Capítulo 36

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El camino al hospital fue tenso, no por Cristopher y yo. Si no porque me estaba muriendo del miedo. Cristopher tomó mi mano y no la soltó en todo el camino. Ni siquiera cuando entramos corriendo al hospital hasta llegar a donde estaban Kyle y los padres de Morgan.

-¿Qué fue lo que ocurrió?

-Un camión se pasó un alto y chocó contra ellos -me explicó Kyle- Ahora mismo están en cirugía.

Fueron las horas más largas de mi vida, durante ese tiempo llegaron Jimmy y los padres de Cristopher junto con el abuelo Arthur. Cristopher seguía sosteniendo mi mano y se lo agradecía. En ese momento él era mi soporte. Finalmente un doctor se acercó a nosotros.

-¿Familiares de Morgan Summers?

-Nosotros -respondió el padre de Morgan.

-La cirugía resultó bien. Solo le queda recuperarse por completo para que sane la herida y los huesos rotos. Está siendo trasladada a una habitación, los llevaremos en un momento -fue un alivio saber que Morgan ya estaba fuera de peligro- ¿Familiares de Allan Collins?

-Somos nosotros -solo en ese momento me solté de Cristopher y junto con Kyle nos acercamos al doctor.

-La cirugía del chico fue complicada, al ser quien recibió el impacto directo resultó más herido... Hicimos todo lo que pudimos pero... lamentablemente el joven no sobrevivió -el resto de lo que explicó el doctor fue un eco en mi cabeza. 

"No sobrevivió"

Esas palabras se repetían una y otra vez. Sentí mi pecho oprimirse y que me faltaba el aire. No le pensé dos veces y me alejé de ahí, caminé a paso apresurado hacia la salida. Cuando salí mis piernas me fallaron y caí de rodillas al suelo.

-¡Ally! -Cristopher llegó a mí y se agachó.- Princesa... -susurró dolido. 

-No...-comencé a negar con mi cabeza una y otra vez- No... No...

-Lo lamento tanto -Cristopher me abrazó, lo sentía llorar. Mi hermano, la única familia que me quedaba había muerto. La conmoción fue tanta que desmayé, al despertar estaba en una habitación del hospital.

-Ally -Kyle se acercó a la camilla- me alegra que estés despierta. ¿Te duele algo? -Kyle estaba con ojeras y los ojos rojos.

-Kyle -dije con vos rasposa- fue otra pesadilla ¿verdad? -al no recibir respuesta me incorporé en la cama hasta quedar sentada.- ¿Verdad?

-Mi niña... -Kyle me abrazó y comenzó a llorar. Era cierto, Allan había muerto. Sentí un enorme dolor en mi pecho, pero aún así no lloré. Cristopher entró a la habitación y al verme suspiró aliviado. Kyle se separó y nos dio espacio al salir de la habitación.

-Princesa... -se acercó a mí y se sentó en la camilla- me diste un susto enorme. -acarició mi mejilla con sus nudillos.

-¿Y Morgan?

-Acaba de despertar. Le darán la noticia en cuanto el doctor termine de revisarla.

-Quiero ir con ella. Quiero estar ahí con ella -Cristopher sabía que seguiría insistiendo, así que me ayudó a caminar y me llevó a la habitación donde estaba Morgan. Entramos y todos estaban ahí, Morgan lloraba desconsolada. Ya le habían dicho. Ella me vio y su llanto aumentó, me acerqué a ella y nos abrazamos con fuerza. Ella se deshacía en lágrimas. Aún así, yo no lloré.

El funeral de Allan fue dos días después, asistieron varios chicos de la escuela con sus familias, incluso Diane estaba ahí. A Morgan no le autorizaron salir del hospital y asistir, su salud estaba delicada y no querían que empeorara y pusiera su vida en riesgo. Los Winter fueron muy amables al pagar por los gastos funerarios. Casi no recuerdo lo que pasó ese día, estaba tan perdida en mis pensamientos viendo la caja donde se encontraba el cuerpo de mi hermano que no presté atención a ninguna palabra dicha por alguien. Cuando todo terminó me senté en una banca junto con el abuelo Arthur. Estaba cansada de escuchar las palabras de aliento de los demás. Cristopher notó mi malestar y se acercó a mí, se puso de cuclillas frente a mí para poder verme a los ojos.

-Háblame, princesa -pidió.

-Quiero irme de aquí. -sin decir nada se levantó y tomó mi mano, ni siquiera presté atención a  lo que le dijo al abuelo o a sus padres. Al llegar a casa, Cristopher me acompañó a la puerta. Antes de abrir me giré a él y lo vi directamente a los ojos.

-Cristopher...

-No lo digas -me interrumpió- Por favor, no me apartes. Sé que no terminamos de resolver las cosas y no es algo que debamos hablar ahora, no es el momento, lo entiendo. Pero Ally... yo te amo y quiero estar contigo, más en este momento. Quiero estar a tu lado, así que por favor... no me apartes. -suplicó.

-De hecho, quería pedirte que te quedaras conmigo -por primera vez en dos días sonreí, los ojos de Cristopher se iluminaron y sonrió también.

-Siempre, princesa.

Entramos a casa y nos llevé a mi habitación. Estuvimos el resto del día recostados en la cama, yo estaba con mi cabeza apoyada en su pecho y él me rodeaba con su brazo. 

-¿No me crees un fenómeno por no llorar ni siquiera en estos momentos? -pregunté temerosa.

-Mi abuelo me dijo que todos sobrellevamos el dolor de diferente manera. Y creo que tu manera de hacerlo es no llorando. Pienso que te impides llorar inconscientemente, no te permites mostrarte débil, ni siquiera ante ti misma. Si te soy sincero, eso me aterra. -giré mi cabeza para verlo- Llegará un momento que será tu punto de quiebre, será la gota que derrame el vaso y... me aterra el dolor que puedes llegar a sentir, me aterra no estar ahí para ti cuando eso pase.

-Cristopher... -me incorporé en la cama y él me imitó- lo que escribí en mi cuaderno...

-No tenemos que hablar de eso ahora, princesa -dijo acunando mi rostro con su mano.

-Quiero hacerlo, por favor. Lo necesito. -accedió con un asentimiento de cabeza- En mi cuaderno escribo no solo cómo me siento en el momento, sino como me he sentido en el pasado. A veces, los pensamientos negativos y la ansiedad son demasiados que la única manera de calmarme sin recurrir a los medicamentos es escribiendo. Es la única terapia que me ha servido. Lo que escribí sobre nosotros no fue porque lo sintiera en ese momento, sino que todo se juntó y escribí sobre lo que sentí en algún punto de nuestra relación. Yo... no vivo desconfiando de ti.

-Princesa, lamento haber reaccionado así. Y lo que pasó con Diane... tienes todo el derecho a estar molesta, yo... debí apartarla de inmediato, pero fui un idiota y no lo hice. Lamento haberte lastimado de esa forma. -se acercó a mí y tomó mi rostro con ambas manos- Te amo, Ally. En verdad lo hago. Por favor, n-no me dejes.

-No quiero hacerlo -confesé. Eso necesitó para besarme, por un momento mi corazón estaba en paz y se sentía curado. El tener a Cristopher conmigo en verdad me ayudaba a no romperme, si algún día él me faltara...

Nada Es Color De Rosa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora