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Odette recupera la compostura y ambos entran de nuevo. Odette emite la orden de liberación en nombre del reino de Linphea y está lista para volver a Alfea.

Cuando las cuatro hadas vuelven a la escuela, todas se encuentran nerviosas. Sky debe ascender al trono de Eraklyon y la reina de Solaria tiene que contestar la propuesta de liberación de Saul.

—Mi madre ahora mismo nos odia —se queja Stella.
—¿Crees que liberará a Saúl? —pregunta Bloom.
—No es una petición es una orden de liberación a si que... Stella... ¿Tú madre sigue encubriendo lo de Aster Dell? —pregunta Odette cambiando de tema.
—Mi madre aún encubre todos los crímenes de Rosalind.
—Bien. Pues destápalos todos. Crea un escándalo para que el pueblo exija despojarla de su corona y que se lleve a cabo la sucesión.
—Odette yo soy la sucesión.
—Exacto. Y lo harás bien. Pero si queremos dar un lavado de cara al otro mundo tenemos que hacerlo ya.
—Odette, no soy capaz...
—Stella. Este sitio es tuyo. Solaria es tuya. Toma lo que te pertenece por derecho, como te eduqué.
—Solaria es mía... Soy la heredera...
—Lucharás por lo que mereces.
—Lucharé por lo que merezco...
—Todo es tuyo.
—Tienes razón... Tomaré lo que me pertenece...
—Eso es. Esa es la Stella a la que eduqué.
—Me pondré a ello...

Stella se pone manos a la obra con la ayuda de Bloom y Farah y Odette van al despacho de esta última.
—Tengo que pedirte un favor —dice Farah.
—Claro. Dime.
—Bloom me ha pedido que cuando esto acabe... quiere... presentarme a sus padres del primer mundo...
—Eso es genial ¿no?
—Lo es... Es solo que... Bueno... No sé cómo pedirlo... No quiero que suene extraño... Es solo que...
—¿Quieres que te acompañe a conocer a los padres adoptivos de tu hija?
—Es una locura, déjalo.
—No, no, en absoluto. Me alaga y... Me encantaría.
—¿Si? ... ¿Irías conmigo?
—Sí. Sería un honor.
—Gracias.
—No tienes que dármelas, Farah... ¿En qué punto estamos?
—No lo sé Odette. Estás casada y yo viuda y...
—Cryos me mandará los papeles de divorcio en cuanto los tenga...
—Te escuché hablar con Derek, y tienes razón.
—¿Qué?
—Odette lo has perdido todo por mi culpa.
—Farah, nada de lo que me ha pasado es culpa tuya y no lo he perdido todo mientas os tenga a Stella, a Derek y a ti. Lo demás me da igual y echaré de menos mis alas pero... No me importa —dice tomando sus manos.
—Nunca dejé de quererte.
—Yo tampoco, Farah Dowling. Jamás podría.

Tras unos segundos en los ojos de la otra, Odette se inclina y roza los labios de Farah con los suyos. La directora no se aparta, toma con delicadeza la cabeza de Odette y une sus labios en un beso lento, sin prisa. Un beso que ambas deseaban desde que se reencontraron. Por primera vez en estos meses ambas se sienten en casa. Farah deja escapar un suspiro entre sus labios, no recordaba lo que era ser besada con amor y ternura. Los besos que Andreas le obligaba a darle eran violentos y claustrofóbicos para el hada. Odette siempre había sido distinta a todo lo que Farah conocía.

