono, por demostrar algo que no necesitaba, Kuina nos dijo los problemas con su papá, y como se había ido de su casa a temprana edad, también nos dijo que su mamá necesitaba ayuda, su ayuda, y que ella nunca la había juzgado por lo que ella decidió ser. Yo por mi parte les conté los problemas que había tenido con mi papá y mi hermano mayor desde que mi madre había muerto, los problemas no eran por mi falta de madurez con buscar trabajo o algo así, como ellos le decían a Arisu, mis problemas con ellos eran por mi hermano, y el que nunca lo trataban como alguien de la familia, y al preferír a mi hermano, me empezaron a despreciar.