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Los días posteriores a la cita con el médico, Jungkook se dedicó a recopilar todas sus cosas en pequeñas cajas, tratando que éstas no llamaran demasiado la atención

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Los días posteriores a la cita con el médico, Jungkook se dedicó a recopilar todas sus cosas en pequeñas cajas, tratando que éstas no llamaran demasiado la atención. No temía la reacción de sus padres, pero no quería que Yeojoo estallara en un ataque de ira o algo parecido, y le aventara todo por la ventana, o peor aún, lo sacara de casa sin permitirle tomar nada. Tampoco es que pensara llevarse todo, sólo lo importante, aquellas cosas que guardaban un valor sentimental, recuerdos de escuela y de su amigo. Pero, por sobre todas las cosas, quería evitar que su bebé presenciara la histeria de su abuela.

Sin embargo, ese día agradeció aun estar en casa de sus padres, a un par de calles de su antigua escuela. Si ya se hubiese instalado en el departamento de Namjoon, hacer lo que tenía planeado le tomaría el doble de esfuerzo. Se arregló lo mejor que pudo y también al pequeño Namu. Increíblemente, su cesárea ya no dolía como antes, y cosas como caminar, le eran posibles si las hacía con cuidado.

Y es que, por mucho que quisiera hacer de tripas corazón y olvidarse de ese día, no podía. Llevaba años cumpliendo con una tradición que no estaba listo para dejar de lado. Hoy era nueve de marzo, el cumpleaños de Min Yoongi. Jungkook había comprado un pastelillo o cualquier cosa en la cafetería de la escuela, en años anteriores, para ir hasta el salón de música y cantar para él. El hombre siempre se mostró serio y reservado, pero en sus ojos el chico podía notar su sincero agradecimiento. Jeon no tenía idea de cómo lo celebraría fuera del horario escolar, pero el tiempo que estuvieron saliendo, ningún familiar se hizo presente en su casa. Ni en navidad, ni en ninguna fiesta en particular. Tampoco hubo llamadas de padres preocupados, por lo que, el chico asumió que algo lo mantenía alejado de su familia, o simplemente, no existía una. Hasta el momento, para Jungkook seguía siendo un completo misterio su ex profesor; y en su situación actual, ya no podría averiguarlo.

Pero, a pesar del desastre que fue su ruptura y las últimas semanas de novios, Jungkook quería conservar una buena relación con él. Era el amigo de Seokjin, después de todo, y los buenos recuerdos perdurarían en el tiempo, independientemente de lo ocurrido entre ellos. Había un lugar demasiado grande en su corazón, todavía lleno de Min Yoongi.

Además, si volver a verle le servía para averiguar qué tanto continuaba queriéndolo en el sentido romántico, estaba más que dispuesto a intentarlo. Ya había dado varios pasos en su recuperación, después del quiebre; había hablado con su hermano, su cuñado y Namjoon, y cada vez dolía un poco menos mencionar su nombre y traer de regreso sus recuerdos. Iba por buen camino y el chico, desesperadamente, necesitaba dar vuelta la página.

Caminando a un ritmo bastante relajado, Jungkook anduvo por las calles tranquilas, a eso del medio día, empujando la carriola del pequeño Namu, quien dormía profundamente gracias al balanceo. Su hijo parecía estar en hibernación, pues se pasaba el día y la noche durmiendo.

Se detuvo en una pastelería que consiguió llamar su atención, y entró, dispuesto a comprar un pastel individual para su ex novio. Tendría que acostumbrarse al nuevo término para referirse a Yoongi.

Ni tan JUNTOS, ni tan REVUELTOS - YoonKook/NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora