Capítulo 38

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-Ally, mi niña. Por favor, tienes que comer algo -así ha estado Kyle desde hace cinco días. Si antes creí que estaba en depresión, en ese momento me estaba dejando morir. No había salido de la cama. Luego de despedazarme llorando cuando Cristopher se fue, me envolví en las sábanas y no salí de ahí. No comía, ni siquiera me duchaba. Lo único que hacía era llorar y dormir cuando mi cuerpo se había cansado de llorar.- Ally, te lo suplico.

-No quiero nada -dije mientras me cubría con las sábanas hasta la cabeza. Kyle dejó salir un suspiro cansador.

-Te dejaré la bandeja aquí. Por favor, inténtalo. -escuché que salió de mi habitación y comencé a llorar de nuevo. Era como si todas las lágrimas que no salieron durante once años estaban saliendo en ese momento. Al día siguiente la puerta de mi habitación se volvió a abrir.

-Quiero estar sola. No quiero ver a nadie -dije con la voz acongojada.

-¿Ni siquiera a mí? -me levanté de golpe al escuchar esa voz. En cuanto vi a Jimmy de pie frente a mi cama mis ojos se llenaron de lágrimas- ¡Oh, Ally! -exclamó dolido y se apresuró a abrazarme. Lloré en sus brazos unos minutos, hasta rompió el abrazo y limpió mis lágrimas con sus dedos- He estado muy preocupado por ti. No contestas mis llamadas, ni mis mensajes.

-Lo siento -dije quedito. Me fijé en sus manos, sus nudillos estaban heridos- ¿Qué te pasó? -pregunté preocupada.

-Solo hice lo que le advertí -esas palabras más la mirada significativa que me dio comprendí todo.

-¿Por qué lo hiciste? -pregunté frustrada.

-Porque le dejé lo más preciado que tenía, Ally. Le advertí a ese imbécil que si te hacía daño lo golpearía. Lo he hecho cada vez que lo veo.

-Vas a meterte en problemas.

-No me importa. Se lo merece. -nos quedamos en silencio unos segundos, noté que estaba vestido muy formal, entonces recordé.

-¿Cómo estuvo la graduación?

-Aburrida. Y vacía. Me hicieron falta los dos. -lo miré apenada- Tranquila, comprendo que no tengas ánimos para nada. Por eso, te traje tu diploma.

-Pero iban a enviármelo por correo.

-Les dije que no lo hicieran. Quería dártelo yo mismo, y así aprovechaba para verte. Nunca creí que tendría que buscar una excusa para ver a mi mejor amiga. -reprochó.

-No lo tomes personal. A penas y dejo que Kyle entre.

-Morgan está muy preocupada por ti, Ally. Se está volviendo loca porque no sabe nada de ti desde el funeral. Y si supiera cómo estás se pondría a llorar.

-Jimmy...

-No, Ally. Es suficiente. Si no te conociera bien diría que unos días más y suicidas.

-Jimmy, no exageres.

-¡No estoy exagerando! -elevó la voz- No sales de esta cama, no comes, no haces nada por seguir con tu vida. Es como si quisieras morir poco a poco, y no voy a dejar que eso suceda. No te voy a permitir que desperdicies tu vida de esta manera. 

-No lo entiendes...

-Lo entiendo. Sé lo que es tener el corazón roto, Ally. Y es cierto, esto se mezcló con la pérdida de Allan, pero ni siquiera en los primeros días de su muerte estuviste de esta manera. Así que atrevo a deducir que todo esto es por el Pavo Real. -me quedé callada- A Allan no querría que te rindieras así.

-Eso no es justo.

-Tampoco lo que estás haciendo. No es justo que hagas esto, Ally. No es justo para Kyle, no es justo para Morgan, no es justo para mí y no es justo para la memoria de Allan. ¿Sabes por qué él se negaba a que te relacionaras con el Pavo Real?

Nada Es Color De Rosa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora