—¿Hablas en serio?
—Claro que hablo en serio. No había salido de Linphea porque la reina controlaba cada paso que daba y creía que os mantendría a salvo. Es el trato que hice con ella aunque veo que decidió romperlo... Si hubiera sabido que su promesa fue en vano habría ido a buscarte... Siento tanto el infierno que has tenido que vivir...
—Pensé... Pensé que me habías olvidado. Los noticieros solo mostraban la felicidad de tu matrimonio... Te escribí cartas hasta que Andreas me pilló...
—¿Me escribiste?
—Sí pero no contestaste y por eso pensé...
—No, Farah, yo te escribí y tú no contestaste... Oh claro, tendría que haberme dado cuenta. Estoy segura de que la reina puso algún tipo de hechizo para que las cartas no llegaran ni fueran enviadas... Por eso tampoco recibí respuestas de Stella, Bloom, Saul o Ben...
—Pensé que era porque... Bueno... Porque te habías enamorado de él...
—Jamás podría... No podría Farah... Te lo prometí, que estaría contigo y te mantendría a salvo... Que jamás dejaría de quererte... Una parte de mi corazón siempre será tuya...
—El mío también es tuyo, siento haber dudado yo...
—Es normal, no tienes que disculparte. Has pasado por cosas muy difíciles. Pero estamos aquí... ahora... Y, si me lo permites, no volveré a separarme de ti...
—¿Qué pasa con Cryos?
—Nos divorciaremos ahora que mi madre no está en el poder y yo tendré que ascender al trono... Pero Farah... Si me pides que no lo haga, que abandone el trono y me quede en Alfea contigo... Lo haré. Te perdí una vez, no pienso volver a perderte.
—Jamás te pediría que renuncies al trono por mí... Sé que serás la mejor reina que Linphea haya visto.
—Gracias Farah, por confiar en mí.
—No tienes que agradecerme eso. Siempre lo haré. Deberíamos hablar con Ben.
—¿Con Ben?
—Quizá pueda devolverte tus alas o...
—Farah, están rotas... se han desintegrado...
—No puedes quedarte sin ellas Odette... Estoy segura de que Ben debe saber algo.
—Quizá tengo que aprender a vivir sin volar.
—Lo siento.
—No es culpa tuya. ¿Qué tal con Bloom?
—Estrechamos lazos hasta que... Bueno... mi matrimonio con Andreas... Daría mi vida por ella.
—Haría lo mismo por Stella y no la he dado a luz, a si que entiendo lo que dices. No sabía que podías transformarte.
—Yo tampoco, a decir verdad. Pero cuando te vi ahí, en el suelo e indefensa... Jamás había acumulado tanto poder... Jamás me había sentido así...Odette observa a Farah durante unos minutos, el fuego se refleja en sus pupilas e ilumina su rostro creando una imagen de la directora digna de apreciar.
—No conocía lo de las flores de poder —dice Farah.
—No son comunes y solo existen en la realeza de Linphea. Generalmente se usan para observar cómo está la salud del propietario. Si él muere, la flor morirá, si la flor comienza a enfermar significa que algo malo le pasa a su hada. Pero lo malo es que si dañas la flor, dañarás al hada al que esté conectada.
—Es un arma de doble filo...
—Lo es... Solo la familia real tiene acceso, se supone que así las flores están a salvo y tu familia no debería de intentar matarte...
—Lo siento mucho.
—No lo hagas, conozco a la reina y... bueno... El odio es mutuo...Ambas hadas de quedan en silencio durante unos minutos. Haciendo nada más que observarse la una a la otra.
—Eres lo más bello que he tenido el placer de observar —dice Odette rompiendo el silencio.Antes de que la directora pueda contestar, Bloom aparece corriendo hacia ellas.
—Luna está aquí —dice con falta de aire. —Stella está en peligro.
—¿Stella? —pregunta Odette levantándose de inmediato.Las tres corren a Alfea para encontrarse a Stella luchando contra su madre en un intento de escapar de esta.
—¡Déjala en paz! —exclama Odette nada más llegar.
—No te metas Odette, mi hija se va conmigo —amenaza Luna.
—No. Puede que tú la dieras a luz pero ella es ¡mi hija!
—¡Cómo te atre...
—¡No! No tienes derecho a hablar —interrumpe Odette. —No tienes derecho a nada. La perdiste cuando la ignoraste y maltrataste. ¿Sabes cual es la condena por ello? ¿Por maltratar a tu propia hija físicamente y con magia? El destierro, justo lo que te mereces. Da igual que seas la reina de Solaria, no importa en absoluto. A si que voy a sugerirte que desaparezcas de mi vida antes de que me arrepienta. Porque si no lo haces, si vuelves a poner un solo dedo encima de ella, te destrozaré aunque sea lo último que haga.La reina de Solaria mira a Odette con ira y resignación para marcharse tras unos segundos.
Stella de gira hacia Odette y la abraza con fuerza.
—Gracias.
—¿Te ha herido?
—No, estoy bien.
—¿Segura?
—Segura.
—Bien... Si estáis todas bien y no me necesitáis. Me vendría bien dormir y... descansar... Mañana tengo que ponerme con lo de Saul y...
—Ey, lo entiendo —dice Stella. —Debes de estar agotada, descansa, nos hemos ocupado de que nadie tocara tu habitación —dice mirando a Bloom.
—La cerramos con un hechizo —ríe Bloom.
—Gracias chicas —dice Odette abrazándolas a ambas. —Si me necesitáis ahí estaré... —dice, tras abrazar a las chicas abraza a Farah con cariño y toma una respiración profunda antes de soltarla.Odette llega a su habitación y cierra la puerta dirigiéndose directamente al baño. Se desnuda ante el espero y se gira, no cree tener la fuerza para ver su espalda, pero lo hace. En ella hay dos grandes heridas del puesto que antes ocupaban sus alas.
Odette se tapa la boca con la mano para que nadie pueda escuchar sus sollozos y con la otra trata de llegar a las heridas. Le parece una broma macabea y surrealista haber perdido lo que más la mantenía conectada con su libertad. Había logrado transformarse con muy pocos años y desde entonces aprendió a usar sus alas a gusto y consciencia. Las usaba para volar por el reino, para viajar entre reinos o escapar de él y de sus deberes reales. Sus alas la habían llevado a lugares que jamás había pensado en poder ver y también la habían ayudado en grandes combates.
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YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)
RomanceOdette Ségolène, heredera de Linphea. Es un hada poderosa que no tiene ninguna intención de obedecer a la familia real. Es por ello, que pese a formarse con instructores privados en palacio. Consigue instruirse y conseguir una plaza para impartir cl...