Había amanecido y Julián despertó por la luz que entraba desde la ventana que quedaba en diagonal a él, justo sobre los pies de Lisandro.
Bostezó y sabiendo que no iba a poder dormirse de nuevo se levantó cambiando su ropa "de salir" por una combi deportiva.
Bajó a la cocina sabiendo que no habría nadie allí y respiró hondo sintiendo la brisa fresca que se estrellaba contra su rostro por una ventana abierta.
Por un momento sintió paz y sonrió con levedad, se preparó un café y caminó hasta la galería de la casa, se sentó allí desayunando.
Era una mañana tranquila, no había ruidos, solo el mar y el viento lo acompañaban hasta que sintió unos pasos, giró su vista y encontró al dueño de sus pensamientos.-Hola- saludó el morocho sentándose a su lado, Julián le hizo espacio corriendose a un lado, sus rodillas se tocaban.
-Buen día- respondió el cordobés mirando al frente.
-No me acuerdo de mucho de lo que pasó anoche- admitió. -Pero si hice algo yo..
-No- lo interrumpió Julián. -No pasó nada- mintió a medias, Enzo no había hecho nada pero aquel interrogatorio que le había planteado sí le había generado algo.
Enzo asintió ante la respuesta, algunos flashbacks venían a su mente pero si Álvarez prefería fingir que nada había pasado, así sería.
Ambos se quedaron en silencio, no querían decir nada o tal vez no sabían que decir.-¿Café?- preguntó Julián y Enzo negó pero aún así le agradeció. No cruzaron más palabras.
Miraron el cielo, un par de autos pasar, el movimiento de los árboles y se miraron entre sí, admiraron cada una de sus facciones atesorandolas.
-¿Todo bien por acá?- se asomó Lisandro mirando al par que se encontraba en silencio.
-Todo bien- contestó Enzo.
-Ya estamos por comer- les avisó Martinez y ambos asintieron sin levantarse, cuando escucharan el grito de "mamá paulo" irían.
El tiempo se había pasado volando, los restos del café que estaba en la taza de Julián se habían enfriado y el sol estaba en su punto más fuerte en comparación con la mañana.
Los autos habían cesado por la hora que era y el viento también.
La tranquilidad se fué al escuchar a Paulo gritar que la comida estaba lista, ambos se levantaron, Enzo le sonrió y a Julián se le escapó una pequeña sonrisa, casi innotable pero que de la cual Fernández se percató.
Ambos se levantaron y después de dejar la taza para lavar, se sentaron en la mesa para comer con el resto del grupo.-¿Hasta cuando vamos a comer milanesas?- se quejó Nahuel.
-Hasta que se acaben las que compró Enzo- rió Paulo pensando en la bolsa que estaba en la heladera.
-El Juli que me acompañó tendría que haberme dicho que no lleve tantas- se excusó, como siempre lo hacía, todos rieron.
[...]
El día había sido tranquilo, habían ido a la playa solo un rato y la casa era puro silencio, bastante raro para ser un grupo de adolescentes.
La noche había caído y con ella los adolescentes cayeron en sus camas, no había sido un día movido pero se sabe que la cabeza de cada adolescente es un mundo en constante movimiento, donde habitan miles de emociones distintas que suelen agobiarlos.
Julián se encontraba solo en su pieza hasta que un pequeño ruido en su puerta lo quitó de sus pensamientos.-Pase- contestó y vió a Enzo asomarse por la puerta, ambos sonrieron.
-Hola- saludó pasando de a poco. -¿Tenés ganas de ir a la playa?- preguntó con demasiadas ganas de que la respuesta del cordobés fuese positiva.
-Vamos- asintió sonriendo y se levantó.
Era tarde, por lo que salieron tratando de hacer el menos ruido posible aún sabiendo que Cristian, Lisandro y Nahuel se encontraban jugando a las cartas.
No llevaban nada consigo, ni toallas, ni ropa para cambiarse.-Está fresco- comentó Julián al salir y Enzo se giró mirándolo.
-¿Querés mi campera?- preguntó ya casi sacándose la campera y Julián negó aunque sí la quisiera.
-No, no- negó. -Tranquilo- habló y caminaron despacio, en silencio admirando las estrellas que brillaban en el cielo.
Al llegar Enzo se quitó las zapatillas animando a Julián a hacer lo mismo, este no se negó.
Con los dos ya descalzos caminaron hasta el agua sintiendo la fría temperatura de la misma.
Enzo tomó un poco de agua entre sus manos al verlo distraído y se la tiró mojando su espalda.-Está re fría- se quejó riendo y le devolvió la acción al morocho mojandolo también.
La guerra de agua había empezado y no pararía hasta estar completamente empapados.
Mientras que Julián se esperaba en juntar bastante agua, Enzo juntaba a las apuradas y le tiraba aunque fueran un par de gotas, eran tan distintos pero se complementaban tan bien.-Me cansé, me rindo- rió Julián quitándose la remera y acostándose en la arena, Enzo sonrió e imitó su acción quedando con el torso desnudo y acostado a su lado.
-Qué linda está la noche- comentó Julián mirando el cielo y después volteando a ver a su compañero de travesuras.
-Re linda- sonrió pero no se giró a mirar a Julián, él seguía mirando el cielo.
Pasaron un par de minutos más en paz sobre la arena hasta que Enzo no pudo aguantar la tranquilidad y se levantó corriendo al agua.
Julián rió, era tan inquieto.
Aún así Álvarez se levantó y corrió detrás de él, para él el agua seguía estando fría pero Enzo parecía disfrutarla mientras lo llamaba para que fuese con él.-¡Vení Juli!- lo llamaba sonriendo.
Y Julián solo podía seguirlo ya que estaba embobado con él aunque aún no se daba cuenta de esto.
-¡Mirá la luna! ¡Está hermosa!- sonrió mirando la luna y después a Julián.
-Re linda- asintió y tal vez no hablaba de la luna ya que ni se había girado a verla.
-¿Querés que volvamos a la casa ya?- preguntó y Julián alzó los hombros, no quería.
-Cuando vos quieras volvemos- dijo sonriendole mientras flotaba en el agua.
-Nos quedemos un rato más- asintió Fernández.
n/a: el amor, el amor😩 jjajsja, espero les haya gustado,.comenten💞💞