Fiesta de té

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Los chicos harían cualquier cosa por ti. Están dispuestos por ti a hacer lo que sea que les pidas o necesites para verte feliz y sonreír. Incluso si eso significa tener que ponerse una falda de tutú blanca, con decoraciones de luna que tu misma hiciste, una corona que le combine, y dejarse maquillar por ti para tener una fiesta de té.

Jake estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en el sillón detrás de él, su tutú y corona puestos, y con su cabello atado en dos pequeñas coletas ya que no le alcanzaba para más. Tenía sus labios pintados rojos, brillo en sus ojos y sus mejillas de color rosado.

Junto a él estaba el peluche de Taweret con una corona y un tutú, y el peluche de Khonshu vestido igual. Y al otro lado de Jake, estabas tu con tu tutú de tu color favorito, una corona y maquillada.

–¿Le gustaría más té, Señor papá?–Le preguntaste alzando la tetera de plástico hacia él.

Sería un placer, mi señorita hija.–Te respondió acercando su taza hacia ti para que le sirvieras té imaginario, al igual que a tus peluches.–Éste es el mejor té que he probado en toda mi vida.

Cómo no lo va a ser si siempre bebes café. A veces pienso que ni si quiera sabes lo que es el té.–Le dijo Steven desde le espacio mental.

cállate, cara de verga.

–¡Señor papá Jake! Es de muy mala educación decir groserías.–Le dijiste ofreciéndole una galleta del plato en medio de ustedes.

Ay verga, tiene razón, mi mini dama. Me disculpo con usted y nuestros invitados.–Dijo sacando una galleta.

A veces me pregunto si realmente tomé una buena decisión al elegirlos como mi puño de venganza.–Se quejó Khonshu desde donde estaba sentado detrás de su peluche, viéndolos jugar.

Alguien tocó la puerta y Jake se levantó a abrir, aún con la taza en la mano y tal y como estaba vestido.

Al abrir, se encontró con Layla que al verlo, rió ligeramente.

–¿Interrumpo algo?–Preguntó con una sonrisa.

Jake maldijo internamente y forzó un cambio para traer a Marc al frente.

¿Qué? Oh, no, no interrumpes nada, tranquila. Nosotros solo... estábamos en una fiesta de té.–Le dijo alzando su taza y tomando un sorbo del té imaginario.–Ven, pasa.

Layla entró y al verla, corriste directamente hacia ella.

–¡Layla!–Exclamaste mientras ella te tomaba en sus brazos y te abrazaba.

–Oh... no sabes cuánto te extrañé, preciosa. Lamento no poder haber ido a tu primer día de escuela.–Te dijo mientras te dejaba en el suelo.

–¡Está bien! ¿Te quieres unir a nuestra fiesta de té?

–¡Claro que si! ¿Tienes algún tutú extra y corona para Taweret y yo?–Te preguntó con una sonrisa y su diosa junto a ella.

¡Es increíble como pasa el tiempo! No puedo creer que ésta hermosa criatura ya tiene cuatro años.–Dijo con ternura, viéndote junto a ella.

–Taweret ya está aquí, Layla. Pero tengo una para ti.–Dijiste antes de correr a tu habitación.

Layla frunció el ceño confundida y le dirigió una mirada a Marc.

Los chicos le habían comentado hacía mucho tiempo acerca de que podías ver a los dioses, y Taweret estaba fascinada con poder interactuar contigo, pero no sabían de las últimas noticias.

No tiene caso, Taweret. T/N ya no puede vernos.–Le dijo Khonshu antes de desaparecer.

T/N ya no puede verlos, Layla. El primer día de escuela nos dimos cuenta de ello.–Le dijo acercándose para volver a sentarse en el suelo donde estaba.

–Oh...–Dijo ella tomando asiento a su lado.

Taweret agachó la cabeza triste y te vio entrar en la habitación otra vez con una corona y un tutú en tus manos, antes de despedirse de Layla e irse.

–Aquí tienes, ¿le gustaría algo de té, Señorita Layla?–Le preguntaste con una sonrisa, sentándote donde estabas antes.

–Eso sería maravilloso.–Le dijo mientras se ponía el tutú y Marc le ayudaba con la corona.–Gracias...

No hay de qué.–Le respondió con una sonrisa.

Los tres se quedaron por un la rato jugando a la fiesta de té, hasta que llegó tu hora de dormir.

Tu querías que Layla te llevara a la cama y te diera las buenas noches, así que mientras Marc ordenaba todo, ella te llevó y se sentó a tu lado en tu cama mientras te arropaba.

–¿Puedo hacerte una pregunta?–Le dijiste abrazando tus peluches favoritos.

–Claro que si, princesa.–Respondió con una sonrisa, dejando una mano en tú brazo.

–¿Vas a volver a casarte con mis papás para que así seas mi mamá?–Le preguntaste suavemente.

–Y-yo... n-no lo sé, linda...–Rió ligeramente nerviosa.

–Oh... yo pensé que si... siempre he deseado que seas mi mamá, y si te casabas con ellos, entonces lo serías.–Le dijiste con voz triste.

Marc se quedó detrás de la cortina de tu pequeño espacio escuchándolas hablar.

–No es necesario que esté casada con tus padres para ser tu mamá, linda... aún así puedo serlo.–Te dijo con una sonrisa, pasando un mechón de tu cabello tras tu oreja.

–¿Enserio?–Le preguntaste con un brillo en tus ojos.

–Así es es... si tu quieres, claro. Sería un honor para mi ser tu mamá...–Te respondió.

Te sentaste en la cama y te acercaste para abrazarla, y Layla te lo devolvió, dejando un beso en tu cabeza.

–Gracias mamá...–Le susurraste una vez te recostaste y cerraste los ojos, comenzando a quedarte dormida.

–No tienes de qué agradecerme, hija...–Te dijo limpiando una pequeña lágrima que se le escapó, y dejó un beso en tu frente.

Layla se levantó y caminó para cerrar la cortina, viendo a Marc.

No tienes que hacer esto si no quieres, puedo hablar con ella en la mañana.–Le dijo caminando hacia la puerta.

–Marc... siempre he querido a esa niña como si fuera una hija para mi. Desde el primer momento en que la conocí sentí una conexión especial con ella, y saber que siente lo mismo de vuelta es... es maravilloso.–Le dijo con una gran sonrisa.

Marc sonrió y se acercó para abrazarla.

Gracias por ayudarnos y estar aquí para nosotros siempre...

–Por supuesto.–Le dijo ella, alejándose un poco para posar ambas manos en sus mejillas y él dejó las suyas en sus caderas.

Marc lanzó una rápida mirada a los labios de Layla, y aclaró su garganta, dando un paso hacia atrás para abrir la puerta.

Cuídate...

–Ustedes también.–Le dijo ella con una sonrisa, dejando un beso en su mejilla antes de salir.

Marc cerró y soltó un pesado suspiro, quitándose la corona y el tutú, caminando hacia el baño para lavar su rostro.

De verdad pensé que se iban a besar.–Se quejó en el espacio mental.

Yo también... pero hay que darles tiempo.

Una pequeña Luna (Moon boys x hija)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora