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-Da, pero vos sos un pelotudo- se queja Nahuel mirando a Rodrigo y el resto ríe escuchando la tonta discusión que tienen

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-Da, pero vos sos un pelotudo- se queja Nahuel mirando a Rodrigo y el resto ríe escuchando la tonta discusión que tienen.

Todo el grupo acomoda la sala de estar para poder entrar de forma cómoda y nadie empiece a quejarse en medio de las películas. Hay dos colchones en el piso, sábanas por la brisa de medianoche que a algunos les daba frío y muchos almohadones por el lugar.

-Che, hice dulce y salado así no rompen las bolas- avisa Dybala apagando la ornalla, sueltan risas ante la sinceridad del cordobés.

Lo habían puesto como encargado del pururú para la noche de cine que tendrían.
Enzo y Julián correteaban por la casa como dos niños, persiguiendose jugando a las atrapaditas.
Lisandro ríe mirándolos correr y Cristian lo mira desde, casi, la otra esquina de la habitación con una sonrisa pintada en su rostro. Lo mucho que quería al gualeyo era algo que no podría expresar ni en mil palabras, ese calor y emoción en el pecho cuando lo veía sonreír era algo totalmente diferente a cualquier cosa que hubiese sentido antes.

-Me vas a ojear vos- dice Lisandro acercándose a él con una sonrisa.

-¿Mh?- dice sonriente aunque no escuchó lo que el otro le dice.

-Nada, nada- ríe ante lo despistado que es el cordobés y lo abraza con fuerza, solo por querer sentirlo más cerca, aunque nunca fuera suficiente porque Lisandro era un loco enamorado.

-Esta casa está llena de trolos- finge indignación Nahuel al verlos abrazados y ambos ríen.

-Vos por envidioso lo decís- le asegura Lisandro entre risas.

-¿Yo envidia? Nada que ver- niega con su cabeza Molina.

-¿Se pueden apurar loco? ¡Quiero ver Barbie!- se queja Rodrigo en el sillón, metido entre Leandro y Paulo.

Sí, iban a ver las películas de Barbie, absolutamente todas.
Rodrigo era bastante fan y al resto no le importaba cumplirle el capricho.

-Dale vamo', nos va a matar Rodri- asiente Lisandro llevándose a Cristian de la mano.

De a poco empiezan a ocupar el sillón y los colchones de la sala.
Cristian y Lisandro ocupan uno de los colchones; el que está más cerca de la cocina. Rodrigo, Paulo y Leandro ocupan el sillón situado en medio y Julián junto a Enzo ocupan un colchón cerca del ventanal que da a la galería.

-Deja los jueguitos- se queja Julián sintiendo la luz de costado que le da el teléfono de Enzo.

-Voy, voy- asiente apagando su teléfono y besa su mejilla.

Álvarez sonríe y baja la mirada, las cosas cursis con Enzo le parecían la cosa más linda del mundo, todo junto a él parecía ser lo más lindo del mundo.
Las películas transcurren con tranquilidad, quienes se ubican en el sillón les prestan suma atención, en el colchón de Cristian y Lisandro de vez en cuando se escuchan cuchicheos a veces porque Martinez no puede ni sabe guardar silencio, y en el colchón de Enzo y Julián no hay conversación de por medio, pero las miradas que dedican lo dicen todo.
Las horas vuelan y de a poco algunos van quedándose dormidos, otros siguen viendo las películas, mientras Álvarez y Fernández deciden salir a la galería de la casa.

-¿Hará frío?- pregunta Julián frente al ventanal antes de salir del lugar.

-Si hace frío te abrazo- promete haciéndolo soltar una risita, pero convencido de sus palabras Álvarez sale de la casa junto a él.

Corre una brisa leve de verano, son casi las cuatro de la madrugada y al cordobés no le puede gustar más aquél silencio pacífico que hay al ser tan tarde.
Ambos se sientan en el sillón doble de la galería, Julián recuesta su cabeza en el hombro del azabache.

-Está lindo el tiempo- suelta Enzo con una voz calma.

Y Julián se da cuenta que preferiría siempre escuchar la voz del chico a pesar de la paz que le producía el estar en silencio.
Algo tenía Enzo diferente al resto, porque siempre iba a ser él.

-Sí, corre el vientito y da un poquito de frío igual- contesta en un tono bajo y Enzo pasa su brazo para rodearlo en un abrazo. -Ah, sos cumplidor- bromea y Enzo suelta una risita baja.

-Sí, obvio. A vos te cumplo todo- asiente acariciando su espalda con suavidad.

-Sos un chamuyero de primera vos- se burla Julián mirando el cielo aún oscuro.

-Y, con un chico tan lindo como vos, Ju- dice paseando su mano por su espalda.

Julián se permite cerrar los ojos un pequeño segundo, disfrutando de uno de los últimos días en la casa, de uno de los últimos días del verano.
Iba a extrañar a esa casa como nada, y también a todas las personas con las que había compartido tiempo allí.

-Te quiero, Enzo- suelta en un tono calmo y se endereza para girarse a ver a su chico.

Porque ya lo es, Enzo es su chico y nada parece querer cambiar eso. No hay variante que vea ahora mismo que lo haga pensar en que ya no va a serlo.

-Te quiero, Juli- responde con sus labios curvados hacia arriba y se acerca a él para besarse como hace pocas horas.

Es tarde y la brisa es agradable teniendo esa cercanía, no hay ningún ruido en la casa y la luna brilla a todo lo que da.
Estar entre los brazos de Enzo se siente bien, besar sus labios se volvió costumbre y no hay cosa que lo reconforte más.
Por ese momento se permite olvidarse de que les queda un día allí y disfruta de la linda compañía que es el bonaerense, quiere quedarse así unas cuantas horas más y nadie lo privaría de hacerlo.

Por ese momento se permite olvidarse de que les queda un día allí y disfruta de la linda compañía que es el bonaerense, quiere quedarse así unas cuantas horas más y nadie lo privaría de hacerlo

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n/a: hola muchachas!!
1 capítulo le queda, no estoy preparada para dejarla ir😭😭😭😭
espero les guste, buen vierness💞

𝗦𝗨𝗠𝗠𝗘𝗥 𝗛𝗢𝗨𝗦𝗘; 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝘅 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗮́𝗻 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora