CAPÍTULO 24

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Las fuertes gotas de lluvia azotaban contra la ventana de la habitación de ___, la chica no podía estar más cómoda en su cama, arropada hasta el cuello, disfrutando de la calidez de su cama. Eran ya las 3 p.m., pero, ¿A quien le importa la hora? Es Domingo, por ende, no hay trabajo, no hay responsabilidades, y solo se quiere dormir, bañarse y comer quedan en segundo plano cuando te sientes cómodo en tu cama.

- Me siento como... un... rollito de canela... en el horno - habló la chica medio dormida.

Aunque se había despertado para ver la hora, el sueño era mayor, y quería volver a dormir, lentamente se cerraban sus párpados, hasta que sintió como su celular vibraba y reproducía Everybody de los Backstreet Boys como su tono de llamada, definitivamente tenía que cambiarlo - ¿Aló? - respondió adormilada.

- ¿Cómo es posible que sigas durmiendo a esta hora? - preguntó T en la otra línea.

- Aaron... está lloviendo, es Domingo y ayer me quedé despierta hasta muy tarde viendo un maratón de Malcolm in the Middle, déjame dormir - se quejó la chica.

Aaron suspiró, su amiga no había dejado el vicio de trasnochar, quién sabe hasta qué horas se quedó despierta o si por lo menos durmió - mira ___ no diré nada pero, será mejor que te levantes de esa cama, te des un buen baño y te arregles porque llego por ti en una hora y media, y si tengo que sacarte en pijama lo haré, pero vamos a salir - ordenó el chico, recibiendo una queja y un "¿Qué clase de karma estoy pagando?" por parte de su amiga.

- Bien... te espero - respondió la chica cansada.

- ¡Genial! nos vemos luego, te quiero, bye - se despidió el chico colgando - lo siento ___ pero no puedo dejar que caigas en la depresión por esto - susurró el chico para él mismo.

Ya habían pasado semanas desde lo sucedido, Aaron Z no volvió a enviarle regalos a __, ni a llamarla, y empezó a ser el Aaron Z que todos conocemos, salía con Hanna, ensayaba nuevas coreografías, componía nuevas canciones, todo era normal, mientras que ___ se refugió en ella misma, parecía normal a la vista de todos, pero una vez llegaba a la casa o cuando no tenía que trabajar se acostaba en su sofá a ver un sinfín de series, películas e incluso entraba a su estudio y no salía en todo el fin de semana, a no ser que tuviera que ir al baño o le diera hambre. Llorar y sentirse mal ya no era una opción para ambos chicos, pues por más que quisieran no salía nada, ahora era como si supieran que lo que les está pasando, es algo que no se puede arreglar, era como un "Terminamos" sin palabras, sin sentido, sin expresión alguna.

- Pensé que tendría que sacarte de la cama en pijama y con el cabello alborotado - comentó T mirando a su amiga saliendo de la casa con un bonito vestido y unos tenis, algo casual para la ocasión (aunque realmente no sabía a dónde iba).

- Gracias, pero no dejaré que los hijos de mis vecinos crean que en esta casa vive una bruja, y no de las bonitas como Sabrina - respondió la chica entrando al auto - por cierto... ¿A dónde vamos? - preguntó curiosa.

- Ya verás, así que ponte el cinturón, porque será un largo viaje - respondió Aaron mirándola con una sonrisa.

La chica le devolvió la sonrisa, su amigo traía su típica gorra que lo caracterizaba tanto, y su ropa algo desordenada pero que sorprendentemente se le veía bien, definitivamente sería un viaje interesante.


...

- ¿De verdad vas hacer esto? - respondió Z con un tono neutral, sin expresión alguna, pues no le sorprendía en nada la amenaza que estaba recibiendo.

DULCE MELODÍA [Aaron Z y tú][Turning Red]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora