"Conflictos"

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Mel se encontraba en la preparatoria, tomando aire. Habían pasado demasiadas cosas en tan pocas horas. Primero, cuando Mel abrió los ojos en medio del océano, no recordaba nada de la noche anterior ni cómo había llegado ahí, pero rogaba no haber hecho nada estúpido a causa de la luna llena.

Cuando llegó a su cuarto, vio que tenía muchos mensajes y llamadas de Tania, eso le preocupó, así que la llamó de inmediato y así se enteró de lo que había pasado la noche anterior con Antonella. Después de que el susto pasó, se sentó a comer con Eric en la cafetería de la preparatoria.

Estaba riendo, cuando dos chicos chocaron su mesa, provocando que el vaso de agua en la mesa le salpicara la mano. El corazón de Mel nunca latió más rápido, al igual que sus piernas jamás se movieron tan rápido. Corrió como rayo y entró al primer salón vacío que encontró y cerró la puerta.

A los segundos su cola apareció y soltó un suspiro pesado. Pero su calma desapareció cuando oyó a Eric buscándola. Miró hacia la puerta y esta se abrió dejando ver a Eric, quien vio toda la sala y no había nadie, así que se fue. Mel había usado su poder de invisibilidad.

— Eso estuvo cerca — se relajó.

Después del susto, salió de sala.

— ¿Qué fue eso? — ella pegó un saltito — Mel ¿estás bien? ¿Por qué corriste así?

— Eric…perdona…estoy bien — ella desvió la vista hacia la salida, ahí estaba parado Gersain, luciendo muy mal — Eric, hablamos después, ¿sí? — se alejó y fue directo a su mejor amigo — Hey… — intentó tomar su mano, pero él la quitó, eso desconcertó a Mel, él jamás había hecho eso — ¿Está todo bien?

— No, no lo está — dijo bruscamente — ¡Ven conmigo!

Mel estaba algo dolida por su manera de responderle. Lo siguió al bosque trasero de la preparatoria. Él se detuvo dándole la espalda, ahí Mel notó la venda en su brazo.

— ¿Qué te ocurrió en el brazo? — él se giró a verla, pero lo hacía serio — ¡Por favor di algo! — demandó.

— ¿En serio? Eres tú lo que pasa. Esto…— se tocó la herida del brazo — me lo hiciste tú anoche, cuándo me atacaste en el agua — el corazón de ella se aceleró, así como su respiración — Lo sabes perfectamente, ¿o de repente se te borró la memoria?

Mel negaba lentamente con su cabeza, no podía creerlo.

— ¿No vas a decir nada? Ya sé tu secreto, uno muy grande que me ocultaste, por cierto. — Mel estaba en shock, sin habla, con los ojos húmedos — ¿Por qué me mentiste así? ¿Por qué me atacaste anoche? — una lágrima salió del ojo del chico.

Mel se apoyó contra un árbol.

— Yo…lo lamento — las lágrimas se deslizaron por su rostro — Tenía miedo.

— ¿Miedo de qué? ¿No confiabas en mí?

— Claro que si confiaba en ti, quería decírtelo de verdad, me estaba sofocando el que no lo supieras. Pero el miedo a que me rechazaras, a perderte, fue superior — él iba a hablar, pero ella elevó su mano — recordé la historia que me contaste de la sirena que te atacó y del trauma que te dejó. Temía que me vieras igual que a ella.

Él llevó sus manos a su rostro.

— Yo jamás te vería como a esa cosa que me traumó — estaba ofendido — y anoche me atacaste exactamente como ella, pero ni siquiera así te comparé con ella. No sé por qué me atascaste, pero sé que hay una explicación lógica, porque confió en ti y lo menos que merezco es que seas honesta conmigo.

Mel cerró con fuerza sus ojos.

— Lo sé. Te explicaré todo.

Unos minutos después, Mel le contó a Gersain toda su historia desde el momento en que desapareció. Gersain llevaba callado mucho tiempo y Mel se estaba desesperando.

Luna Negra: Lo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora