Cuentos de Terror para leer en la OSCURIDAD [TERMINADO]

#31 La Puerta de la Mente

Hace muchos años, en el pleno auge de la segunda guerra mundial, el gobierno aleman empezaron a ordenar diferentes proyectos usando a personas desamparadas. En su mayoría, eran personas que ya habían aceptado su muerte. 

Todos conocemos algunos experimentos que usaron en personas : experimento ruso del sueño, el experimento del gas mostaza, etc.

Sin embargo, hay uno que se cuenta por algunos testimonios de que esto en verdad pasó pero nunca fue publicado ni a la posteridad sino hasta varios años después. 

Estoy hablando del experimento que consistía en quitarle los cinco sentidos a un individuo para que sea la mente libre para poder observar cosas alejadas de nuestra realidad. 

Ellos creían que si los cinco sentidos son el obstáculo que tiene la mente y poder presenciar lo que en verdad está pasando a nuestro alrededor. En pocas palabras, que sea solo la mente el dueño de nuestra conciencia.

El experimento se realizó de forma muy discreta. Un cirujano se encargó de quitarle los cincos sentidos a un hombre con cáncer terminal. Este hombre sabía que, como no podría escuchar nada, solo debía contar a su alrededor lo que estaba observando. 

Los primeros minutos no pasó nada. Sin embargo, el hombre, luego de varios minutos, empezó a tener conversaciones con familiares que habían fallecido. 

Al inicio, esto sorprendió mucho a los científicos presentes hasta que el hombre empezó a conversar con familiares muertos de los mismos científicos. Esto chocó a varios de ellos que tuvieron que dejar el proyecto. 

El experimento siguió el curso con el resto de los que quedaban que no eran ni la mitad. 

Todo iba viento en popa. Sin embargo, horas después, el hombre empezó a gritar y hacer alaridos de terror. Él estaba viendo algo pero no podía describirlo.

Los científicos trataron de calmarlo pero cada mano que ponían en su encima hacia que este los terminara mordiendo.

Estaba gritando de horror absoluto. Sus signos eran tan altos como picos. Los doctores se asustaron demasiado. No podían calmar al hombre. Trataron de todo : echarle agua, echarle aire, etc. 

Nada funcionaba. 

El hombre estuvo agonizando y gritando hasta que su voz se empezó a tornar ronca. Hasta que, antes de cerrar la boca lanzando su último aliento de vida, dijo una frase que heló la sangre de todos los presentes y que los marcaría por el resto de sus vidas. 

- Logré hablar con Dios.. Él nos ha abandonado.

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Te deseo, dulces sueños.