"Cada vez más cerca"

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Faltaban pocos días para la siguiente luna llena, la transformación era algo que ya no le aterraba tanto, pero cada vez se sentía más asfixiada, más ansiosa, quería contarle a Antonella lo que le estaba pasando, debía hablar con alguien, y estaba dispuesta a contarle toda la verdad a su amiga.

Fue a su casa, ansiosa y nerviosa, Anto se preocupó.

— Ey, ¿qué tienes? — la tomó de las manos — sabes que puedes contarme lo que sea.

Tania bajó la vista.

— Tengo que decirte algo, Anto, y no es sencillo de asimilar ni aceptar — se detuvo cuando un olor particular la invadió, era un aroma extraño que ya había sentido antes, pero en ese momento no podía recordar donde, así que lo ignoró — Eres mi mejor amiga y por eso te lo voy a confiar, necesito alguien con quien hablar, pero por favor tómame en serio.

Anto asintió.

— Confía en mí.

Tania tomó aire.

— ¡Soy una mujer lobo!

El silencio se hizo presente, Tania esperando cautelosamente la reacción de su amiga.

Antonella estaba boquiabierta. ¿Mujer lobo?

— ¿Es en serio? — Tania asintió.

Si era verdad, ambas eran seres sobrenaturales de un día para el otro, era muy difícil de creer. ¿Qué había pasado? Mel había desaparecido, ella era vampiro, Matías era ángel, Macarena bruja y ahora Tania una licántropo. El mundo estaba completamente loco.

— Te creo.

Tania estaba sorprendida, se esperaba otra reacción.

— ¿De verdad así nada más?

— Si — entonces ese era el asqueroso olor a perro mojado que estaba sintiendo, vampiros y lobos no eran compatibles. ¡Oh cielos! Recién se acordaba de eso — pero cuéntame.

Tania le contó todo, desde sus cambios físicos, Aarón y sus problemas, la mentira de sus padres, el pasado, su maldición, todo ese mundo nuevo para ella que estaba viviendo. No se saltó ningún detalle.
La vampiro estaba anonadada, no decía nada ya que lo estaba procesando. Tania estaba nerviosa, mordiéndose las uñas, hasta que su amiga la tomó de las manos.

— Todo ha cambiado de maneras increíbles estos dos meses. No puedo creer que pasaras todo esto sola, aunque no puedo decir nada porque a mí también me han pasado cosas similares a lo tuyo, y como tú me confiaste tu secreto yo te confiaré el mío.

Tania estaba confundida.

— Eres una mujer lobo, está bien, no hay nada de malo. Yo por otro lado, soy un vampiro.

La licántropo se puso seria, la palabra vampiro resonaba una y otra vez en su cabeza, los vampiros eran sus enemigos mortales, matar sin tener piedad decía la regla de su manada, pero bastó con solo ver los ojos rojos de su amiga para saber que con ella jamás iba a cumplir esa regla. Jamás iba a lastimar a su amiga, no importaba lo que ella fuera.

Ese día Anto le contó a detalle lo que le había pasado, y que su padre siempre fue un vampiro, del mundo sobrenatural, omitiendo el hecho de que Caín era híbrido, más lo de Matías y Macarena. Porque no eran sus secretos.

Luna Negra: Lo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora