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Dos días mas tarde, las malas noticias no dejan de llegar.

—Algo está atacando la barrera —dice Farah mirando desde su despacho alertando a Odette.
—Tienes razón, esos rayos no son normales —dice la heredera. —Mierda... Las brujas.
—¿Las brujas?
—Las brujas de torre de nubes... Tienen la marca del hombre de las sombras... Le asesiné... ¿Cómo es posible? Hay que reunir a los alumnos... Protegeros en Alfea.
—No vas a enfrentarte a todos sola.
—Yo ya he luchado contra él, vosotros no.
—No permitiré que te enfrentes sola a él y sus zombies.

—¡Odette! —dice Stella entrando a toda prisa. —Tenemos problemas.
—Lo sé, estoy en ello, Stella reúne a los alumnos, si entran tendréis que luchar.

Stella asiente y abandona la estancia.
—Farah, por favor mantente a salvo, el hombre de las sombras no es piadoso, te matará sin pensarlo, por favor, Farah...
—Estaré bien.
—Reúnete con Saúl y Ben en la entrada. Luchar si lo necesitáis pero él es mío.
—Ten cuidado, por favor, Odette.
—Te lo prometo —Odette toma la cara de Farah y la besa profundamente.

Odette se transforma y se marcha volando a toda velocidad.

—¡¿Tú otra vez?! ¡¿No te cansas de perder?! —dice saliendo de la barrera y encarándose cara a cara con él.
—Veo que eres una una causa sin solución, siempre ayudando a los necesitados —dice lanzando un conjuro que ella logra evitar.
Odette le lanza un conjuro y lo hace retroceder hasta golpearse con un árbol.
—¡Ríndete!
—Muy hábil luchando aquí cuando los segundos de tu amiga se agotan.
—¿Qué?
—¿Recuerdas a Griffin querida? No sabía que olvidaras a tus amigas...
—Como le hayas hecho algo morirás entre terrible sufrimiento.
—Se te agota el tiempo, querida —ríe él. —Quizá te de tiempo de decirle un último adiós si te das prisa.

Odette tiene sus ojos impregnados en ira y vuela rápidamente al círculo de piedra. En él, dirige un potente hechizo protector a Farah y posteriormente se marcha volando a toda velocidad hacia Torre se Nubes. El colegio de las brujas.

—¡Griffin! —grita entrando. —¡Griffin!

Odette usa su poder mental para encontrar la energía vital de Griffin, sigue las hondas que llegan hasta que logra entrar en una habitación donde la directora de las brujas está siendo torturada.

—¡Alejaos de ella! —exclama y con un hechizo hace a las dos brujas que la torturan chocar fuertemente contra la pared.

La batalla entre Odette y las dos brujas del hombre de las sombras es implacable. Tras un largo rato de golpes y hechizos Odette logra vencerlas a las dos.
—Griffin —dice acercándose a ella. —Griffin despierta... Te sacaré de aquí.

Con las fuerzas que le quedan al hada, Odette toma a Griffin sujetándola de la cintura y pasando uno de los brazos del hada por encima de su hombro para salir volando a toda prisa.

Cuando Odette llega a Alfea una gigantesca honda la pilla por la espalda y la hace caer en la entrada del colegio. La heredera mira hacia arriba y ve que tras esa misteriosa honda las brujas del hombre de las sombras se están marchando.
—¡Odette! —exclama Andreas.
—Llama a Ben —dice adolorida. —Necesitamos ayudar a Griffin.

Andreas hace que ya especialista tome a la bruja en sus brazos y la lleve rápidamente al invernadero.
—Vamos —dice Andreas llevando a Odette en los suyos.
Cuando llegan al invernadero, Odette puede ver a un montón de alumnos curándose heridas y a Ben desbordado.
—Solo estoy magullada ¿qué ha sido esa honda?
—No tenemos idea —contesta Andreas a Odette. —¿Segura de que estás bien?
—Solo necesito descansar. Tengo que hablar con Farah...
—Esto... Odette...
—¿Qué pasa Andreas?
—Farah ha desaparecido —dice Ben.
—¡¿Qué?!
—Luchó en el bosque contra el hombre de las sombras. Se escuchó una explosión. Luego esa honda llegó hasta aquí...
—¡¿Dejaste que se fuera sola?!
—No pudimos evitarlo —dice Ben.
—Tengo que encontrarla.
—Odette, no sabemos si está con vida...
—Lo está, Andreas, tiene que estarlo, le lancé un conjuro protector.
—Tienes que descansar.
—Me niego a hacerlo hasta que la encuentre. Ayudad a Griffin, dile que eres amigo mío cuando despierte, Ben.
—Descuida, lo haré.
—Iremos contigo —dice Saul.
—El bosque es peligroso, podríamos encontrar algún quemado o...
—No irás sola Odette —dice Stella.
—Te acompañaremos los tres —dice Andreas.
—No, si vosotros vais yo iré, Farah ha sido como una madre para mí —dice Bloom.
—No irá nadie, solo yo.
—Cinco pueden buscar más que uno —dice Stella.
—Es más probable que la encontremos entre todos que tú sola —dice Andreas.
—Está bien, nos vamos ya.

Odette coge su arco y las flechas suficientes y sube de copiloto al coche junto a Silva, quien conduce, y Bloom, Stella y Andreas en la parte trasera.
—¿Encuentras su rastro mágico?
—Aún no, Saul, tienes que adentrarte más en el bosque.

Saul conduce por el bosque más rápido hasta que Odette siente algo.
—¡Espera! —exclama Odette. —Puedo sentirla. Por ahí.

Tras unos minutos es Bloom la que ve algo a través de la ventana.
—Mirad eso —dice Bloom viendo un gran surco en el suelo.
—Aquí han luchado —dice Odette. —Saul para el coche.

Odette baja corriendo y entierra sus manos en el suelo.
—¡Está viva! ¡Farah está viva! —exclama Odette tras unos segundos. —Su energía vital está latente. Tenemos que encontrarla. Empezad a buscar. Por todas partes.

Cuatro largas horas son las que mantienen a los cinco buscando desesperadamente algún hueco en el suelo, algún surco, algún tipo de desnivel. Alguien escondido... Pero es prácticamente inútil.
—Está anocheciendo Odette —dice Andreas.
—Me da igual, marchaos si queréis, pero no me iré hasta encontrarla.
—¡Odette! —exclama Stella. —Hemos estado buscando en el lugar equivocado —dice señalando un gran roble. —Creíamos que estaría en alguna cúpula bajo tierra, en alguna cueva escondida, pero nos equivocamos.

Odette se acerca rápidamente seguida de los demás al lugar que indica Stella.
—¡No me jodas! —exclama Odette viendo la silueta de la directora atrapada en el gran roble. —Farah...
—Oh Dios mío... —dice Bloom. —¿Está bien?
—Está viva... —responde Odette tratando de contener las lágrimas. —Te sacaré de ahí Farah, te lo juro...
—¿Cómo podemos sacarla de ahí? —pregunta Stella.
—Solo hay una manera... Y el antídoto se encuentra en Linphea.
—No puedes volver, si tu madre te ve...
—Espero que no lo haga, Stella, pero solo la familia real puede acceder y recoger el antídoto del sauce negro. Me voy a Linphea.

Odette coloca una fuerte barrera de protección al rededor del roble donde se encuentra Farah y se dirige a los que la acompañan.
—Tened cuidado.
—Voy contigo —dice Stella. —Mi magia puede ayudarte a no ser vista.
—Está bien, Stella. Los demás, tened cuidado. Estaremos de vuelta al amanecer.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora