Epílogo

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-¡Mami!

El llamado infantil me hace reaccionar y me saca de mis recuerdos. Guardo el cuaderno de nuevo en la caja, y la llevo conmigo.

-¡Mami! 

-Ahora voy, bebé. -bajo las escaleras y mi hermoso niño de dos años está en medio de la sala con sus ojos brillando por las lágrimas- Te dije que te quedaras con papi.

-Pero quiero a mami. -sonrío con ternura. En eso entra Cristopher de la mano con Emma, nuestra niña de siete años.

-Lo siento, se me escapó. ¿Qué haces cargando esa caja pesada? -me riñe.

-No es pesada. 

-Claro que sí -me la quita de las manos- Debes ser más cuidadosa, podría dañar al bebé.

-Mami, ¿onde ta el bebé?

-El bebé está en la barriguita de mami, Theo.

-¿Cuándo va a salir? -pregunta Emma.

-Aún falta mucho, unos cinco meses -ambos niños abren sus boquitas sorprendidos. 

Emma es rubia con los ojos celestes como su padre, tiene mis facciones y mi su personalidad es pasiva. Ella es callada y muy curiosa. Theo tiene mi cabello oscuro y ojos celestes, sus facciones es una mezcla de Cristopher y yo. Su personalidad a diferencia de su hermana es muy extrovertida. Me recuerda a Allan, no se queda callado ni un momento y es muy inquieto. Espero que el tercero no me de tanto trabajo. Nuestra familia es hermosa, aunque no nos hemos librado de problemas.

Hemos tenido difcultades. Luego de Cristopher se mudara a Inglaterra comenzamos a vivir juntos. Costó convencerme, me dio la excusa que debía estar cerca por si necesitaba algo u ocurría alguna emergencia. Después de tanto insistir acepté que viviéramos juntos. Nuestra relación fue muy diferente a como era en la escuela. Él se involucró más en mis problemas emocionales y mis citas al psiquiatra. También vio de primera mano cómo los medicamentos y los cambios que estaba haciendo en mi vida y en mi mente afectaba mi humor. Fue una época difícil, pero nunca se rindió ni me permitió siquiera pensar en terminar. 

Cuatro años después nos casamos. Si hubiera sido por él nos habríamos casado a la semana de regresar. Para la boda pedí que fuera en America, deseaba que todos los que queríamos estuvieran ahí. Eso me provocó muchos ataques de ansiedad. Fueron unas semanas difíciles, pero Cristopher estuvo conmigo en todo momento. Dos años después de la boda desafortunadamente murió el abuelo Arthur. Fue un golpe para todos,  pero en especial para Cristopher. Y fue mi turno de consolarlo y sostenerlo. Jamás lo había visto tan triste ni llorar de esa manera. Mi corazón se rompía cada vez que lo escuchaba sollozar.

Aún después de todo ese dolor, a los cinco meses quedé embarazada de Emma. La noticia fue como una cura para la tristeza de Cristopher. Mi primer embarazo estuvo lleno de complicaciones, casi tengo un aborto, mi presión subía constantemente por lo que el parto iba a ser muy arriesgado. Sin embargo, todo salió bien. Tenemos a nuestra hermosa niña con nosotros. Y a nuestra familia de tres se sumó Theo y ahora viene el quinto integrante de la familia. 

-¿Segura que no quieres quedarte con la casa? No me importaría mudarnos.

-Ya tenemos una vida en Londres. Y la verdad no me sentiría cómoda viviendo aquí. Pero gracias por siempre preguntar. -Cristopher besó mi frente.

-Siempre buscaré lo mejor para ti, mi reina. -desde que nos casamos cambió mi apodo de "pricesa" a "reina".

A pesar de todo el dolor, de las tragedias, de los problemas, tengo una buena vida. Claro que dificultades siempre habrán. La vida es así. Nada es color de rosa, pero lo que cuenta es la actitud que tienes ante los problemas. El esfuerzo que hagas por superarlo. Y que nunca te dejes vencer ante nada. Esa es la clave.


Nada Es Color De Rosa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora