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—Gracias —dice Farah. —Él tenía un control para... sólo permitirme hablar cuando quería, la joya me impedía emitir sonidos entre otras cosas.
—Farah eso es... Oh joder. No tenía que haberme ido...
—Odette ¿estás bien? —pregunta Cryos llegando junto a Stella.
—Lo voy a matar... —dice Odette.
—Odette estoy bien
—No, Farah, evidentemente no lo estás, no tenía que haberme ido, tenia que haberme enfrentado a la reina y lo siento muchísimo. Pero él pagará por esto te lo juro. —En ese momento desde la distancia Odette escanea los recuerdos de Andreas que se encuentra siendo arrestado por los guardias. Busca que no esté bajo algún tipo de hechizo en algún último intento de sentir que el que ha considerado su mejor amigo no es un monstruo, pero se da cuenta de que ha sido plenamente consciente de todo o lo que hacía. El sentimiento de odio y traición se apodera de la heredera.

—Odette, podría generar una guerra o... no tienes que hacer eso por mí —dice Farah dándose cuenta de lo que planea hacer la heredera. Odette entra por un momento en la mente de Farah viendo todas las torturas que ese hombre al que considero amigo cometió contra la mujer a la que ella ama.
—Que empiece la guerra —dice, en ese momento Odette tensa una flecha y apunta, disparándola justo antes de que Farah pueda tirar de su arco para evitar que lo haga.

La flecha vuela veloz e impacta directamente en la cabeza de Andreas, a quien aún los guardias no se habían llevado, dejando su cuerpo clavado en la pared de detrás de él a través de su cráneo.

—Acaba de matar a Andreas... —dice Cryos asombrado.
—¡Odette qué has hecho! —exclama su madre saliendo con los ojos inyectados en ira. —¡Todo por esa...

Antes de que su madre pueda terminar la frase, Odette usa el poder proveniente de su ira para lanzar una honda a su madre que la hace retroceder en modo de advertencia.
—No te acerques —dice. —He pasado meses encerrada como una prisionera. ¡Meses en los que me juraste que ella no sufriría daños! ¡Solo por eso me casé! ¡Porque ella, Stella y Bloom tendrían tu protección! ¡Y no has cumplido con ninguna! Sabías que esto estaba pasando y te dio igual.
—Por supuesto que me dio igual, ¿por qué me preocuparía por tu prostituta o las niñitas mimadas? Soy la reina. Tengo cosas más importantes.
—No solo has perdido una hija, has ganado una enemiga. Agradece que no te mato. Y sal de mi vista antes de que cambie de opinión.

El tono de la princesa hace que la reina se tambalee. Normalmente jamás se dejaría dar una orden y mucho menos de la princesa. Pero sabe que lo hará, sabe que Odette sería capaz de matarla. Por lo que opta por volver a entrar al castillo y pedir que retiren el cadáver de Andreas.

—Cryos, vuelve a Zenith. La cosa se pondrá fea aquí en Linphea para ti si la reina ve que me has ayudado. Quiero que estés protegido.
—Descuida.
—¡Odette! —dice Derek saliendo a toda prisa.
—Derek, me voy a Alfea.
—Ve con cuidado, yo me ocupo de los reyes. No te molestarán.
—Bien.

Odette abraza a su hermano y este vuelve dentro. Tras despedirse de Cryos este también se va a su reino.
—Farah, te dejaré en torre de nubes. Griffin te curará. Stella, tú también te quedarás en torre de nubes.
—No, no vas a ir sola, ahí está Rosalind.
—Estás débil, Farah. Y Stella también. Las joyas que llevabais os consumieron durante mucho tiempo. Necesitáis reponeros y Griffin puede hacerlo. No es discutible.

Odette toma las manos de ambas y se transportan a torre de nubes.
—Griffin, dile a tus chicas que preparen dos camillas —pide Odette. —Revísalas y cura cualquier daño que tengan. Griffin no las dejes marchar hasta que yo no vuelva.
—Odette no puedes hacer esto —dice Farah. —Me estás privando de mi libertad de decisión.
—Farah no te voy a poner en peligro. Si vas, te matará, estás débil. He estado entrenando sin parar y tengo más magia que antes.
—Hecho —dice Griffin.
—Y Griffin. Si la reina de Linphea aparece aquí y quiere dañaros... Llamadme enseguida.
—Cuenta con ello.
—¿Dónde está Bloom? —pregunta Odette.
—En Alfea con Terra. —Dice Stella.
—¿Y Ben?
—No puedes fiarte de Ben —se queja Farah. —Rosalind lo tiene amenazado, si no hace lo que le dice... Asesinará a Terra...
—Joder...
—Odette... —dice Farah y Odette se acerca. —No quiero que pienses que en algún momento dejé de quererte.
—Necesito esta conversación tanto como tú, pero la tendremos cuando vuelva. Ahora descansa —dice dando un beso en la cabeza de Farah. —Y yo siempre... siempre te querré. Mi corazón es tuyo.

Odette se despide a ambas hadas y se transporta a Alfea.
—¿Odette? —dice Terra al verla junto a Aisha y Musa. —Perdón... Señorita Sé...
—Odette está bien —dice Odette. —¿Dónde está Bloom?
—Rosalind ha aprovechado el baile en Linphea para meterla en una cámara de contención por intento de asesinato... —dice Aisha.
—¿A quién ha intentado asesinar?
—A Andreas, esta mañana se enteró de lo que le hace a su madre...
—Veo que ya lo sabéis. Pues empecemos por sacar a Bloom. Venga.

Odette lleva a las chicas a uno de los pasadizos que hay debajo de Alfea y tras un rato de camino llegan al santuario donde se encuentra la cámara de contención de Bloom. Odette dirige su Magia a a ella y hace que comience a desintegrarse dejando a Bloom libre.
—¿Odette? —pregunta Bloom.
—Ajá, vámonos.

Todas salen del lugar y se dirigen a un escondite cercano que Odette conoce. Se trata de una cabaña oculta con Magia.

—¿Cuál es el plan? —pregunta Bloom.
—No hay plan —dice Odette. —Mataré a Rosalind como maté a Andreas.
—¿Le mataste?
—Yo también me enteré hoy de lo que le hacía ha Farah. Y siento haberme ido. Inevitablemente siento que todo ha sido culpa mía. Pero lo remediaré. Alfea será lo que era.
—¿Cómo está ella? —pregunta Bloom con notoria preocupación.
—Bien, la he dejado junto a Stella en torre de nubes para que mi amiga Griffin las ayude a reponerse.
—Gracias —dice Bloom tomando las manos de Odette.
—La quiero Bloom... Muchísimo.
—Me alegra que tenga alguien que la quiera tan bien, sin restricciones...
—Es así como se debe querer... sin restricciones...
—Iré contigo a por Rosalind —dice Bloom. —Me has entrenado. Sabes que puedo.
—Bloom no...
—No es una pregunta.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora