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—¿Qué le ha pasado a Odette? —dice viendo al hada inconsciente ante ella y fragmentos de sus alas rotas esparcidos por el suelo.
—Es su madre, intenta matarla.
—Hay que llevarla a Alfea.

Cuando llegan a la escuela, Stella se encuentra en ella con Griffin.
—¡Odette! ¡¿Qué le ha pasado?!
—Es su madre, Stella —dice Bloom.
—Mantenedla con vida en el círculo de piedra. Yo iré a Linphea. Directora Griffin, ayúdalas.
—¿Piensas enfrentarte a la reina? —pregunta Bloom.
—Haré lo que sea por Odette, mantenedla a salvo.

Stella se transporta al palacio de Linphea.
—¡Basta Rachel! —exclama Stella. El rey se encuentra en el suelo inconsciente y también Derek.
—¿Tú también? Stella te tengo alta estima no me hagas perderla.
—¡La estás matando!
—Ella no será una buena reina. Es débil.

Stella despierta a Derek con su poder.
—¿Stella?
—Ayuda a tu padre. ¡Rachel detente!
—¿O qué Stella?

El hada de la luz lanza una fuerte honda de luz que hace a Rachel soltar al flor permitiendo que esta caiga al lago mágico de las flores de los reyes.
Con esto, el poder de Odette se recupera poco a poco y está abre los ojos.

En el círculo de piedra, Farah, y Bloom concentran su poder en Odette. Y Griffin mantiene un complicado hechizo para mantenerla con vida.
—¡Odette! —dice Farah viendo cómo abre los ojos.
—¿Farah? —pregunta Odette en un momento de lucidez, pero su madre vuelve a tomar su flor y Odette vuelve a desmayarse.

—¡Ya me has hartado! —exclama Stella. En ese momento se transforma y concentra toda su energía.
—¿Desde cuando te transformas? —pregunta la reina sorprendida.
—Desde que alguien toca a las personas que quiero.

La luz que sale del conjuro de Stella es tan fuerte que arrasa con todo lo que hay ante ella. La reina cae al suelo inerte.
Stella cae arrodillada y Derek corre a su encuentro.
—¿Estás bien Stella?
—La flor... —musita viendo cómo está se seca en el suelo. Derek corre y la coge para volverla a poner en el agua.
—¿Está muerta? —pregunta Derek mirando a la reina.
—No, inconsciente —dice Stella.
—Siento el daño que haya podido causar hijo mío, debí enfrentar a mi esposa antes de que llegara tan lejos —explica el rey. —Gracias por salvar a mi hija, princesa Stella. Por salvarnos a todos.
—Está bien. Tengo que volver a Alfea.
—¿Te llevo? —pregunta Derek.
—No, tengo fuerza para transportarme.
—Manda recuerdos a mi hermana.
—Proteged su flor.
—Hecho.

En el círculo de piedra, Odette recupera la consciencia.
—Agh —se queja llevando una de sus manos a su cabeza. Farah se acerca a ella y la abraza con fuerza.
—¿Te encuentras bien? —pregunta Griffin.
—Eso creo...
—Menos mal que no te ha pasado nada —dice Farah sin soltarla.

Stella aparece a unos metro de ellas y corre hacia Odette.
—¡Odette!
—Stella —Odette abre los brazos y recibe a Stella en un fuerte abrazo.
—Menos mal que estás bien, estaba muy preocupada.
—Estoy muy orgullosa de ti, Stella. Lo estoy de las dos —dice mirando también a Bloom.
—Tengo que volver a torre de nubes, corazón, pero avísame de cualquier cosa que necesites —dice Griffin abrazando a Odette para posteriormente marcharse.
—¿Qué hacemos ahora? —pregunta Bloom. —Silva sigue destinado a Polaris.
—Iré a por él mañana, antes creo que deberé volver a Linphea...
—Por favor, ten cuidado —pide Farah.
—La reina ha caído —dice Stella. —El Rey y Derek me han pedido que te mande saludos y el rey te pide sumas disculpas por sucumbir y callar ante la reina. Sabe que Derek y tú sois sus hijos y se ha decepcionado a sí mismo al desprotegeros.
—Al menos tendré la paz con mi padre —dice Odette.
—No hace falta que vuelvas de inmediato, ellos se ocuparán de todo hasta que terminemos aquí.
—Genial, pues nos ocuparemos de Silva por la mañana. Emitiré una orden de liberación por parte de la corte de Linphea. Ahora chicas... Sé que tendréis muchas cosas que contarme pero me gustaría poder hablar con Farah. No nos vemos desde... Ya sabéis...
—Claro, estaremos en la suite con las demás —dice Bloom y Stella asiente.
—Gracias —dice Farah a las chicas antes de que estas abandonen el círculo de piedra.
—Vamos, te acompaño a la habitación para que descanses —le dice Farah.
—Estoy bien, puedo caminar... pero me gustaría que habláramos...
—Claro yo... También creo que es necesario...

Odette conjura una pequeña hoguera frente a ellas y guía a Farah para que se siente junto a ella en uno de los bancos de piedra.

—Quiero pedirte una disculpa. Sé que me dirás qué no es necesario pero... Nada de esto habría pasado si hubiera tenido el valor para enfrentar a la reina cuando debí hacerlo. Pero me consumió el miedo. El miedo de que pudiera hacerte algo... O a las chicas...
—No es culpa tuya, buscaste lo mejor para mí, para Bloom y para Stella. Siempre te has preocupado por nosotras...
—Siento que no fue suficiente... pero eso no pasará de nuevo.
—No tienes nada por lo que disculparte. ¿Qué hay de ti? ¿Te trata bien Cryos? —pregunta Farah y un nudo se forma en su garganta casi de inmediato al recordar el matrimonio de esa mujer a la que ama.
—Oh, Cryos es un cielo, me encantaría que os conocierais. Que viniera a Alfea. Estudió aquí y se acuerda de ti...
—Veo que le quieres mucho... —dice quitando la mirada de la heredera.
—Le quiero muchísimo... —dice Odette sin percatarse de la manera de amar a la que se refiere Farah.
—Seréis muy buenos reyes, te mereces lo mejor y... si él puede dártelo...
—¿Qué? Oh no. No me refería a quererlo de ese modos, Farah. Adoro a Cryos pero como a un hermano, le quiero como puedo querer a Derek. Nos conocimos siendo muy pequeños y nos reencontramos ahora. Él es genial, y le quiero, pero no de manera romántica. Ni si quiera nos hemos acostado... Tenemos un acuerdo respecto a los amantes. Él puede acostarse con quien le plazca y yo igual pero... Farah yo solo he pensado en ti durante todo este tiempo... Él organizó el baile para que yo pudiera verte... No he dejado un solo día de tenerte en mi mente.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora