"Adaptándose"

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Se quedó tres días con la manada, aprendiendo a usar sus poderes, leer la mente, control de densidad y de dolor físico. Además de aprender a invocar sus garras y sus dientes por lompronto. El dolor físico había disminuido enormemente, dolía solo un poco cuando se movía. Estaba dispuesta a volver a su casa ahora.

Cuando volvió, sus padres la abrazaron como nunca, provocándole dolor, ella se quejó.

— Auch, no tan fuerte, me duele el cuerpo por la transformación.

— ¿Entonces si te transformaste? — preguntó su madre.

Ella los miró fijamente, dejando ver sus bellos ojos amarillos, esa fue su respuesta.

— ¿Todo salió bien? — inquirió Gabriel.

— Si — fue todo lo que dijo la menor.

— Te quedaste con ellos ¿no?

— ¿Me odian ahora?

Ellos se miraron.

— ¿Qué dices? Claro que no, hija, jamás te odiaríamos — dijo Gabriel.

— Digo, porque ahora soy un licántropo, la especie que más odian en el mundo por lo que pasó en el pasado.
Sus padres se quedaron boquiabiertos.

— Sé lo que pasó y no se molesten en negarlo.

— A pesar del pasado, a pesar de lo que eres ahora, a pesar de la manada a la que perteneces, no te podríamos odiar, Tania, eres nuestra hija y siempre te vamos a amar — aseguró su padre.

Tania miró a su madre que estaba callada.

— ¿Mamá?

— A pesar de que esa manada a la que perteneces mató a mi hermana Dana, no puedo odiarte, yo te traje al mundo y nada hará que te odie, menos cuando no tienes la culpa de nada. Solo eres una víctima en todo esto.

Eso le impresionó a Tania, era lo que menos esperaba escuchar de ellos, se había preparado para recibir su desprecio, pero fue todo lo opuesto.

— Jamás voy a estar de acuerdo con que pases el tiempo con ellos, que seas uno de ellos, pero viviré con ello como tu madre.

— Los dos — corrigió el hombre.

En ese momento, Tania quería ponerlos a prueba, así que elevó su mano izquierda y con lo que le habían enseñado, se concentró e hizo cambiar su mano lo más que pudo, creciéndole un poco de pelo y unas garras enormes, le había dolido como el demonio, pero lo disimuló bien. Sus padres dieron unos pasos atrás. En eso ella bajó su mano.

— ¿Están seguros? ¿Vieron que no es broma?

— Llevará tiempo, pero aprenderemos a vivir con ello.

— ¿Saben qué es lo más difícil de todo? — empezó a decir Tania — Tener un alfa cuyo hermano fue asesinado por mi padre. No los culpo, ustedes no empezaron esto, estaban en su derecho de hacer justicia por la muerte del abuelo, pero tampoco fue culpa de Shane. Ahora que soy un lobo y que tuve mi primera transformación lo entiendo mejor que nunca, yo perfectamente podría matar a alguien sin querer por perder el control. Sé lo que se siente, no es lindo, pero no es nuestra culpa, no somos monstruos — dijo llorando — Era solo un niño menor que yo, lidiando con su naturaleza, aprendiendo a controlarse…solo que no tuvo suerte.

Luna Negra: Lo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora