Luna Negra: Lo que nos une

"Caín"

John subió a su cuarto y ahí estaba Caín recostado con su Tablet en manos.

— Si vas a quedarte, ya sabes dónde está la habitación de huéspedes — dijo sin quitar la vista de su Tablet.

— Sé que mi llegada abrupta te confunde, hijo, y mi forma de actuar no es para menos, pero créeme cuando te digo que si quiero que vuelvas conmigo es por un buen motivo.

Caín lo miró.

— ¿Y cuál es?

John maldijo, iba a tener que contarle, sabía que de otro modo no accedería a irse, pero solo le diría lo necesario.

— Hay un sujeto, un demonio de nombre Luvart, es mi mayor enemigo y siempre lo ha sido. Ha intentado matarme en el pasado y siempre me ha amenazado — Caín lo miró serio — Como sabes, una de las razones de enviarte a ese instituto especial para seres sobrenaturales fue porque tu lado demonio y tu lado vampiro estaban fuera de control y aquí te enseñaron a controlarte, algo que yo jamás hubiera podido, pero esa nunca fue la única razón. Fue por culpa de Luvart, él te estaba amenazando, quería matarte para vengarse de mí — Caín abrió con fuerza los ojos — y por eso te envié lejos, para mantenerte a salvo, y esperaba que jamás te encontrara, pero acaba de hacerlo.

Caín pasó su mano por su cabello, ya entendía todo.

— Por eso estás aquí, por eso quieres que vuelva.

John asintió.

— Él está aquí ahora y su grupo de demonios subordinados, y temí no llegar a tiempo.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes?

— Porque eras un niño, y luego no lo creí necesario.

Caín hizo una mueca de molestia.

— No lo creíste necesario.

— Era mi problema, mis enemigos, no me pareció adecuado involucrarte, pero ahora están aquí por ti.

— Papá, no tienes de que preocuparte, no podrán tocarme — dijo con sorna — Yo los mataré a ellos en cuanto se aparezcan.

John negó, sabía que Caín era demasiado poderoso, ningún vampiro o demonio pudo hacerle frente, al ser un híbrido único era el más fuerte de ambas especies, sabía que podía cuidarse solo, pero aun así no quería irse hasta saber que la amenaza se acabó.

— Caín, no me iré hasta que estén muertos. Luvart ya me jodió la vida lo suficiente. Es la razón principal por la que no pude criarte, ni verte todos los días. Esa es razón suficiente para odiarlo con toda mi alma.

Caín bajó la mirada.

— Como dije, la habitación está a la izquierda, puedes acomodarte.

John asintió y se dispuso a bajar, pero Caín le habló.

— Papá, recuerda que no vivo solo. Frank, mi mejor amigo, vive conmigo. Va a volver pronto.

Caín tomó su celular y le mandó un mensaje a Frank.

— Mi papá vino de visita.

— ¿Así de repente sin avisar?

— Si, prepárate para la batalla campal.

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A la noche Frank regresó y se presentó al señor Cullen. Le dio un apretón de manos. Era un chico de cabello marrón oscuro y ojos naranjas.

— Soy Frank Walker, es un gusto, señor.

— El gusto es mío, aunque ya te había visto antes, las veces que vine a ver a mi hijo.