CAPÍTULO 23

162 13 25
                                    

“Las cartas de amor se empiezan sin saber lo que se va a decir y se terminan sin saber lo que se ha dicho”

- Jean-Jacques Rousseau.


La chica leyó la carta, pues sabía perfectamente de quién era, abrió la pequeña cajita y no pudo estar más sorprendida por lo que había adentro.

Salió de la pastelería y caminó en dirección al chico quién desde hace rato la estaba observando detrás de un auto, quién al ver que ella se acercaba no dudo en intentar escapar y digo intentar porque __ fue un poco más rápida que él.

- No quiero tu regalo – hablo ___ mientras le arrojaba la cajita a Z.

- ___ por favor acéptalo, lo compré pensando en ti – confesó el chico impidiendo que la chica volviera al trabajo.

- ¿De verdad? Bueno, no me importa… porque no se lo regalas a tu novia, a ella le quedará más lindo, va más con su estilo –

- Por Dios mujer, sabes perfectamente que ella NO es mi novia, es solo mi… - Aaron intentaba encontrar una palabra que no sonará mal, pues tampoco tenía derecho de despreciar así a Hanna, ella no a hecho nada malo después de todo.

- ¿Tú que? – suspiro __ ya desesperada – Aaron no quiero interferir con tu vida laboral, profesional, famosa y todo eso que no entiendo… si tanto dices que me quieres ¿Por qué no hablas con Hanna y le cuentas todo? –

- Sabes que no es fácil –

- Sí, sí lo es, lo es, y que tú no quieras es otra cosa, ya llevamos DOS meses desde que anunciaron que tú y esa chica son pareja, dos meses mandándome regalos a escondidas, dos meses hablando por mensajes y por llamada. Aaron, no somos dos adolescentes de película que tienen un amor imposible, esto es la vida real, así que o te pones serio con esto o terminamos lo que sea que tengamos, porque te aclaro que tú y yo ni siquiera fuimos pareja oficial y ya me cansé de ser el “secreto” – esto es lo que pasa cuando te guardas las cosas por mucho tiempo. ___ simplemente explotó ante el chico, quién la miró perplejo pues tenía razón.

- Lo siento yo… no se qué decir – suspiró el chico con pesadez, apretando el  pequeño regalo que había mandado hacer especialmente para ella.

- Como siempre, nunca sabes que decir – hablo __ más calmada pero con un claro tono de decepción – debo irme, tengo cosas que hacer – la chica se alejó, dejando solo a Z, quién la miró irse, y fue como si parte de él se fuera también, abrió la pequeña cajita pero no encontró el regalo de la chica, asustado y pensando que lo había perdido cuando ___ le arrojó la cajita. Abatido, se subió en su auto y se devolvió al trabajo.

- Wow que lindo, ¿de que tienda lo robaste? Lo digo porque esos cuarzos son súper caros – preguntó Liam viendo el collar de la chica.

- Aaron Z me lo regaló – respondió la chica mientras decoraba unos bombones de chocolate.

- Pensé que habían terminado ya con toda esta extraña situación –

- No es fácil Liam, digo… no se –

- Ya, ya, no te pongas así querida… nadie dijo que será fácil –

- Tampoco me dijeron que será así de raro –

- Mira, si te soy sincero creo que deben darse un tiempo, uno LARGO, es decir, no verse, no llamadas, no regalos, no nada… Aaron viene te manda regalitos, hablan por teléfono y… ¿eso que?, Aún no termina su falsa relación con Hanna, ¿De que sirve tanto regalo si parece hombre hormonal que no sabe manejar su ganado? – explicó Liam a la chica, quién lo miraba atentamente, pues de cierta forma tenía razón, pero ella era terca, y quería al chico pero también tenia su orgullo…

DULCE MELODÍA [Aaron Z y tú][Turning Red]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora