Capítulo 8

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Con la mochila colgando de su hombro y las gafas de sol sobre su cabeza salió del edificio de la universidad y se sentó en una de las bancas del patio. Tenía solo un par de minutos libres antes de que comenzará su tercera y última clase del día

Tenía que asistir y anotar los datos posibles porque tendría que reponer todo en línea si quería aprobar los exámenes que se venían dentro de un mes

Solo estaría dos semanas en Washington y gracias a que podría entregar las tareas en línea, estaba un poco más tranquila.  Era su último año y sus planes son graduarse sin ningún problema

Sacó una barrita energética de su mochila dándole una mordida para después echarle una mirada al teléfono. Justo dentro de la funda transparente de su móvil tenía guardada la tarjeta con el número de Arian y eso la hizo sonreír.

Cruzó las piernas y apoyó el codo en ellas para mirar un momento el número. Lo anotó añadiendolo a sus contactos.

Ella: Hola.

La respuesta llegó al instante.

Él: Pensé que te habías olvidado de mi, Gemma.

Gemma le sonrió como una boba al teléfono.

Ella: ¿Me creerías si te dijera que extravié tu número? Porqué puede ser una posibilidad.

Él: No, porque sé perfectamente que guardaste la tarjeta.

Ella: ¿Tan seguro estás?

Él: Puede, pero no insisto más en el tema. ¿Qué haces?

Ella: Saliendo de una clase y esperando la siguiente ¿Tú?

Él: Destapando una cerveza, tengo un partido que ver.

Ella: Creí que un piloto de carreras tendría la vida más ocupada.

Él : En su momento, pero ahora el tiempo libre se aprecia mucho.

Ella: ¿Después no lo habrá?

Él: Dos semanas antes de la carrera, el tiempo para mí se acabara, tendré suerte si me puedo duchar dos días seguidos. Reuniones, contratos, juntas con los patrocinadores y horas en la pista afinando detalles.

Ella: Entonces disfruta bien tu tiempo libre, porque lo extrañarás

Él: Si, eso creo.

Al instante le llegó otro mensaje.

El: ¿Qué harás esta noche?

Ella miró hacia la entrada del campus y observó a los chicos entrar y salir. Pronto dejaría la universidad y probablemente buscaría un empleo dejando así la tienda de su padre, sabía que él no se molestaría por ello.

De pronto se dió cuenta lo mucho que se desvió del tema con tan solo leer la pregunta que Arian le había hecho.

En seguida volvió la vista al teléfono.

Ella: Empacar, fumar un cigarrillo y probablemente dormir deseando no quedarme dormida por la mañana.

Él: Grandes planes, Gemma.

Ella sonrió y se puso de pie al darse cuenta que ya había pasado el tiempo y su clase estaba por comenzar. En el camino escribió su respuesta.

Ella: Destapar una cerveza y mirar un partido tampoco es que sean unos planes increíbles, bueno, todo depende del partido.

Con una sonrisa en el rostro, apagó el teléfono y entró en la clase. Lo complicado fue que no pudo sacar de su cabeza la imagen de un Arian vestido con ropa deportiva, sentado en su sofá y con una cerveza en la mano.

Aquella Noche ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora