Capítulo 17

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Gemma Miller.

Él ganó. ¡Ganó la maldita carrera!  y yo solté un grito y abracé a Álvaro tanto que temí lastimarlo. Todos teníamos una sonrisa de felicidad en el rostro

—Sabía que ganaría. —dijo Álvaro. —Y tú también. — me señaló

—Si, lo sabía.

Claudia había ido arriba por la bebé porque comenzó a llorar y cuando la trajo abajo, le pregunté si podía cargarla. Ella la tendió en mis brazos

—Yo digo que hagamos una cena de celebración por su triunfo, supongo que volverá pronto.

—Si, eso sería buena idea.

—Dijo que volvería dos días después. —dije besando la mano de la pequeña Claudia.

—Mejor, así nos dará tiempo de planear una gran cena. —comentó Rita y colocó sus manos sobre los hombros de Álvaro. — ¿Vendrás, verdad? — me miró.

—Si me invitan, claro que sí.

—Eres amiga de mi hijo, claro que estás invitada.

Sonreí y asentí.

—Entonces vendré.

Me quedé un  momento más y después me despedí porque tenía que volver a mi clase. Le dije a Rita y Álvaro que esperaría su confirmación para la cena y le entregué la bebé a Claudia.



Me la pasé estudiando los últimos dos días y presenté dos exámenes. Uno el miércoles y el otro el jueves, hoy era viernes por la noche y el de hoy lo habían pasado para el lunes porque el profesor enfermó.

Al menos siento que en estos dos me fue bien y espero que cuando me den los resultados no me haya equivocado.

No había hablado con Arian desde aquella mañana cuando me dijo que sus padres me esperaban en su casa. Le envié un par de mensajes, pero no me respondió y supongo que solo estaba ocupado o cansado. Creo que hoy volvió y quiero creer que después de ver a sus padres, vendrá al departamento.

Solo quiero verlo y felicitarlo en persona.

Kara había salido a cenar con Isaac y yo acababa de peinar mi cabello dejándolo suelto para que secara. Caminé hasta la sala donde dejé una cerveza y un tazón con palomitas porque vería la televisión un rato.

Volví a ver mi teléfono y no había mensajes. Eso hizo que lo dejara de nuevo sobre el sofá y me concentrará en el tazón sobre mi regazo y el control remoto de la tele.

De repente tocaron la puerta dos veces, dejé las palomitas sobre la mesita caminando hacia la puerta. No tenía mirador, por lo cuál no sabía nunca quién era.

Abrí y una sonrisa de oreja a oreja se formó en mi rostro al ver a Arian parado frente a mi. Lo observé, llevaba una camiseta blanca, una chaqueta negra de cuero y unos vaqueros azules rotos de las rodillas. Noté que su cabello había crecido un poco y su barba estaba más larga, pero estaba guapísimo.

Lo único que pasaba por mi cabeza era tirarme en sus brazos y besarlo.

—Hola. —susurró mirando al suelo.

—Hola, ganador. Ganaste, felicidades. — le dije. —Pasa, para que pueda felicitarte.

Él no respondió de inmediato y eso hizo que frunciera el ceño.

—Tengo que hablar contigo. —dijo serio y está vez sí me miró a los ojos. Él tenía sus ojos rojos con aspecto cansado.

Pasé saliva.

Aquella Noche ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora