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En mitad de la noche Odette se despierta por una pesadilla terrible. Desea en estos momentos que Farah estuviera a su lado para reconfortarla, pero no está, y la cruel realidad es que ahora es Andreas quien duerme en su cama. Solo de pensarlo a Odette le causa náuseas. Reza para que todo haya sido una maniobra de supervivencia ante Rosalind. No sabe si soportaría el peso de sentirse traicionada por dos de las personas a las que más ha querido.

Por la mañana, Odette se arregla y se dirige al gran salón para comenzar a recibir a los invitados junto a Cryos. Desesperada busca con sus ojos a Farah y Andreas, pero estos no parecen llegar por ahora. Los que sí lo hacen, son Luna y su hija Stella.

—¡Stella! —exclama Odette abrazándola con fuerza. Posteriormente saluda a Luna. Tras una breve charla con la reina de Solaria, Cryos distrae a Luna para quitársela de encima a Odette y que esta pueda hablar con Stella.
—¿Qué demonios pasa?
—Todo va mal. Rosalind es directora, y Farah ha tenido que casarse con Andreas para que Rosalind no le hiciera daño ni a ella ni a Bloom. Mi madre cree que estoy a sus órdenes pero solo he vuelto a su lado para sacar información sobre Rosalind. Mandan a Saul a Polaris la semana que viene y nadie sabe por qué, además Ben teme a Rosalind y parece su perro faldero. Para rematar mi madre me ha clavado una especie de cucaracha electrónica en la espalda que controla todo lo que hago.
—Dios mío... Es horrible. Ven.

Odette toca la joya insertada en la piel de Stella y la destruye con su magia sin que nadie lo vea.

—Gracias y... Odette, te necesitamos. ¿Te trata bien Cryos?
—Es un sol, es como un hermano para mí.
—Me alegro. Ahora tenemos que pensar cómo podemos liberarte.
—Stella la reina me tiene amenazada. Si me voy... Acabará con todos los que me importáis. Si estáis a salvo me sacrificaré. La reina me prometio protegeros si me quedaba aquí.
—Peor eso es mentira, Odette. La reina no nos ha protegido.
—¿Qué?
—Eres la única que puede detener a...

En ese momento y antes de que Stella continúe la frase, anuncian la llegada del rey Andreas de Eraklyon al palacio de Linphea. Este viene acompañado de Farah, su esposa. Nada más verlos Odette se da cuenta, Farah lleva su pelo completamente suelto.

—No puede ser una coincidencia —dice Odette en un susurro que solo percibe Stella.
—¿Qué?
—Hace tiempo, cuando estaba en Alfea... nos pusimos códigos... si estaba en peligro yo vestiría rosa y si lo estaba ella... Luciría el pelo completamente suelto en público... Ya sabes que nunca lo hace.
—Eso tiene sentido... —dice Stella. —Desde que se casó con Andreas nadie la ve, ni si quiera Bloom. Al menos no a menudo...
—Voy a ir...
—Odette no, sé discreta —pide Stella.

Los ojos de Farah se encuentran con los de la heredera y aunque Odette trata de lanzarle un mensaje mental, siente que una fuerza externa lo impide.
—No he podido comunicarme con ella a través de la mente —dice a Stella.
—La mierda que me puso mi madre me impedía comunicarme a través de hondas mentales. ¿Es posible que Andreas le haya puesto uno?
—Me duele el alma al pensar que mi mejor amigo ha sido una puta fachada todo este tiempo y que en realidad es un monstruo...
—Quizá no él, quizá Rosalind...
—No... Andreas ni me ha mirado y eso significa que me oculta algo, míralo. Parece muy macho alfa pero en cuanto lo miro mete la cola entre las patas como un perro. Algo está pasando, Stella, algo que espero que no sea lo que pienso, porque lo mataré.

—Cariño... —dice Cryos interrumpiéndolas.
—Dime —dice Odette.
—¿Por qué trae un rey un arma a un baile?
—¿Cómo? —en ese momento Cryos da a entender que se trata de a Andreas.

Odette lo mira y mira a Farah. Esta trata de hacer un gesto imperceptible a la heredera, pero Andreas la pilla. Tira de su brazo y la saca del gran salón en un momento en el que Odette se ha girado a mirar a Cryos. Para cuando Odette vuelve a mirar. Farah y Andreas ya ni se encuentran en el baile.

—¡Mierda mierda! —exclama Odette.
—Nos separamos —dice Cryos.
—Sí —afirma Stella.

Odette coge su arco y sale corriendo por una de las puertas traseras.

Usa sus poderes mentales para percibir dónde se encuentra Andreas. Tras correr unos minutos, ve como este tira del pelo de Farah y la estampa contra el capó de su camioneta en un lugar donde no hay nadie. Con una de sus manos Andreas ahorca a Farah y con la otra le apunta con el arma.

La heredera, desde la distancia, tensa una flecha que atraviesa la rótula de Andreas haciéndolo caer al suelo, soltando a Farah y el arma.

—¡Tócala de nuevo y cortaré tu cabeza y te la meteré por el culo maldito cobarde inútil! —dice Odette sujetando la punta de la flecha mientras Andreas se queja y sacándola con fuerza por completo para desgarrar su músculo. Andreas suelta un grito de dolor desgarrador y Farah mira con sorpresa la situación.
—No me toques... —se queja Andreas. En ese momento Odette usa su magia para elevarlo en el aire y estamparlo contra una de las columnas de mármol del lugar, haciendo que caiga inconsciente.
Cryos llega con los guardias para detenerlo.

—¿Te encuentras bien? —pregunta a Farah. Odette aún tiene la respiración agitada, la mente sacudida y el corazón a mil por hora. —Farah, dime algo... Por favor... Farah...

En ese momento el hada se gira e indica con sus manos a Odette que baje un poco el cierre de su vestido y mire al lado derecho. Es entonces cuando Odette puede ver una joya algo mayor que la que llevaba Stella. También puede ver algunos moretones y sabe perfectamente cómo le han sido proporcionados.

Con algo más de esfuerzo, Odette destruye el artilugio y esto permite a Farah tomar una gran bocanada de aire. Odette cura la herida que ha dejado el objeto con su Magia y vuelve a colocar bien el vestido de Farah.

YOU BELONG WITH ME (Farah Dowling)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora