Aquella Noche ®

Capítulo 11

Se recogió el cabello en una coleta y terminó de atar las cintas de sus tenis antes de salir de la habitación. Arian ya había llegado, había escuchado su voz hasta su habitación porque no paraba de hablar con su padre y eso la hizo sonreír como estúpida frente al espejo

Al terminar salió de la habitación bajando las escaleras echándole un vistazo al celular, dónde tenía un texto de Kara, diciéndole que ya no tenían reserva de alcohol

Se encontró a Tamara al bajar los escalones y le hizo una mueca señalando el pañal de Asher

—Tu galán está en la cocina y mi galán está hecho popo ¿Quieres cambiar?

Gemma sonrió y negó.

—No es mi galán, pero no. Diviértete.

Besó la frente de Asher y los observó subir al segundo piso.

Cuando entró en la cocina, lo encontró de espaldas. Estaba meneando algo en una sartén y su padre no estaba no estaba por ningún lado. Se apoyó en el marco de la puerta cruzándose de brazos.

Traía puesta una sudadera roja, unos vaqueros azules y está vez no traía gorra. ¿Qué acaso todos los pantalones resaltan el increíble trasero que tiene?

Él se giró y la observó.

—¿Admirando mi belleza? —le preguntó. —Porque ahora mismo yo estoy admirando la tuya.

—Tal vez.

—¿Sabes? Tu padre me comentó que odias la cebolla y he hecho esta carne sin cebolla para ti y la demás con cebolla para nosotros.

¿Por qué eso provocó que se le pusiera la piel de gallina?

—¿Tu la has preparado?

Ella se acercó y miró la sartén. Era carne molida, papás picadas en pequeños pedazos, zanahoria, ajo y un poco de puré.

—La tuya si, la demás tu padre se ha encargado. —le dijo mirándola. —Soy bueno en la cocina también, amor. Aunque, aún me falta agregarle la pasta.

Ella metió el meñique dentro y probó.

—¿Te digo la verdad? —le preguntó y entrecerró los ojos.

—Claro.

—Está delicioso.

Ella levantó la mano para chocar los cinco y él también lo hizo, pero no la golpeó. Solo la colocó frente a ella y la mantuvo ahí, mirándola a los ojos. 

—¿Te he dicho ya que tienes unos ojos preciosos, Gemma Miller? 

El calor le subió a las mejillas un segundo después. 

—No...Ah, la cena.

Ella movió su cabeza, bajó su mano y dió un paso atrás. Él hizo lo mismo, pero no borró su sonrisa del rostro.

—La cena estará lista en un minuto.

—¿Sabes dónde está mi padre?

—Tocaron la puerta y él fue a ver quién era, no ha vuelto.

Ella asintió y salió de la cocina. Caminó directo a la puerta principal y la abrió. Deseó no haberlo hecho. Su padre se estaba besando con una mujer justo dos escalones abajo.

Una mujer de cabello negro, largo y con un abrigo de leopardo puesto. Tenía sus brazos alrededor de él y eso... Eso le dolió.

Él volteó y la mujer se alejó inmediatamente. Ella abrió la boca, pero nada salía.