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-Hola- saluda Dybala entrando a la casa.
Todos lo miran con atención, Oriana no está en el lugar, pero la tensión se siente de igual manera. Viene solo a pesar de haber avisado que tal vez llegaría con compañía, saluda uno por uno a quienes están sentados y todos lo miran expectantes.
-¿Todo bien?- pregunta sentándose al ver que todos lo miran.
-Todo bien- se ve obligado a responder Julián cuando el resto no emite una sola palabra.
-No saben lo que me enteré- suelta Enzo dejando su celular y todo el ambiente se ve relajado por el chisme.
Julián y Paulo se mantienen al margen, sin escuchar lo que el azabache dice.
-¿Cómo estás?- pregunta Julián mirándolo.
-Yo bien.. Seguí tu consejo Juli- le comenta y Álvarez se ve aturdido por aquella declaración.
-¿Qué consejo?- pregunta ya con el entrecejo fruncido.
-Lo que me mandaste por chat- dice de forma obvia, Julián sigue con una postura de confusión. -Dale pelotudo, lo que me dijiste hace nada- dice Dybala sin comprender el desentendimiento de la otra parte.
-¿De qué mierda estás hablando Pau? Yo no te aconsejé por chat en ningún momento- lo mira y Dybala rueda los ojos sacando su celular.
-Esperá- le pide y después de desbloquear su teléfono le enseña el chat que tienen.
Julián está confundido, pero una ficha errónea cae sobre el rompecabezas mental que está armando el castaño.
-Ya vuelvo- dice y se encamina hasta donde está Enzo. -Vos y yo tenemos que hablar- le susurra a este mismo de forma seria y este se sobresalta dejando las cartas en su lugar.
-No me miren las cartas, eh. Somo' poco' y nos conocemo' entre todo'- los señala riendo y sale de la casa junto a Julián.
Se sientan en los sillones de la galería, aunque realmente el estar sentado no le dura mucho a Julián quien ya está levantado empezando con su descargo.
-Pará, pará, ¿De qué chota me estás hablando?- dice Fernández.
-De los mensajes que le mandaste a Paulo, no soy pelotudo, Enzo- rueda sus ojos con frustración.
-¿Te 'tas escuchando? ¿Por qué mierda le voy a querer mandar mensajes yo a Paulo, Julián?- dice cruzando sus brazos sobre su pecho.
-Fuiste al único que le preste mi celular, Enzo. Yo a esos mensajes no los mandé, hacete cargo de tus errores culia'o- escupe con enojo y Enzo no puede creer que es Julián quien le está diciendo todas esas palabras.
Ese mismo Julián que siempre lo mira con ojitos de amor, le prepara la chocolatada o le roba un beso cuando están solos.
-Yo tampoco mandé esos mensajes Julián, fíjate a quién le estás tirando la mierda porque me parece que estás muy equivocado- finaliza la discusión adentrándose en la casa de nuevo.
-¿Todo bien?- escucha de Lisandro y chasquea la lengua, se le arruinó la tarde por completo.
-No sé qué le pasa a aquél boludo, que me viene a reclamar mensajes, no sé. Andá y hablá si tenés ganas, que en una de esas entra en razón o por ahí te termina tirando la mierda a vos- le comenta Enzo ya enojado por la situación.
-Mhm- es lo único que logra responder Lisandro y se retira del comedor subiendo las escaleras hasta la habitación que comparte con Cristian.
Empieza a dar vueltas en la misma hasta que siente tres golpecitos en la puerta y se alarma pensando en que a Julián le cayó la verdadera ficha.
-Soy Cris, amor- escucha y suelta el aire que tenía contenido.
-Pasá- responde sentándose en la cama.
-¿Qué pasa, rubio?- pregunta cerrando la puerta detrás de sí.
Se acerca hasta su algo y se acuclilla frente a él. El estado de ánimo de Lisandro nunca pasa desapercibido por Cristian, siempre nota cuando algo está mal. Acuna su rostro entre sus manos y conectan miradas.
-¿Mhm?- dice como haciendo referencia a su anterior pregunta.
Desliza sus pulgares sobre su rostro dejándole pequeños mimos para que se tranquilice.
-La cagué con Julián- dice cerrando los ojos por la calma que le produce sentir las caricias de su novio.
-¿Por qué, amor?- pregunta el morocho.
La voz de Cristian es calma y profunda, le transmite paz y una sensación de cariño que lo angustia al saber que es tratado tan bien, cuando ha estado haciendo las cosas tan mal.
-¿Viste lo de Pau y Ori?- pregunta abriendo los ojos.
Cristian asiente para que el rubio prosiga.
-Paulo le mandó un mensaje a Julián, diciéndole que estaba confundido y que no sabía que hacer. Yo me mandé y le contesté desde el celu de Juli y ahora él se la agarró con Enzo porque cree que fue él quien envió esos mensajes- le cuenta el gualeyo y Cristian eleva las cejas con algo de sorpresa.
-¿Era eso lo que te venía comiendo la cabeza?- pregunta acariciando las hebras rubias.
Lisandro asiente.
-Y otra cosa, pero no quiero hablarlo ahora- admite y Cristian asiente tomando sus manos.
-Vos sabes que lo que hiciste está mal, tenés que disculparte con Julián por más de que te de miedo que te pueda mandar a la mierda- lo aconseja desde su perspectiva.
-Pero no quiero perder la amistad que tenemos. Sabes que es de las pocas amistades sinceras que tuve- le comenta y Cristian suelta un suspiro.
-Si sé eso, pero también sé que no te gustaría seguir con su amistad teniendo ese peso de pensar el qué hubiera pasado si.. ¿Entendés? No vas a pasarla bien si tenés a Julián triste por perder a Enzo, sabiendo que Enzo no tuvo la culpa de nada- explica tomando sus manos.
Lisandro aprieta las mismas y asiente. Está un poco inseguro de hacer aquello, pero sabe que tiene que hacerlo. Por más del miedo que le dé el perder su amistad con Julián, sabe que no soportaría cargar con la culpa de que su amigo esté peleado con su chico.
-Escuchá, ahora dormimo' la siesta, te relajas y a la tarde le decís, ¿Sí?- dice Cristian y Lisandro asiente con una sonrisa de labios cerrados.
No tardan mucho para estar acurrucados y quedarse dormidos. Lisandro no se despreocupa, pero se olvida del asunto antes de dormirse entre los brazos de Cristian. La tarde será otro asunto.
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