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Al llegar a la casa, Lisandro subió a la habitación con rapidez sin querer cruzarse a nadie. Julián, por su lado, le había tenido que cancelar los planes a Enzo quien le había propuesto ir a merendar juntos. Álvarez subió las escaleras y entró a su habitación cerrando la puerta de la misma.
-Licha, ¿Me querés contar ahora?- se sentó en el borde de la cama de Martinez, no quería que se sintiera invadido.
Lisandro asintió y se sentó apoyando la cabeza contra la pared, respiró hondo y empezó a contarle.
-A mí me gustaba el Cuti, va, me gusta, no sé- alzó sus hombros contándole como podía, Julián escuchaba con atención. -Me declare antes de venir al viaje y me dijo que él también sentía algo- rió sin gracia recordando aquél momento. -Empezamos algo, sin títulos oficiales ni nada de eso- aclaró. -Y hoy me prestó su celu para ver algo y le llegó un mensaje "de la ex"- hizo las comillas con sus dedos mientras suspiraba, Álvarez estaba sorprendido y mucho.
-Un boludo- soltó Julián haciendo reír un poco a Lisandro.
-Tremendo boludo- asintió, sus ojos ya se encontraban rojos, un poco por el agua de las piletas y bastante por haber llorado.
-Igual, ni bola, no te merece- agregó Julián sentándose a su lado.
Martinez pensaba en como iba a hacer para dejar de pensar en Cristian, como hacer para ignorar todo lo que sentía por él.
Mientras tanto, en la habitación de Nahuel y Romero no se escuchaba una sola palabra. Nahuel había querido preguntarle que había pasado y si estaba bien, pero Cristian se negaba a decir algo.
-¿Puedo pasar?- se escuchó la voz de Paulo afuera y Julián miró a Lisandro en busca de aprobación, este asintió.
-¡Pasá!- habló Julián y la puerta se abrió con Paulo entró con una botella de vodka y alguna que otra bebida más, Lisandro y Julián rieron.
-¡Pa' el mal de amores, tequila con canciones!- cantó bailando y la sonrisa de Lisandro se desvaneció un poco, ¿Cómo sabía que era mal de amores?
-¿Cómo sabes que es mal de amores?- frunció el ceño mirándolo.
Paulo se rascó la nuca.
-¿Te acordas el día que llegamos?- preguntó Dybala y Lisandro asintió. -¿Te acordas de cuando te asustaste por el ruido que sentiste al medio del chape?- rió bajo.
-¿Eras vos?- rió frunciendo el ceño.
-Yesss- rió destapando el vodka y sacando una lata de speed.
-Viniste preparado- rió Lisandro.
Se habían sentado en el piso haciendo una pequeña ronda, Paulo tomó un vaso y empezó a mezclar ambas bebidas.
-Te juro que no sé de dónde sacas tantas cosas- rió Julián viendo el vaso.
Empezaron a tomar con tranquilidad hasta que el alcohol comenzó a dar efecto en cada uno de los tres adolescentes y de muy distintas maneras. Lisandro lloraba abrazado a la botella, Paulo bailaba con una música que había puesto de fondo y Julián reía mirando toda la habitación, eran un verdadero desastre.
-¿Hola? ¿Todo bien?- habló Enzo detrás de la puerta al escuchar tanto ruido.
Como no obtuvo respuesta entró en la habitación viendo aquel desastre y sin saber si pausar la música, consolar a Lisandro o tratar de que Julián saliera del transe. Después de analizar un poco la situación le pidió a Paulo que cortara la música.
-¡Pero estoy bailando!- se quejó.
-Le mando un video a Oriana- amenazó señalandolo, Oriana era una chica que habían conocido en el parque acuático de la que Dybala había quedado flechado.
-Oriana- suspiró Paulo como un tonto enamorado pausando la música.
-A ver Licha- habló Enzo subiéndolo en la cama. -A dormir, a dormir- lo tapó cual madre a niño pequeño y Martinez tardó pocos minutos en conciliar el sueño.
Enzo respiró hondo, solo le quedaba Julián ya que había descuidado a Paulo y este también se había quedado dormido pero en la cama de Julián.
-Ey, Juli- lo sacudió y Álvarez enfocó la vista en él.
-Enzito- sonrió como si no lo hubiera visto y empezó a reír.
-¿Juli te querés bañar?- preguntó.
-¿Con vos?- ahora reía pero más bajo.
Enzo bajó la mirada sonriendo y negó con la cabeza.
-No Juli, vos solo- asintió y Julián dudó pero terminó aceptando. -Bueno vamos- lo ayudó a levantarse. -¿Buscas vos la ropa?- le preguntó y Julián negó.
-Buscala vos, estoy cansado- lloriqueó como un niño pequeño, Enzo rió y abrió el placard buscando algo para que el cordobés se pusiera.
Después de elegir una remera y un short de river tomó una toalla y le pasó todo eso a Julián quien ahora lo miraba embobado.
-Andá al baño a bañarte ahora- le indicó Enzo y Julián se levantó como pudo caminando al baño.
Enzo se sentó afuera esperándolo, la escena era muy parecida a la de Paulo con Julián la noche de la fiesta.
-¡Enzito!- habló Julián desde el baño.
-¿Qué pasa?- preguntó sentado afuera.
-Vení- pidió el otro y Enzo frunció el ceño entrando al baño.
La escena que presenciaban sus ojos era bastante divertida. Julián tratando de sacarse la remera totalmente enredado.
-¿Te ayudo?- ofreció Fernández soltando un par de risas, Julián asintió. -Quédate quieto eh- rió y con un poco de esfuerzo le quitó la remera, qué vista pensó Enzo y después frunció el ceño, ¿Qué vista por qué?
-Gracias- sonrió Julián besando su mejilla y siguió desvistiendose como si nada, Enzo cerró los ojos y como pudo salió del baño.
Lo esperó afuera con paciencia, Julián tardaba bastante pero salió. Ya cambiado y con una notable cara de sueño estaba a punto de ir a su habitación pero Enzo negó.
-Se durmió Paulo en tu cama- le avisó como si entendiera, rió viendo su cara. -Vení Julito- agarró su mano guiándolo a la habitación que compartía con Paulo.
Ya ahí, Julián se tiró en la primera cama que vió.
-Juli esa es mi cama- se rascó la nuca. -Dormí acá en la de Paulo- asintió y rió dándose cuenta que el cordobés ya se había quedado dormido.
Fernández se acostó en la cama de Paulo mirando a Julián desplomado en la cama del lado, se veía bonito.
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