Capítulo 13

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Su padre había salido rumbo al estudio y Tamara se instaló en la sala con Asher a su lado para ver una película. Gemma miró el reloj en la pared y al darse cuenta de la hora subió las escaleras hacia su habitación. Arian había dormido ya cuatro horas, cuatro largas horas para ella y para su hermana, que en cuanto le contó lo de su padre, no supo cómo reaccionar

Y es que ¿Cómo reaccionas ante algo así? Lo primero que haces es pensar en el tuyo, en el increíble padre que es y en lo fatal que sería perderlo, eso lo piensa cada persona al saber que algo malo le ocurre al padre de otra persona, pensando en que tal vez, en otro momento, todo sea al revés

Sacudió su cabeza y entró en la habitación. Para su sorpresa él ya estaba despierto, sentado a los pies de la cama con los brazos apoyados sobre sus rodillas y mirando al frente.

Más bien, hacia ella.

—Hola. —susurró ella tomando asiento a su lado. —¿Pudiste descansar un rato?

Él la miró y asintió.

—Si, un poco. —le sonrió y después juntó sus manos mirando de nuevo hacia la puerta. —Tengo que irme.

—Claro.

Él se puso de pie y ella hizo lo mismo, lo observó caminar a la puerta, Gemma tenía intención de seguirlo, pero él se dió media vuelta.

—Gracias. —murmuró mirándola. —Gracias por...todo.

—De nada, si necesitas algo, sabes dónde encontrarme.

Él volvió asentir y abrió la puerta. Ambos bajaron las escaleras hasta llegar a la puerta principal. Gemma se quedó en ella mirando como se alejaba, pero antes de que saliera por completo de su vista, él volvió a detenerse, girándose.

—Sal conmigo. —dijo en voz baja y aunque ella escucho, él volvió a repetir:—Sal conmigo.

Gemma aún sin soltar la manija de la puerta, asintió.

—Si.

—En Chicago.

Ella sonrió y asintió de nuevo.

-—En Chicago.

—Nos vemos.

—Cuidate.

Ella lo observó cruzar la acera y llegar hasta su auto. Lo perdió de vista en cuanto el motor arrancó y fue entonces que entró de nuevo a la casa.

Fue hacia la sala y se sentó al lado de su hermana, quien se encontraba viendo el programa donde las chicas buscaban el vestido de novia ideal.

—¿Estás bien? —le preguntó Tamara y ella siguió mirando a la televisión.

—Me ha pedido que salga con él.

—Si, lo escuché.

Ella se quedó en silencio.

Por su cabeza pasaban muchas preguntas, ¿Por qué la invitó a salir? ¿Por qué sentía ganas de llorar al pensar que estaba sufriendo por la enfermedad de su padre? ¿Por qué quería que llegara ya el día de la salida?

—No te cierres. —le pidió su hermana.

Ella sabía a lo que se refería.

—Me temo que eso ya no está en mis manos.

¿Qué era? ¿Qué le estaba comenzando a llamar la atención de parte de Arian? ¿Sus ojos? ¿Su cara bonita? No, no era eso. No era eso porque no era el primer chico atractivo que conocía. La universidad estaba llena de caras bonitas, de chicos que antes la han invitado a salir, a cenar, pero ella jamás les prestó atención, estaba cerrada y ahora...de la nada llega ese chico de ojos verdes, con su típica gorra de béisbol a quién no conoció de forma "normal" y la hace sonreír como estúpida.

Aquella Noche ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora