La heredera se deja caer al suelo mientras llora desconsoladamente. Se siente peor de lo que se ha sentido nunca, vacía sin esa parte tan esencial de ella, culpable del mal que han vivido sus seres queridos desde su partida y responsable de tener que liberar a Saul. Además de saber que debe ascender al trono y regir Linphea. El golpe más duro ha sido sin duda descubrir que la persona a la que consideraba su mejor amigo, su confidente, era en realidad un monstruo, alguien capaz de herir a la persona que ella más ama. Odette ha colapsado y llora en su baño abrazando sus rodillas ya despreocupadas por los sollozos que sabe que no podrá controlar.
Debido a su propio ruido no escucha cuando la puerta de su habitación se abre.
—¿Odette? ¿Odette te encuentras bien? —pregunta Farah escuchando los sollozos de Odette sin saber dónde está se encuentra. —¡¿Odette?! —Se percata de que está doblada sobre sí misma en el baño y corre hasta ella. Es entonces cuando la heredera se da cuenta de que la directora está en su habitación y trata de recomponer la compostura.
—Farah, ¿qué haces aquí? —dice poniéndose en pie y tratando de secarse las lágrimas aunque estas no dejan de salir de sus lagrimales. Farah la mira durante un segundo y sin pensarlo la abraza con fuerza.
—No pasa nada, cariño, estoy aquí —le dice la directora y Odette vuelve a romperse en sus brazos.
—Lo... siento...
—No tienes nada por lo que disculparte.Tras unos segundos, el llanto del hada cesa y se separa lentamente de Farah.
—Debería... vestirme... dame un segundo —dice y cierra la puerta del baño entre ellas.
Farah, mientras tanto. Se sienta en uno de los sofás sin saber demasiado bien cómo llevar la situación.Odette sale del baño tras darse una rápida ducha con un cómodo chándal y se sienta en el sillón que se encuentra en frente de Farah.
—No es solo por las alas... —dice la directora en una especie de pregunta que es casi una afirmación.
—Solo... necesitaba una ducha fría...
—No tienes que usar esa coraza conmigo... Quiero que te sientas mejor...
—No quiero que me ayudes, Farah... Lo has pasado peor que yo, debería de ser yo la que te consuele a ti y no al revés, pero aquí estoy viviendo mi drama...
—Odette, que mis problemas sean diferentes no significa que los tuyos no deban recibir la importancia que merecen. Está claro que algo te duele y yo no quiero ser limón en tu herida. Quiero ayudarte, ser un pilar...
—Necesito dormir o creo... que me voy a desmayar —dice con los ojos cansados. La cara de Odette denota un agotamiento, no solo físico, sino también mental, que la directora jamás había visto en ella.
—Descuida. Supongo que te veré por la mañana —Farah se levanta y acaricia el hombro de Odette para atravesar la estancia hasta la puerta.
—Farah —dice haciendo que se detenga. —¿Te importaría... quedarte? Solo si... solo si quieres...
—Me encantaría —le dice Farah con una sonrisa.Farah se acuesta en la cama y Odette se acurruca en su pecho.
—Todo está bien... Solucionaremos esto, cariño. No estás sola...Odette queda dormida sobre el cuerpo de Farah sin siquiera darse cuenta. Al despertar siente la luz en su rostro. Farah ya no está. Tras arreglarse se dirige al despacho de la directora. Quien se encuentra con Ben.
—Ben... —dice Odette avanzando para abrazarle.
—Lo siento, tenía que cumplir órdenes... Por mis hijos...
—Descuida. Te he echado de menos.
—La reina Luna ha adelantado el traslado de Saul... Lo harán mañana.
—Me iré a Linphea. Tomaré mi derecho al trono y emitiré una orden de liberación.
—¿Crees que funcionará?
—Sí... Espero que sí...
—¿Es verdad que Farah se ha transformado? —pregunta Ben. En ese momento los ojos de Farah se abren como platos. No ha querido mencionar el tema para no recordar a Odette la desdicha de sus alas.
—Lo ha hecho —afirma Odette. —Es un hada espectacular. Ojalá la hubieras visto... Tengo que ir a Linphea.
—Permíteme acompañarte... —pide Farah.
—¿Estás segura?
—No me gustaría perderme tu nombramiento...
—Pues vamos —dice con una sonrisa tomando la mano de Farah.
—Odette —dice Stella llegando de manera apresurada con Bloom. —No te atrevas a irte sin nosotras.
—No nos perderíamos tu ascenso a reina —dice Bloom.Todas se toman las manos y se transportan al palacio.
—¡Odette! —exclama Derek corriendo a abrazar a su hermana. —Como me alegro de que estés bien.
—Oh Derek. Te quiero hermanito —dice Odette.
—Hija mía. Lo siento... Sé que no querrás verme y que he sido un padre horrible... —Odette corre hasta su padre y lo abraza con fuerza haciendo que no diga nada más.
—Está perdonado.
—Vienes a reclamar tu derecho supongo...
—Cryos y yo vamos a divorciarnos —alerta Odette.
—Lo entiendo cariño, no debí hacer caso a tu madre.
—Vale... Podemos hacer esto rápido, tengo que emitir una orden de liberación para un amigo...
—Cariño parece que no quisieras estar aquí...
—Papá déjala —dice Derek.Llevan a cabo el nombramiento como reina Linphea de Odette.
—Siempre supe que no dejarías el trono —dice Derek.
—Me habría gustado hacerlo.
—¿Podemos dar un paseo antes de que te vayas? Tengo que hablar contigo —pide su hermano.Ambos salen a los jardines de palacio y Odette no puede evitar mirar hacia el lugar donde a sangre fría asesinó al que pensaba que era su mejor amigo. Las lágrimas salen sin aviso y sin que la ahora reina pueda evitarlo.
—¿Te encuentras bien?
—Es solo que... —antes de que acabe la frase Derek se da cuenta de lo que pasa y la abraza con fuerza.
—Tranquila —dice su hermano acariciando su espalda.
—Estoy bien... Es duro...
—Lo sé.
—He perdido mis alas —dice sollozando en el pecho de Derek.
—¿Qué?
—Luchaba contra otra hada... Y ella... Las destruyó... He perdido a mamá, he perdido mis alas y he perdido a Andreas...
—Mamá nos perdió al intentar matarte, Andreas no te merecía y tus alas... Seguro que podemos hacer algo.
—Gracias por estar aquí, por favor Derek no me dejes nunca —dice abrazándolo con fuerza.
—Eres mi hermana mayor, siempre seremos nosotros contra el mundo.
ESTÁS LEYENDO
YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)
RomanceOdette Ségolène, heredera de Linphea. Es un hada poderosa que no tiene ninguna intención de obedecer a la familia real. Es por ello, que pese a formarse con instructores privados en palacio. Consigue instruirse y conseguir una plaza para impartir cl...