La reina de Linphea acaricia la espalda de la directora mientras su otra mano acaricia sus pechos por encima de la camisa, es entonces, cuando Farah se separa bruscamente.
—Lo siento... Lo siento... —dice Farah levantándose para dirigirse al escritorio.
—¿Te encuentras bien? —pregunta Odette levantándose para acercarse cuando involuntariamente la directora retrocede.
—¿Podemos... podemos no...
—¿Qué sucede? —pregunta Odette volviendo a sentarse en el sofá para dejarle su espacio.
—No me apetece... no ahora... yo...
—Farah... Me preocupas... —se sincera Odette. —Puedes hablar conmigo sin tapujos...
—Es solo que no quiero tener sexo ahora —dice de manera rápida, desordenada y atropellada.
—Vale... y... ¿cuál es el problema? No lo tendremos si no quieres... No tengo ninguna intención de forzarte yo... Quiero que ambas disfrutemos cuando nos apetezca...
—¿No te... No te enfadarás?
—¿Qué? —pregunta Odette descolocada. —Pero... ¿cómo podría enfadarme?
—Yo... No lo sé... —dice tratando de reprimir sus emociones.
—Farah si sucede algo solo... cuéntamelo... quiero ser tu apoyo... No quiero que te cohibas conmigo.
—No me apetece. Es todo —dice de manera muy fría.
—Vale... no me meteré en tu cabeza para ver qué te pasa porque no quiero invadir tu privacidad. No quiero hacer nada que doblegue tu voluntad, a si que cuéntamelo cuando estés preparada... Sabes que estaré para ti, para lo que necesites...
—Él me obligaba —dice Farah de golpe. —Con la joya que me colocó me impedía quejarme o negarme...  —Odette reprime una lágrima que quiere escapar y rodar por su mejilla. Observa a Farah y ve como está se limpia los ojos. Ella no ha sido capaz de reprimir las lágrimas.

Odette se levanta y se acerca lentamente para abrazarla. Cuando lo hace, la directora se rompe.
—Lo siento... —dice Odette. —No volveré a dejarte, lo prometo...
Farah se aferra a ella como si fuera un salvavidas en medio de un amplio océano.

Tras unos minutos ambas se calman.
Bloom entra sin aviso previo sobresaltándolas a ambas.
—Stella lo ha hecho, Luna está furiosa... Y Saul ha huido...
—Bloom, ve con tus amigas y trae a Saul —pide Odette. La adolescente afirma y abandona el lugar.
—¿Y Stella? —pregunta Farah.
—Es completamente capaz. Le confiaría mi vida. Ahora tenemos que ocuparnos de otras cosas... Remodelar Alfea, por ejemplo. No puedo seguir viendo la cara de Rosalind por todas partes. Además... Creo que tus alumnos necesitan una explicación. Saber al menos que estás bien.
—Sí, tienes razón.

Antes de que ninguna se mueva, Luna aparece ante ellas a modo de holograma.
—¡¿Qué demonios has hecho?! ¡Has puesto a Stella en mi contra!
—Eso es mérito tuyo —dice Odette.
—Creí que me querías... Yo estaba primero. ¡Ella es la otra! ¡Tú siempre fuiste mia!
—Luna, lo que pasó entre nosotras fue divertido, pero se quedó ahí.

Odette disipa el hechizo de holograma de Luna y se dirige a buscar a los alumnos.

Tras anunciar la llegada de la directora, ambas se ponen manos a la obra para tratar de arreglar lo que Rosalind ha hecho del colegio.

Al anochecer. Bloom y sus amigas llega junto a Saul.
—¿Dónde está? —pregunta Odette saliendo seguida por Farah y Ben. —¡Saul! —exclama la reina de Linphea corriendo y abrazando con fuerza al especialista, Farah y Ben copian su acto y lo abrazan con fuerza.

Es en ese momento cuando Sky sale de la escuela y corre a abrazarlo también. Los demás dejan a Sky con Saul y entran a la escuela encontrándose a Stella.
—Stella —dice Odette avanzando hacia ella.
—Hay nuevas noticias en Solaria y quería ser yo quien os las diera —dice. —La reina ha sido destituida de su cargo... Mañana una nueva soberana reinará en Solaria.
—Stella... —dice Odette. La reina de Linphea corre y la abraza con fuerza. —Estoy tan orgullosa de ti...
—¿Crees que soy capaz?
—Abraza el poder. Es tuyo...
—Es mío...
—Solaria es tuya.
—Solaria es mía.
—Has luchado por esto. Es toda tuya. Y serás la mejor soberana que haya existido. Estoy segura de ello.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora