◇Mi Reina◇

33.

CHISHIYA

—...Entonces lo esquive, y el choco con la Q de diamantes.

—Ya veo, que bien que hayas salido de allí, hermosa, yo me encontraba nervioso por que pensaba que ibas a estar herida.

Ella me miró con ternura.—Ya estoy contigo.

Por todo el camino hacia el lugar donde habíamos visto por primera vez a el rey de espadas, conversamos sobre muchas cosas distintas.

[...]

—Bueno, ya estamos  llegando.—hable cuando vi a lo lejos unos autos abandonados, con algunas plantas a su alrededor.

—Ojalá y encuentre a mi hermano, y a los chicos.

Levante las manos que teníamos sujetas, acercandola a mis labios para darle un beso a la de ella.—Ya veras que todos están bien, te lo puedo asegurar.

Ella me iba a decir algo pero vi a su hermano a unos metros de nosotros así que hable, sin soltar la mano de Kima.—Hola.

El volteo en nuestra dirección, y Kima estaba sorprendida, pero no soltaba mi mano.—Kima.—al nombrar a su hermana se le noto mucho la alegría y calma, sin más Kima solto mi mano y salio corriendo hacia su hermano, el cual la recibio con los brazos abiertos, yo meti mis manos en mis bolsillos viendo a mi chica con una pqueña sonrisa en mi rostro.

—Veo que también viniste.—empecé a caminar hacia ellos a pasos lentos.

—Chishiya.—me miro por primera vez desde que nos había visto, pero sin soltar a Kima.

—Quedan dos juegos, los demás jugadores van hacia shibuya, y conociéndote, sabía que estarías vivo, se lo dije a Kima una y otra vez, pero seguía nerviosa.—le di una sonrisa a mi chica, que me miraba, y luego miré a Arisu sin borrar aquella sonrisa, solo la hice más pequeña, ella ya lo habia soltado solo que se encontraba a su lado.

—Veo, que has cambiando, ¿no?—hablo después de un corto silencio.

—¿Sí?—lo mire.

—Si, estas más relajado.

Solté una pequeña risa.—Más relajado eh, bueno pase por muchas cosas con tu hermana, pero todo el merito de mi cambio de lo lleva ella.—me acerque más a ellos.—De acuerdo Arisu, ¿te puedo contar algo, que no le e dicho a nadie?—sentí la mirada curiosa de Kima en mi, pero yo seguia con mi mis ojos enfocados en su hermano.

—Si.—dijo luego de un suspiro.

—Pues yo...—antes de que hablara se escucho un tiro por todo el lugar, mire a Kima, que se encontraba tocando su pecho, separo un poco su mano del lugar, para ver una gran mancha roja.

Me miró con lagrimas en los ojos para luego caer al suelo, Arisu actuo rapidamente colocandola en sus brazos, para traerla rapidamente a mi lado. Cuando estuvo cerca de mi reacciones y me acerque quitandocela de los brazos a Arisu, y colocandla suavemente en el suelo viendo su herida.

—Hola.—no le preste atención a la voz.

—Estas bien, estas bien.—repetía esas palabras una y otra vez, mientras presionaba su herida, convencido me más a mi que a ella.