-Necesito salir un toque- comenta Dybala caminando a la vereda.
Se sienta en el cordón cuneta y se cubre el rostro con las manos, no sabe que hizo y mucho menos que va a hacer.
[...]
-Decidite-
-Pero..-
-Decidite o decido yo, hijo de puta-
-¡No me pongas presión, tarado!-
-Dormiste boludo- finaliza Lisandro hechándole el sobre de jugo de naranja al termo.
Sí, discutían con puteadas sobre el sabor del jugo para el tereré.
-No sé para qué me preguntas si terminas haciendo lo que querés- rueda los ojos Enzo.
-Que maricón que sos eh- ceba el tereré y se lo pasa.
Ni en pedo se toma el primero en el que se viven pasando los palitos de la yerba.
-¿Juli 'ta bien?- pregunta Enzo mirando al rubio.
-No sé, quedó medio rari después de que se enteró lo de Paulo- comenta Lisandro.
-La re vivió, igual lo entiendo, nadie se lo esperaba- comenta devolviendole el vaso.
-Creo que ni Paulo- agrega sentándose.
-Vamos, levantando- apura Cristian y Lisandro resopla.
-Recién me sentaba, amor- se queja.
Cristian no responde pero lo carga entre sus brazos.
-Que gays- comenta sacándoles una foto.
-Y con orgullo, gil- le enseña la lengua de forma infantil y se carcajean.
Empiezan a caminar a la playa cuando se recuerdan del detalle que olvidaron: Julián.
El castaño baja las escaleras con rapidez y alcanza a sus amigos sin tanto esfuerzo, habían frenado al recordar quien les faltaba.-No puedo creer que me hayan olvidado- comenta con indignación y Lisandro ríe.
-Perdón amiguito- lo molesta pasándole el vaso del tereré.
La pareja se recuesta en la arena con el atardecer frente a ellos. Mientras Lisandro ceba el tereré con Cristian acostado a su lado, Enzo está en la orilla armando, o tratando de armar, un castillo de arena mientras Julián se esmera en romperlo una y otra vez.
Lisandro bosteza y siente uno de los tantos teléfonos vibrar dentro de su mochila. Revisa el suyo primeramente, pero no ve ninguna notificación. Sigue por el de Cristian y nada. Al llegar al de Julián ve varios mensajes.
El rubio suele pecar de la curiosidad justo como en ese momento por lo que desbloquea el teléfono de su amigo y ve el chat de Paulo con cuatro mensajes que no puede evitar leer.