Aquella Noche ®

Capítulo 22

Gemma Miller.

Cuando desperté estaba sola en la cama. Tamara y Asher ya no estaban y cuando miré la hora en el reloj que tenía justo en el buró cerca de la cama, me di cuenta porqué. Eran las diez de la mañana y Asher no se aguantaba mucho en la cama despues de despertar

Arian se fue casi a la una de la madrugada. Ambos nos pintamos el cabello y el resultado nos había agradado. Él parecía bastante emocionado y debo admitir que yo también lo estaba

Solté un suspiro recordando absolutamente todo lo que pasó anoche. De solo recordar su mano acariciando mi sexo mis piernas se cierran buscando placer.

Me volvió loca con solo ese toque, ¿Que pasará cuando tengamos sexo? Voy a terminar más que loca.

Arian Wilson, ¿Que estás haciéndome? Lo había hecho, le había confesado que estaba enamorada de él y él lo está de mi. Estaba más que enamorada de él, lo deseaba, quería estar entre sus brazos, quería verlo todos los malditos días, quiero que me miré a los ojos y me repita que está enamorado de mi.

Dios mío, todo de lo que huía lo tenía él. Huía de estar enamorada y ahora lo estoy, lo estoy de él y el estarlo me hace sentir realmente bien. Estoy feliz.

Podía sentir como se me formaba una sonrisa en el rostro. Una sonrisa que me provocaba él.

Me puse de pie y fuí al espejo que Tamara tenía a un lado del televisor. Me miré en él, observando mi cabello. No había pintado la raíz, solo la mitad y la pintura si había agarrado

Lo peiné un poco antes de salir de la habitación e ir a la cocina, dónde se escuchaban las voces de mi padre y mi hermana. Al entrar, ambos me miraron con la boca abierta.

—¿A qué hora paso esto? —papá señaló mi cabello.

—Anoche, Arian vino y...nos pintamos el cabello. —respondí sirviendome un poco de leche.

Tamara y papá intercambiaron una mirada.

—Pues, te queda muy bien. —dijo Tamara.

—Es solo que ya nos habíamos acostumbrado a verte con el cabello verde, ahora solo falta que a tu madre no le dé un infarto al verte que irás así a su boda.

Rodé los ojos.

—Ni siquiera tiene fecha y espero que no la tenga pronto.

Papá alzó una ceja

—Debes apoyar a tu madre.

—Y lo hago, pero no creo que una boda se planee muy rápido.

Mi hermana tosió.

—Mamá hablo conmigo está mañana y me dijo que ya tienen fecha.

El trago que le di a la taza de leche se quedó atascado en mi garganta.

—¿Cuándo?

—¿No prefieres que te lo diga ella?

—Habla.

Ella miró a papá y después a mí.

—El 2 de febrero.

Vaya, que rápido.

Prácticamente solo falta un mes.

—Okey.

Papá colocó su mano sobre mi hombro.

—Debes hablar con ella, ofrecerte por si necesita ayuda en algo...

—Creo que si necesitara ayuda me lo hubiera dicho antes.