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—Es complicado...
—Lo sé, puedo imaginarlo...
—La reina de Linphea me ha comprometido con Cryos... No sabe que lo sé...
—Eso es horrible...
—No me casaré con él. Ella no sabe dónde estoy y mientras no lo sepa todo irá bien.

Cuando tras dos horas, la clase termina, Odette se despide de Stella y se dirige al despacho de Farah.
Entras sin llamar a la puerta y encuentra a la directora ojeando unos papeles en su escritorio.

Al verla, Farah se levanta y se dirige a ella. Odette queda en silencio observando cada paso que el hada da. Farah la toma de la cintura y la pega a la puerta besándola profundamente. A tientas, Odette para el cerrojo a la puerta y ambas se trasladan al sofá. La directora se sienta a horcajadas sobre la heredera.

Odette deja que sus manos viajen por la cintura y caderas de Farah mientras sus labios se unen con pasión. Farah se estremece mientras mece sus caderas contra las de Odette y la princesa sostiene firme la cintura de la mujer que se encuentra sobre ella.

La boca de Odette se dirige a besar el cuello de Farah y sus manos viajan hacia arriba comenzando a desabotonar la camisa de la directora. Farah inclina la cabeza hacia atrás para suspirar y volver a los labios de Odette.

Odette quita la camisa dejando a Farah con sus pechos únicamente cubiertos por su fino sujetador de encaje negro que permite marcar levemente sus pezones erectos.

Odette se inclina hacia atrás, separándose sin previo aviso un poco de Farah y permitiéndose observarla. Farah se confunde con este movimiento.

—¿Está todo bien? —pregunta en un suspiro.
—Ajá —se limita a decir sin dejar de observarla.

La situación confunde a la directora. Se pregunta si de pronto, no la ha encontrado tan atractiva como las otras veces en las que el alcohol podría haber jugado un gran papel. Farah no se avergonzaría de su cuerpo, pero de pronto es consciente de cada cicatriz y cada arruga que podía marcarse en ella. La diferencia de edad entre Odette y ella no es gigantesca, pero existe. Y de pronto teme que sean un problema para la princesa. De pronto Farah se siente sumamente expuesta. A penas han pasado unos segundos desde que la princesa dejó de besarla pero para Farah se han sentido como interminables horas. De pronto se siente avergonzada. Se mueve y busca la tela para cubrirse ante la confusa mirada de Odette.

—Lo siento si no quieres... —dice la directora. El dolor atraviesa su voz. Y comienza a moverse para levantarse del regazo de Odette. Pero los brazos de la princesa la mantienen en su lugar evitando que se mueva mientras se da cuenta de cómo Farah ha interpretado sus acciones.
—No, Farah... —dice suave acariciando su mejilla. —Solo quiero tomarme mi tiempo... Quiero hacerlo bien, no quiero que pienses que eres solo sexo para mí. Quiero adorarte...
—Odette... —dice Farah acercándose a ella, mucho más tranquila ahora. —Dudo que haya algo que puedas hacer mal... —dice acariciando los labios de la heredera con los suyos. Las manos de Odette apretan su cintura.

Los labios de ambas vuelven a unirse en un beso más lento pero igual de intenso.
Farah abre la cremallera del mono de Odette y cuela sus manos por el cuerpo de la princesa.
—Te quiero... —suspira Farah contra su boca.
—¿Cómo has dicho? —dice Odette tomando su cara para que la mire a los ojos. Farah se queda en silencio con la respiración agitada. —Repítelo...
—Te quiero —se atreve a decir.
—Yo también, Farah Dowling, te quiero desde que te conozco... Y sé que jamás podré dejar de hacerlo...

Farah vuelve a besarla y Odette se quita la parte de arriba de su mono bajándolo a su cintura. Farah comienza a amasar los pechos de la heredera con sus manos.

La princesa cuela su mano entre las piernas de Farah y acaricia su humedad por encima de la tela. Farah gime ante el tacto y Odette estira hacia un lado su ropa interior para tener un mejor acceso a los pliegues del hada. Cuando acaricia entre ellos, Farah entierra la cabeza en el hombro de la heredera y aprieta sus pechos.

Odette acaricia su entrada e introduce un dedo en ella, haciendo a la directora gemir.
—Más... —suplica el hada. Odette entierra un segundo dedo en ella y comienza a moverlos con fuerza dentro de ella. Haciendo que Farah gima sin parar. Con su otra mano ayuda las caderas de Farah a subir y bajar para que consiga más placer.

La vagina de Farah se contrae con cada embestida. Sus manos oprimen los pechos de Odette y su boca muerde su clavícula para tratar de no ser muy ruidosa.

Sin previo aviso. Odette se detiene. Farah respira agitada y confundida. La heredera se mueve quitándose a Farah de encima con cuidado haciendo que se siente en el sofá y la mire confundida.
—¿Qué ha pasado? —pregunta.
Odette no responde. Gira a Farah haciendo que le de la espalda quedando que con torso sobre el sofá y la desnuda hábilmente. Su vagina está completamente expuesta. Odette abre las piernas de la directora y entierra su cara sin previo aviso en ella, lamiendo con fuerza su clítoris.

Farah clava sus uñas en el sofá y trata de aguantar los gemidos que quieren salir.

—El despacho está insonorizado —dice Odette. —Quiero escucharte gemir y pedirme más —dice avanzando sobre su espalda para besar su cuello.

Vuelve a introducir dos dedos en ella, mientras con su otra mano presiona el clítoris de Farah.

—¿Te gusta así? —pregunta antes de morder una de las nalgas de la directora.
—S... Sí... —dice con dificultad mientras sus gemidos inundan la estancia.

Cuando sabe que Farah está cerca, aumenta la presión en su clítoris y la velocidad de sus empujones dentro de ella. Pocos segundos después el hada se corre dejándose caer en el sofá.

Odette avanza hasta su cara y le da un profundo beso.
—Eres preciosa, antes, durante, y después del sexo —le dice la princesa.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora