En el transcurso del día evite a toda costa si quiera mirar de reojo hacia donde estaba ubicado el "Pavo Real". Su sola presencia me ponía nerviosa y no entendía por qué. Algo en su forma de mirarme me descolocó. No lo entiendo. Su mirada me pareció diferente al resto, no solo porque tenía unos ojos verdes preciosos (casi me insarto el lápiz en la mano por ese pensamiento, pero tenía que reconocerlo) sino porque lo que me transmitió con esa mirada fue diferente a lo que otra gente me ha transmitido.
El regreso a casa fue en silencio. Siempre era de esa manera, yo no era muy elocuente y Allan dejó de serlo con el paso de los años. Pero ese silencio hablaba por sí solo para nosotros. No nos parecía incómodo, como a veces le resultaba a Jimmy. En el camino noté que Allan estaba caminando más lento de lo normal y siempre al tanto de mis movimientos. Sabía que lo hacía por ser considerado conmigo. Pero literalmente cada paso que daba él miraba fijamente mis pies para asegurarse de que pisara firmemente. Amaba a mi hermano, pero a veces su manera de sobreprotegerme me frustraba demasiado. Detuve mi andar y Allan inmediatamente se puso alerta.
-¿Te duele al caminar Ally?
-Un poco, pero puedo con eso. No te preocupes. Relájate Allan, por favor. Me estresas cuando te pones así. –traté de hacerle saber que no era la gran cosa.
-No es para menos, Ally. Esi imbécil te lastimó a propósito. Te prometo que le daré su merecido a ese tonto. Le enseñaré a no meterse con nosotros. –dijo apretando los dientes.
-Ya déjalo Allan.
-¿Qué? –dijo un tanto molesto.
-El director nos dijo que estamos en la cuerda floja, un problema más y nos expulsan. –traté de hacerle entrar en razón- No me malentiendas, nada me gustaría más que darle un guantazo yo misma, pero es nuestro último año y lo que más deseo es graduarme sin ningún prolema para poder salir de este lugar.
-¿Aún tienes en mente irte de aquí? –preguntó con miedo.
-No lo tengo en mente. Está desidido.
-¿Tan mal la pasas aquí? -me mira con tristeza
-No vivimos precisamente en un castillo de cuento de hadas, Allan. Sigue mi consejo y planea irte lo más lejos de este lugar –le hice recordar.
Al llegar a casa nos encontramos con el mismo escenario de siempre. La pareja que nos adoptó peleaban todo el tiempo. Adam y Katy se estaban girtando el uno al otro cuando entramos. Sin embargo, esta vez era más fuerte de lo normal. Katy lanzó un pequeño jarrón que dio a la pared cercana de la puerta principal por la que estábamos entrando, ante el impacto nos quedamos estáticos, casi me da en la cabeza.
-¿Qué están mirando? ¡VAYAN A SU HABITACIÓN! –nos gritó Adam.
Allan se puso frente a mí mientras caminábamos apresurados a nuestras habitaciones en la segunda planta. Nuestra rutina en esas situaciones era encerrarnos en una habitación con la laptop y ver cuantas películas fueran necesarias para distraernos del desastre que ocurría en la sala. Pero al ir por la mitad de la filmación escuchamos un gran estruendo y un grito desgarrador de parte de Katy, y como era natural en nosotros bastó una mirada para comunicarnos y bajar apresurados a ayudar.
Katy estaba en el suelo y la mesita de la sala estaba destrozada, no había rastro de Adam así que ayudamos a Katy a ponerse de pie. Su cabeza estaba sangrando, la pelea se había salido de control sin duda. Es un milagro que estuviera consciente la probre mujer. Me levanté para ir por el botiquín cuando Adam regresó a la sala. Su rostro de desfiguró de furia al vernos cerca de su mujer.
-¡ALEJÉNSE DE ELLA! –nos gritó.
-Oye solo tratamos de ayudar-le dijo Allan- es suficiente.
-No te metas chiquillo de mierda si no quieres que te de una lección- advirtió.
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Nada Es Color De Rosa (EN EDICIÓN)
RomanceAlly una chica que no ha tenido una vida fácil junto a su gemelo Allan, se enfrenta al mayor cambio de la vida: el amor. Amor que le ofrece un chico ricachón que no se rendirá hasta que poder enamorarla. Ambos desarrollan una historia de amor con mu...