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Tras largos meses sin noticias sobre el hombre de las sombras o sobre los quemados. Los habitantes de Alfea han tenido el descanso que necesitaban.

Unos frenéticos golpes en la puerta de la habitación de Odette, despiertan al hada. Esta duerme abrazada a Farah, quien ya ha recuperado la forma normal de su brazo y ha eliminado por completo el hechizo.

—¿Qué pasa? —dice Odette tras levantarse al abrir la puerta.
—Odette, tenemos problemas, muchos problemas —dice Stella.
—Son las once de la noche, ¿qué ha pasado?
—Es Bloom.
—¿Bloom? ¿Ha perdido el control? Hace meses que eso no pasa, desde que empecé a darle clases privadas.
—Está con Rosalind.
—¡¿Qué?!
—Beatrix la ha liberado y ella se ha llevado a Bloom.
—¡Farah! —grita Odette para despertarla, pero justo en ese momento se escucha un gran estruendo.
—La barrera —dice Farah despertando.
—Stella, Farah, quedaos juntas. Iré a por Bloom.
—¡Odette! —exclama Farah viendo cómo Odette se transforma y se marcha volando a toda velocidad.

—¡Bloom! —grita Odette por los pasillos. —Seguro que la ha sacado de Alfea —dice para sí misma.

—Juraste que me contarías quienes son mis padres biológicos si te traía aquí —exige Bloom.
—Así es pequeña hada y te lo diré. Yo te dejé en el primer mundo —dice Rosalind.
—¿Conociste a mis padres?
—Claro que los conocí Bloom. Yo te creé.
—¿Qué? ¿quieres decir que...
—No, Bloom, yo no soy tu madre pero hice que ella te tuviera. Ella no lo sabía pero tenía dentro de ella la llama del dragón. Ni si quiera era el fuego su elemento, pero la llama latía dentro de ella. Sabía que si engendraba una hija se desharía de la llama y yo podría acceder a ella más fácilmente. Ella fue mi protegida, confiaba en mí, una noche me confesó que había quedado embarazada. Me rogó ayuda. Tu padre había sido asesinado por un quemado. Era un especialista corriente, su muerte no supuso gran pérdida. A ella la escondí durante todo el embarazo con la excusa de que la estaba formando en un campamento fuera de Solaria. Cuando el embarazo pasó te llevé al primer mundo y borré todos sus recuerdos.
—¿Quieres decir que... ella no recuerda que tuvo una hija?
—Exacto.
—La escondiste y le quitaste la libertad de decidir si me quería o no...
—Habría querido quedarse contigo, pero era débil y no podía darte el amor que necesitabas. Necesitabas amor para crecer y ella no sabe de amar, no merece que la amen. Llevarte al primer mundo y quitarle los recuerdos era lo mejor para ambas.
—¿Quién era ella? ¿Sigue con vida?
—Sí Bloom. Y ya me es indiferente que lo sepas.
—Pues dime su nombre. Solo quiero su nombre.
—Oh, ¿en serio no lo sabes? Ha estado contigo todo el tiempo, sé que ella siente una conexión contigo pese a haberle quitado sus recuerdos.

En ese momento Bloom se queda fría durante unos instantes.
—No puede ser...
—Sí, Bloom, Farah es tu madre biológica —espeta Rosalind y justo en ese momento desaparece y Bloom puede ver a Odette volando hacia ella.

—¡Bloom! Casi no te encuentro. ¿Dónde está? ¿Dónde está Rosalind? —dice Odette. Pero Bloom no habla, se encuentra en un profundo shock. —Bloom ¿estás bien?
—Me ha confesado quién es mi madre biológica.
—¿Qué? —en ese momento un quemado corrió hacia ellas y Odette concentró toda su energía en él haciéndolo explotar.
—Los quemados vienen por mi, tengo la llama del dragón.
—Lo sé... Si estás lista, yo te apoyo, estaré observándote desde lejos, no dejaré que pierdas el control y tampoco que te hagan daño.
—Tenemos que alejarlos de la escuela.
—Vayamos al estanque, te rodearé de agua.

Ambas corren al claro alejándose de Alfea. Allí, Bloom concentra todo su poder en sí misma viendo a lo lejos como los quemados corren hacia ella.
—¡Abraza tu poder Bloom! —grita Odette. Y en ese molesto hace que un torbellino de agua envuelva a Bloom.

Bloom comienza a elevarse en el aire sintiendo que algo crece de ella, un poder que jamás ha abrazado, la llama del dragón la envuelve y de la espalda de Bloom salen dos grandes alas de fuego.
Bloom vuelve al suelo y Odette deshace el agua a su alrededor. Los quemados rodean a Bloom y esta comienza a atacarlos, dando en su núcleo y asesinándolos a todos.

Cuando Bloom termina, las alas de su espalda desaparecen y esta empieza a tambalearse, Farah, quien la ha visto desde lejos, corre hacia ella y la toma en sus brazos antes de que caiga al suelo. Odette corre hacia ella también, seguida de Stella, quien venía tras Farah.

—Estás bien, estás bien —dice Odette.
—Solo has consumido mucha energía —dice Farah.
—Pero te has transformado y estamos muy orgullosas, parece que ahora sois las dos alumnas más poderosas de Alfea —dice Odette a Stella y a Bloom.
—Estamos muy orgullosas. Bloom, tienes que descansar, Stella ¿puedes acompañarla a la suite? —pide Farah.
—No —dice Bloom. —Necesito hablar con usted, directora Dowling...
—Bloom, estás débil. Duerme un poco y hablaremos mañana. No te preocupes ahora... —contesta Farah.
—Necesito decírselo ya... Rosalind... Rosalind me ha dicho quienes son mis padres biológicos... Mi madre sigue viva...
—Te ayudaré a buscarla si es lo que quieres Bloom, pero lo haremos mañana cuando estés recuperada.
—No, no lo entiende... Rosalind me ha dicho que... Que es usted... Que es usted mi madre biológica.

Farah se queda completamente petrificada, Stella y Odette se miran sin entender absolutamente nada.
—Bloom yo... no quiero decepcionarte pero... si hubiera tenido una hija... Yo creo que... Recordaría o...
—Tiene que creerme, ella me confesó muchas cosas, le borró los recuerdos y...
—Bloom, cálmate o podrías desmayarte —advierte Odette. —Has usado mucha magia y estás sintiendo muchas cosas al mismo tiempo.

En ese momento Odette rodea con sus brazos a todas y las transporta al despacho de la directora con la ayuda de Stella.
—Creo que tenéis que hablar —dice Odette y junto a Stella salen del despacho y se sientan en la mesa del asistente dejando a solas a Farah y a Bloom.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora