Capítulo 18

15 2 0
                                    


Cristopher nos llevó hasta donde estaban sus padres. La señora Winter llevaba un hermoso vestido plateado y el señor Winter vestía un traje negro, era como ver a Cristopher de adulto. Nos vieron llegar y Palmer me sonrió con cariño.

-Padre, quiero presentarte a Ally Cameron, mi novia. –me presentó Cristopher.

-Es un gusto señor Winter.

-Por favor, llámame Albert. Y el gusto es todo mío jovencita. ¿Ellos son tu familia?

-Así es, mi hermano Allan y su novia Morgan, y Kyle nuestro padre. –los presenté.

Kyle y los padres de Cristopher se quedaron charlando, mientras nosotros nos dirigimos a la mesa de aperitivos.

-Gusten tomar cuanto deseen. –nos dijo Cristopher- Si necesitan algo, no duden en pedirlo, son mis invitados especiales.

-¿Dónde está tu abuelo? –quise saber.

-A él no le gusta mucho estar presente con tanta gente. Tuvimos un almuerzo solo nosotros cuatro para celebrar con el abuelo. Toda esta semana me ha preguntado por ti –me dijo- me ha pedido unas cien veces que te traiga para que lo visites.

-No me lo habías dicho.

-Eso es porque te quiero para mí solo. –me dijo sonriendo coqueto- Además quiero castigarlo por interrumpir nuestra cita.

La música se detuvo y toda la atención se puso en el matrimonio festejado.

-Mi esposa y yo estamos agradecidos de que pudieran acompañarnos esta noche. –comenzó con su discurso el señor Winter- Es una noche especial, pues justo hoy hace veinticinco años se cumplió uno de mis más grandes anhelos, casarme con Palmer Hill...

Mientras el señor Winter hablaba no pude evitar recordar a mis padres. De no ser por el accidente, ellos en uno o dos años hubieran celebrado también veinticinco años de matrimonio. No hubiera sido una celebración tan grande como esta. Hubiéramos sido los cuatro, la familia de Jimmy y unos cuantos familiares. Miré a Cristopher quien sostenía mi mano y me pregunté si él hubiera estado allí. Y me convencí que sí hubiera sido posible. Esa noche me dije que él hubiera estado allí, me permití pensar que aunque las cosas hubieran sido diferentes no hubiera cambiado el hecho de que él y yo estuviéramos juntos.

Cuando el señor Winter terminó su discurso todos aplaudimos. La música volvió a sonar y unos cuantos comenzaron a bailar. Incluso divisé a Allan bailar con Morgan la hermosa balada que estaba sonado.

-¿Me permites esta pieza, princesa? –Cristopher me ofreció su mano, la cual tomé gustosa.

-Claro que sí, Pavo Real.

Sonrió y me llevó al centro de la pista de baile. Puso sus manos en mi cintura y yo llevé las mías hasta sus hombros. Juntó su frente con la mía y nos balanceamos al ritmo de la melodía. No apartamos la mirada del otro y fue como si no necesitáramos palabras. Alguien nos interrumpió, era una de las mucamas.

-El Presidente quiere hablar con usted. –le informó y se fue.

Cristopher me llevó cerca de la mesa de aperitivos y besó mi mano.

-Veré que quiere mi padre y de inmediato estaré de regreso contigo –me prometió y se fue.

Lo vi perderse entre la gente. Observé todo a mí alrededor, se habían esmerado con la decoración. De pronto mi mirada se topó con algo desagradable que venía hacia mí.

-¿Estás disfrutando la noche? –preguntó Cecilia con su horrenda voz- Apuesto a que sí, será mejor que haga que te revisen los de seguridad antes de que te vayas. O una reliquia familiar se perderá.

Nada Es Color De Rosa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora