23.

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CHISHIYA

—Así que fuiste manipulada por Chishiya, para seguir su macabro plan ¿Eh?—Kima miro a Kuina incrédula por todo el cuento que le había echado esta.

—Si, yo solo soy una víctima de su plan maligno.—me señaló con su dedo.—Ese enano no tiene piedad de nadie.

La miré indignado por sus palabras. Más preferi quedarme callado.

—Kuina, linda, no se que decirte en realidad.—yo la miré.—Te creo.—dijo al final.

—Perdón, ¡¿Que?!

Estaba super ofendido, mi novia le decidió creer a la loca, en vez de a mi.

—Tranquilo, no me tienes que volver a pedir disculpas por casi hacer que maten a mi hermano mayor.—me dio una sonrisa inocente. Abrí mi boca, pero no salió ninguna palabra de ella estaba sorprendido por tanto veneno hacia mi persona.—Bueno.—Kima se levanto de la cama donde estaba sentada al lado mío, golpeando sus rodillas con sus manos.—A dormir, mañana tenemos que ir a la estación del tren.

—¿Pero, no vas a dormir conmigo?—susurre para que sólo ella me escuchara.

—Nop, hoy voy a dormir con Kuina.—se acostó al lado de la chica. La cual le había dejado un espacio hace rato ya, tenían todo planeado.—Buenas noches.

Me dio la espalda, para luego taparse con la sabana con la que estaba Kuina.

Esa iba a ser una larga noche.

[...]

Estábamos de camino a la estación de trenes, estaba todo muy oscuro, llevábamos linternas que apenas alumbraban el lugar.

Cuando salimos de las vías del tren llegamos como a una puerta, la cual se encontraba entre abierta, tome a Kima de la mano, ya que se encontraba a mi lado, y la pise detrás de mi, para luego abrir con cuidado la puerta.

Nos adentramos al lugar, viendo personas muertas en mesas, las cuales tenían computadoras, encima de ellas, en todas las paredes habían pantallas, estas ocupaban, todo el lugar.

Kima soltó mi mano para acercarse a un cuerpo, y vio su cabeza con atención, yo hice lo mismo, Kuina seguía viendo las pantallas, y algunas puertas que llevaban a otras salas idénticas a la que estábamos.

Nos dimos cuenta que todos habían muerto por rayos láser en sus cabezas.

Eso solo significaba una cosa. Mire a Kima y sabía que pensaba lo mismo que yo.

Como estábamos en completo silencio, escuchamos cuando una voz conocida soltó un "no puede ser"

Caminamos a paso lento hacia el lugar donde se escucho la vozbueno, yo llevaba a Kima casi jalando la ella seguía algo impactada por el lugar.

Entramos a la sala, viendo a él hermano de Kima con Usagi, más atrás se encontraban los otros dos chicos.

—Así que también encontraste el lugar.—hable haciendo que los cuatro apuntaran con sus linternas en nuestra dirección, aunque había hablado bajo, el eco se hizo presente.—Tal y como lo esperaba de ti.

◇Mi Reina◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora