Mel y Gersain estaban en la playa, sentados en la arena, con la cabeza de Mel sobre el hombro del chico, viendo el hermoso atardecer. Él realmente la había extrañado tanto ese largo año, que pasaría tanto tiempo con ella como fuera posible.
— ¿Sabes lo mal que la pasé estos diez meses? — preguntó mirando el horizonte — Sin saber nada de ti, sin saber qué carajos te había pasado, si te habían secuestrado, o si siquiera seguías con vida — dijo con tristeza
Mel suspiró, era momento de tener esa conversación.
— Lo sé, y no sabes cómo lo siento.
Gersain se movió y la vio a los ojos.
— No, no es tu culpa — Mel desvió la mirada y él tomó sus mejillas — óyeme bien, no fue tu culpa, fuiste secuestrada, Mel, por meses, tú no tienes que disculparte por nada. Y aquí estoy yo, siempre.
Mel sonrió y una lágrima cayó por su mejilla, Gersain la limpió con su dedo.
— Vamos a recuperar el tiempo perdido, Mel. Y te haré superar lo que te pasó.
Ella asintió sonriente.
— Es lo que más quiero.
Entonces lo notó, Gersain vio fijamente sus ojos. No se había dado cuenta antes, sus ojos eran grises. No grises platino como los de él, eran claros.
— Mel, ¿cuándo te pusiste lentes de contacto?
— ¿Lentes de contacto? — preguntó confundida. Él solo asintió — No uso — aclaró ella.
Gersain frunció el ceño.
— ¿Cómo qué no? Te burlas de mí ¿no es así?
Ella lo miró sin entender.
— Mel, por favor — pidió — los lentes de contacto grises que estás usando, tus ojos no son grises, son marrón oscuro.
El corazón de Mel empezó a latir muy fuerte.
Cierto, que estúpida fui — pensó.
— Ah, eso. Perdona, se me olvida por completo a veces. Si, así es — dijo con seguridad, esperando que él le creyera.
— Te quedan muy bien. Aunque tus ojos marrones son bellos también, Mel ¿Por qué los usas? — preguntó curioso por esta nueva faceta de su amiga.
— Sabes que siempre amé este color en los ojos — dijo esperando que fuera suficiente para él — ¿Me queda bien?
Increíble que no se haya dado cuenta del hecho de que finalmente tenía su color favorito de ojos ella misma, y de forma natural. Increíble. Tenía ojos grises, cómo siempre deseó.
— Si claro, te quedan preciosos, le dan un brillo único y especial a tu rostro. Realmente pareces otra persona — dijo sin dejar de verla.
Ella parpadeó un par de veces moviendo sus ojos, nerviosa, hasta que finalmente devolvió la vista al mar.Mel deseaba tanto contarle todo, cada detalle, es ahí cuando más lo necesitaba, él siempre la entendió y apoyó logrando hacerla sentir mejor, de una forma u otra y en ese momento más que nunca necesitaba eso de él.
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Luna Negra: Lo que nos une
FantasyUn mundo donde la magia y lo sobrenatural existe en todas sus facetas, lo que imagines aquí está. Sirenas, Vampiros, Licántropos, Hadas, Brujas, Ángeles, Demonios y más. Nuestro grupo de héroes van a enfrentar a la peor amenaza a su mundo, una amen...