Horas más tarde, Heejin corría por los pasillos del orfanato en busca de Mina, su madre tiene que ir al trabajo así que la necesitaban unas horas mientras ella no estaba.
Un poco insegura entró al lugar con Heejin por delante, desconfiando de cruzarse con la directora y las corriera del lugar, no sabía que tan bienvenidas eran de volver allí de pasada.
—¡Son Hee-jin! ¡Son Hee-jin! .—Cantaba Mina agachándose cada vez más hasta llegar a su altura. La niña contenta corrió a sus brazos y la abrazo.
—Minari ~ .—La japonesa la levantó tomándola en brazos, como la niña era igual de pequeña que su madre podía levantarla con facilidad.
—¿Vienes a dejarla? .—Preguntó mientras Chaeyoung se acercaba sonriéndole cálidamente, asintiendo.
—¿Se quedará contigo?.—Heejin veía el intercambio de ambas aún aferrada al cuello de Mina.
—Por supuesto, ya tengo algunas actividades en mente. —La niña sonrió ampliamente al escuchar eso, estando con Mina siempre se divertía.
—Bien, diviértanse entonces. —Se acercó, le dió un beso a la niña y frotó el brazo de Mina con cariño. —Nos vemos más tarde.
Se le hizo un poco extraño ver a Mina con hábito después de lo de la noche anterior, ella no era muy creyente ni tampoco respetaba del todo pero se sintió raro verla así.
Mientras tanto la japonesa no dejaba de mirarla hasta que se perdió en la salida del orfanato, el cosquilleo de su vientre por fin cesando y dejándola tranquila.
Heejin y Mina pasaron la tarde entre juegos y risas, la japonesa se distrajo mucho con la niña hasta que comenzó a sentirse un poco perseguida por la hermana Jihyo.
Tenía el presentimiento de que algo sospechaba, porque cada vez que se acercaba preguntaba cosas en particular que tengan que ver con Heejin o Chaeyoung.
Por supuesto que las evito todas, contestando a medias y sin interés, sentirse acorralada sólo la haría hablar a la fuerza y hundirse sola, por el momento no sabía exactamente qué pasaría con Chaeyoung, apenas estaba descubriendo sentimientos y no terminaba de entenderlos del todo.
Era obvio, a esta altura, que Chaeyoung le atraía de manera fuerte, pero aún no lograba aceptarlo en voz alta.
Y sí que le iba a costar hacerlo.
Chaeyoung giraba en la silla de su trabajo mientras mordía un lápiz sonriente, nada podía arruinar su ánimo hoy, todo parecía ser color rosa y eso le fascinaba, hace mucho no sentía que su vida iba por un buen camino.
Atendió clientes con buen ánimo, y salió de ahí como nueva, con ganas de ver a la japonesa y a su hija, pasar una tarde hermosa junto a las dos en su nuevo hogar.
Llegó entusiasmada por Heejin, encontrándose con las dos en el patio jugando con una pelota, era divertido ver a Mina hacer ese tipo de actividades con el hábito, casi que tranquilamente podría ser un meme.
—¡Mirá Heejin, quién llegó! ..—Gritó Mina al notar la presencia de la menor, haciendo que su hija corriera hacia ella para abrazarla como saludo. —Llegaste justo a tiempo, ya casi es hora de su siesta.
—Si, ya tengo un poco de sueño. —La joven madre la levantó y la niña se escondió en su cuello.
—¿Vamos a casa? .—Preguntó en general, Heejin asintió pero Mina se señaló a sí misma con duda. —También te lo dije a ti.
—Oh, ¿Estoy invitada? Está bien, iré. —Respondió con naturalidad y Chaeyoung río.
—Qué difícil de convencer eres. —Exclamó en broma, se dio vuelta y comenzó a caminar. —¿Vamos?
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Nun / Michaeng
FanfictionMyoui Mina fue seleccionada temporalmente para cumplir y brindar servicio en el olvidado orfanato de Takayama, convencida de sus convicciones y su profesión, se encuentra con una persona que desestabiliza su vida y le hace dudar de todo en lo que al...